Los cocaleros otra vez mueven Los Andes
En Perú, Colombia y Bolivia, la lucha se intensifica
Por Pedro José Arenas Garcia
Excongresista de Colombia
23 de abril 2007
Durante estos días los cultivadores de coca de Perú y Colombia en particular han vuelto a estar en los medios de comunicación, pues sus acciones han dado de que hablar.
Por una parte están los cocaleros de la región de Tocache, Tingo Maria y Huanuco en Perú que se oponen a los planes de erradicación de sus cultivos por parte del gobierno de Alan García que ha prometido incluso bombardear las pistas clandestinas y las pozas donde se macera la hoja para procesar luego la pasta base. Ante los planes de erradicación las federaciones de cocaleros han obligado hace ya unos días al gobierno a firmar un Acta en la que se compromete a suspender la erradicación hasta tanto no se haga un empadronamiento y se inicien programas de desarrollo alternativo. De otra parte en otra región de la amazonia peruana una central de productores más radical ha dicho que no permitirá ningún tipo de erradicación y tampoco el empadronamiento por lo que se han movilizado miles de labriegos que ahora bloquean carreteras de Huanuco al tiempo que levantan la consigna de “coca o muerte”.
Mientras tanto, en Colombia cerca de 4 mil productores de coca están en “movilización permanente” en la zona urbana de la Dorada en San Miguel Putumayo, reivindicando que siembran coca y que viven de ella y que las fumigaciones aéreas que aplica el gobierno de Uribe Vélez los esta matando de hambre porque dichas operaciones arrasan hasta con los cultivos de pancoger de se alimentan sus familias. Muy cerca, en Nariño los habitantes de los municipios de El Charco y La Tola ubicados en el litoral pacífico y de predominancia afro descendiente se ven forzados a desplazarse debido a la crudeza de enfrentamientos derivados de operativos de las fuerzas militares (la armada nacional) con la guerrilla de las FARC. Los campesinos alegan que los enfrentamientos son la expresión terrestre de una guerra química que se manifiesta en fumigaciones que los tenían aguantando hambre en sus parcelas. Para agudizar la situación, dos grupos paramilitares comandados por antiguos lugartenientes de quienes están recluidos en Itagui en el marco de la ley de justicia y paz, también incursionaron en la zona buscando hacerse al control de las finanzas de la coca y de sus rutas hacia el pacífico.
En otras partes del país, cada vez mas aparecen organizaciones de campesinos que están sembrando coca y que ahora ya no temen señalar abiertamente a que se dedican como ocurre con la asociación Acarigua de la zona de la Macarena y con los cultivadores de la región del Catatumbo. En todos los casos los productores no se quejan solo de las fumigaciones aéreas sino que también rechazan la llamada erradicación manual, pues a su juicio esta facilita mas violaciones a los derechos humanos. Los operativos terrestres incluyen como ocurrió en el parque de la Macarena en 2006, allanamientos y detenciones sin orden judicial, bloqueos de alimentos, torturas y hasta robos según denuncias de la población de las sabanas de Puerto Concordia después de acciones de la Policía a principios de 2007.
Finalmente, los cocaleros de Bolivia están trabajando en la comisión de coca de la Asamblea Constituyente y están a punto de lograr que la hoja de coca sea reconocida en el nuevo texto constitucional como parte de los símbolos y la cultura nacionales, presionando con ello una revalorización y singinificancia de la planta milenaria. No deja de ser una paradoja que los hermanos bolivianos estén logrando tal reconocimiento gracias a la presencia de lideres cocaleros en el terreno político, empezando por Evo y al tiempo en el vecindario los gobiernos de Perú y Colombia agudicen las medidas contra los productores, tal como sucedió con la ridícula prohibición que hiciera un instituto nacional en este ultimo país de los productos derivados de la hoja de coca.
La coca ha estado en los andes desde tiempos inmemoriales y seguro no se dejara sacar a sombrerazos por los que diseñan y aplican políticas coercitivas contra ella. Los campesinos son personas de carne y hueso que en la mayor de las veces están con la coca porque de ella alcanzan un ingreso para subsistir. Desconocer estas realidades es como desconocer que al amparo de las leyes y medidas antinarcóticos los EEUU han aumentado su presencia en la región, han exacerbado los ánimos internos y han militarizado aun mas los conflictos rurales nacionales.
Pedro José Arenas Garcia es presidente del Movimiento Político Comunal y Comunitario. Entre 2002 y 2006 representó su departamento, el Guaviare (uno de los más fumigados del país), en el Congreso Nacional de Colombia. Lea la primera y segunda parte de su entrevista con Narco News de 2003
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