English | Español | August 15, 2018 | Issue #67 | |||
Sicilia rechaza la política del insulto y da una lección de noviolencia al movimiento“La violencia empieza con mentadas de madre” advirtió Sicilia a los activistas que, seguidamente, se unieron a su petición de cinco minutos de silencio y reflexiónPor Marta Molina y Al Giordano
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Javier Sicilia pide cinco minutos de silencio para los 40,000 muertos en la guerra de las drogas de México en San Luis Potosí. DR 2011 Tyler Stringfellow. |
Un día después y a una distancia de seis horas de conducción hacia el norte, en San Luís Potosí (689,000 habitantes), la capital del Estado con el mismo nombre, unos 800 habitantes locales esperaron la Caravana. No sostenían banderas anunciando listas de nombres de organizaciones y colectivos. La mayoría estaban sentados en los escalones del Teatro de la Paz de la cuidad. Habían venido a escuchar lo que Sicilia y los seguidores del movimiento tenían que decir. Eran gente normal. Y si sostenían algunas pancartas, eran hechas a mano y apelaban al fin de la violencia, de la guerra de las drogas, llevaban escritos lo nombres de sus familiares desaparecidos. Los organizadores de este evento no eran políticos, eran poetas, como Ignacio Betancourt, que leyó uno de sus poemas sobre la plaga de violencia en México cuando Sicilia y los 500 caravanistas caminaban hacia la Plaza del Carmen acompañados por toda la prensa local y los periodistas que viajan en la Caravana.
La historia de este movimiento marcará una etapa memorable este día 5 de Junio de 2011 en San Luís Potosí, un día en que Javier Sicilia -sobre el cual prácticamente todas las causas y luchas en México han puesto sus banderas al pecho como si se tratara de poner medallas al San Judas Tadeo de las causas perdidas, quitando el peso de la misión de Sicilia de unificar el dolor de una nación para un cambio concreto- se plantó ante todos los que quieren unirse al movimiento pero que parece que no consiguen salirse de las formulas de siempre, del repetir las tácticas fallidas del pasado que no les van a llevar a ningún sitio.
Esta tarde marcó un punto de inflexión para Sicília también. Algunos podrían decir que ha perdido el norte encima del escenario, dejándose llevar, pero esto no es precisamente lo que vimos y oímos. Nuestros once reporteros, fueron testigos del momento en que Javier se salió del guión en un evento publico y decidió centrarse en la urgencia inmediata de la situación y empezar a dar forma al movimiento. Lo que sucedió después es digno de mención, de estudio y de acción.
La intervención de Sicilia dirigiéndose a la ciudadanía de San Luís de Potosí y a los integrantes de la Caravana, cobró fuerza por sí misma, gracias al momento necesariamente espontáneo que se vivió cuando el poeta pronunció el nombre de Felipe Calderón, el actual presidente de México.
“¿Entendieron lo que dijo Julián LeBaron? ¿Que la violencia empieza con las mentadas de madre? ¿Quieren eso? Estamos tratando de cambiar el corazón de la clase política y ustedes están también alimentando el odio! Así no caminamos! Estamos recorriendo el país para juntar la paz, para juntar el consuelo, !Por el amor de Dios! ¿A dónde vamos con esto? Vamos a exigirles la paz y la justicia y con dignidad al gobierno, o vamos a acabar como ellos”, dijo Javier Sicilia a los presentes en San Luis Potosí el sábado 5 de Junio. DR 2011 Carolina Corral. |
“¿Entendieron lo que dijo Julián LeBaron? ¿Qué la violencia empieza con las mentadas de madre? ¿Quieren eso? ¡Estamos tratando de cambiar el corazón de la clase política y ustedes están también alimentando el odio! ¡Así no caminamos! ¡Estamos recorriendo el país para juntar la paz, para juntar el consuelo! !Por el amor de Dios! ¿A dónde vamos con esto? Vamos a exigirles la paz y la justicia y con dignidad al gobierno, o vamos a acabar como ellos”.
Estas fueron las palabras más viscerales del poeta en un acto de intentar, por fin, hacer entender que la sociedad no puede responder con la misma arma, que, como bien dijo Julián LeBaron en su intervención, “Cada uno de nosotros tiene su responsabilidad en esta lucha, juntos creamos la violencia, todos los días, o la dejamos que exista. Y sólo juntos vamos a poder terminar con ella”.
Un discurso ejemplar, el de LeBaron, que definía con palabras lo que Sicilia tachaba de innombrable, esta violencia y este miedo que se ha convertido en el pan de cada día de muchos mexicanos: “Las balas, la sangre y las cabezas cortadas antes fueron gritos y mentadas de madre y desprecio por el piso elemental de cariño que todos los seres humanos necesitamos”
Des del público un individuo se volvió a increpar a Sicilia sobre el cómo actuar contra esta violencia, pidiendo una solución, como si de una varita mágica se tratara. “Cómo lo vamos a hacer si nos están disparando”, se oyó entre la multitud.
Sicilia insistió una vez más, en un esfuerzo de ir más allá de las consignas atomizadas, en una tentativa de apelar a la unidad, que la lucha es por la paz, “y la paz no se hace mentando madres, la paz no se hace con violencia, la paz se hace mostrando la dignidad, visibilizando el horror de lo que es la violencia, y es de lo que estoy hablando”
Por fin Javier pronunció un mensaje nuevo y claro a la población que se unió a este movimiento des del inicio, a aquellos que ven alguna esperanza de acabar con la violencia, un mensaje claro del como no hacer las cosas. Su intervención del domingo en Potosí se dirigió a todos quienes quieren ver el fin de la violencia y la guerra, un grito, una apelación al entendimiento: “Si no nos entendemos no tiene sentido lo que estamos haciendo”
Javier, exhausto, se sumó a los gritos de “unidad, unidad” de los presentes e insistió en que hay que tocar el corazón de los criminales, “porque no sólo se trata de Felipe Calderón, se trata de toda la clase política, empezando por los partidos que van a hacer gobierno”. Reforzando la idea de que este es un camino de lucha y hay que ir paso a paso, pero sobre todo, es un camino “diferente a lo que nos han enseñado ellos y a lo que quieren los criminales, es el camino del corazón, el camino de la paz, el camino del amor”.
El poeta quiso dejar claro que lo que hay que hacer es presionar al gobierno para que haga su trabajo y añadió, por primera vez en su discurso que “si no logramos transformar el corazón de las instituciones, de los partidos, a través de las seis demandas que vamos a firmar en el Pacto Ciudadano en Juárez hay otros métodos legítimos y noviolentos como el boicot y la desobediencia civil”
Después de todo este fervor, de esta lección de necesidad de humildad, de este apelo a la noviolencia activa gandhiana, el poeta pidió cinco minutos de silencio que fueron respetados más que nunca. Cinco minutos que se convirtieron en un espacio de reflexión necesario para empezar a convertir la movilización en movimiento, un espacio para pensar en la lección de hoy de como no se debe actuar, para pensar en las armas noviolentas que existen para luchar.