¿Qué pasa ahora con un Presidente Electo Trump?
Publicado por Al Giordano – 9 de noviembre de 2016; 11:26 hs
Por Al Giordano
The Field
9 de noviembre 2016
NOTA: Las palabras “Presidente Electo Donald Trump” no son las que esperaba estar tipeando esta mañana, y al igual que para una gran cantidad en los EEUU y alrededor del mundo, el shock no se me ha pasado para el mediodía. Pero hace seis días escribí este ensayo anticipando cuáles podrían ser las consecuencias en caso de que Trump ganara y se lo envié a los suscriptores de mi newsletter, colaboradores del Fondo para el Periodismo Auténtico. Tendré más que decir pronto, pero compartiré estas primeras reflexiones con un público más amplio ahora. – Al Giordano
¿Qué sucede si Trump gana?
3 de noviembre de 2016: Me disculpo de antemano por un título tan estresante, pero hablemos del orangután de 900 libras en la habitación: ¿Y qué si despertamos el miércoles con Donald J. Trump como presidente electo de los Estados Unidos de América?
Dado que todo el mundo está en confundido al respecto, tengamos esta conversación.
Para empezar: La vida como la conocemos y esperábamos que pasara no volverá a ser la misma. El fascismo americano habrá llegado y peor aún, los elementos más violentos de la sociedad se sentirán envalentonados para dañar con impunidad a cualquiera que consideren como “el otro”. El incendio de la Iglesia Misionera Bautista Hopewell en Greenville, Mississippi esta semana por simpatizantes de Trump apenas será el asalto de apertura. El conflicto interno con el FBI a la vista del público ahora aquejará a cada agencia policial, federal, estatal y local, mientras los elementos abiertamente autoritarios buscarán tomar el control. Los crímenes de odio aumentarán contra las mujeres, las personas de color y las comunidades LGBT precisamente mientras las fuerzas del orden harán la vista gorda a una gran parte. Piensa también en nuevos grupos demográficos completos que pasarán a ser objetivos: Los 20 millones que recientemente accedieron al sistema de salud, muchos de los cuales tenían condiciones preexistentes, personas con discapacidades y otros serán agregados a la lista nacional de chivos expiatorios. El intento de derogar Obamacare será literalmente una sentencia de muerte para muchos de nosotros.
Aquellos de nosotros que hemos vivido en países bajo regímenes autoritarios hemos pasado los últimos meses teniendo nuestras propias conversaciones sobre lo que está ocurriendo en EEUU. Lo hacemos en voz baja porque la mayoría de ustedes no nos creería por más fuerte que lo gritáramos sobre lo que traería consigo la elección de Trump. Sacudimos nuestras cabezas y sentimos una gran ola de lástima por la mayoría de los americanos que no tiene idea de cómo realmente se ve y se siente una tiranía. Contrario al mito popular, la tiranía es asimétrica. Golpea por todos los costados, grietas, rincones y recovecos, desde los lugares oscuros, las sombras. El poder del mandatario desde arriba simplemente le dalegitimidad. Tiene la misma lógica paramilitar de lo que fue sufrido en las guerras sucias de América Latina y las dictaduras al otro lado del océano que le dieron origen a la Primavera Árabe. Cuando Donald J. Trump alaba a los fuertes líderes alrededor del mundo está dando su “opinión” sobre cómo gobernaría – con un puño cerrado.
Lo que es peor, la respuesta de aquella parte de América que se autodefine como “de izquierda” (me refiero a la “izquierda” académica blanca dado que muy poca gente organizada de color es tan estúpida como para reclamar un manto que ya fue desacreditado) no está preparada para enfrentarlo y sin embargo intentarán una vez más colocarse a la vanguardia de la resistencia sin ninguna experiencia vivida conduciendo una resistencia real, y mucho menos habiéndola ganado. El PAC “Our Revolution” del Senador Sanders intentará recaudar fondos de todas las injusticias tan agresivamente como lo ha hecho por la resistencia nativo-americana por el oleoducto en los Dakotas. Los vestigios de “Occupy”, ahora bajo nuevos nombres, convocarán manifestaciones sin directrices, entrenamiento ni disciplina y en nombre de la “diversidad de tácticas” permitirán que cualquier idiota que quiera denominarse “bloque negro” con pasamontañas arroje botes de basura a las ventanas de la tiendas. Al Presidente Trump le encantarán estas demostraciones porque le permitirán vender todo tipo de represión a su base. Hombres blancos saltarán al frente de estos grupos al grito de “¡Síganme!” Sin embargo no tendrán idea de cómo se forma realmente un movimiento ni cómo se gana. De todas maneras se sentirán en todo su derecho. Será más de los mismos intentos por reposicionar la blancura y la masculinidad con la animación de la revista Jacobin, y algunos escritores de The Nation, Democracy Now y foros dudebro (término gringo similar a “chico hipster”) en Reddit.
La elección de Trump marcará el momento exacto del fracaso de la hombría en América. El único nuevo liderazgo posible tendrá que venir de las mujeres, especialmente las mujeres de color, que ya viven en la América de Trump y tienen más experiencia navegando dicho mundo, mucho más de lo que nosotros hombres podemos aprender en el poco tiempo que tendremos para construir una auténtica resistencia. Las mujeres mexico-americanas y musulmanas serán el primer golpe y en lugar de dejar que los aspirantes a dudebro marquen el tono, será responsabilidad de todos nosotros seguir a estas mujeres a la batalla.
La única resistencia auténtica a las políticas de una presidencia Trump hará de la no-violencia su consigna, y sin arrepentimientos. Para participar, tendrán que entrenarse en resistencia civil no violenta. Y no estoy hablando de los “entrenamientos express” dictados por grupos dudebro como “Democracy Spring” con serviles y diletantes celebridades como Susan Sarandon o Tim Robbins, sino en cambio sesiones de al menos ocho horas o, idealmente, todo un fin de semana o más, liderados y organizados por mujeres experimentadas y especialmente por mujeres de color.
Muchos de éstos tendrán que llevarse a cabo en México, que asumirá un papel especial como zona libre de Trump con el apoyo de la población en general. Aprender español será una muy buena idea para un americano que realmente quiera correr a la dictadura de vuelta a su madriguera.
La resistencia no será conducida por los Partidos Verdes o Libertarios, activistas de “Occupy” o franjas similares: Sus marcas de “liderazgo” son las que nos metieron en este lío en primer lugar.
La revolución será auténticamente multirracial, una alianza verdadera, dirigida por mujeres y no-violenta, o no habrá posibilidad de éxito en absoluto.
Finalmente, tendremos que decirle adiós a algunos ex “aliados” que se pasaron esta elección hundiendo a la única mujer que se interpuso en el camino de una presidencia Trump. Puedo decir, por ejemplo, que la Escuela de Periodismo Auténtico que llevamos a cabo en México no los volverá a invitar: sería una falta de respeto para nuestros anfitriones mexicanos cuyas familias sufrirán las peores consecuencias de una América bajo Trump. (Afortunadamente, de los quinientos a quienes les hemos dado becas en los últimos trece años, sólo tres se subieron a ese tren, ¡y uno acaba de desdecirse ruidosamente, rogándole a la gente que haga caso omiso a cada estúpida cosa que ha escrito en el último año sobre esta elección! Eso ocurrió hoy.)
¿Yo? Yo estoy listo para jugar un rol auxiliar en una resistencia liderada por mujeres y mujeres de color en contra de una América de Trump. Son la única razón por la que tenemos una candidata con una posibilidad de vencerlo el martes. Ya han salvado a América una vez este año. Es tiempo de que nosotros los hombres empecemos a tomar órdenes en lugar de ladrarlas mientras agitamos nuestro dedo hacia las mujeres. Y es la única garantía posible en contra de que el Trumpismo infecte el movimiento en contra de sus políticas. Los hombres de verdad – como el Presidente Obama – sabrán exactamente cómo jugar la función de apoyo. Estará haciéndolo desde una academia de organización fuera del futuro Museo de Obama en Chicago – y gane o pierda esta elección, espero verlos a todos allí también.
Si estás leyendo estas palabras y pensando, “Caramba, Al hace que suene tan divertido, tal vez necesitamos un régimen Trump para patear nuestros traseros!” Nop. Millones de vidas serán arruinadas, muchas terminarán prematuramente. Una de ellas puede ser la tuya. Las personas que amas serán aplastadas por el régimen. Este escenario es lo menos divertido que puedas imaginar. Y las probabilidades de éxito no nos serán favorables. El pueblo americano no está preparado para ser soldado en una guerra no violenta para recuperar el país. Tomará décadas, posiblemente generaciones, revertir la marea. Mientras tanto, sólo habrá dolor y sufrimiento.
A los americanos les va bastante bien hoy en día. Es por eso que personas de todo el mundo quieren venir a vivir y trabajar aquí. No lo arruines, América, por una teoría desacertada y puramente académica de que las cosas se tienen que poner peor antes de poder mejorar. Eso es chatarra para niños. Y la historia nunca ha ocurrido de esa manera.
Si no te gustan las verdades que acabo de decir, aún quedan cuatro días de maratón telefónico, golpear puertas, procesar datos y llevar a las personas a las urnas para hacer una realidad diferente y mejor, una en la cual los agentes fascistas de las fuerzas del orden no se desboquen y donde las iglesias negras y los templos musulmanes y judíos y de habla hispana no sean regularmente reducidos a cenizas. No se me ocurre una idea más clara de cómo sería una presidencia Trump. Hombre prevenido vale por dos. Vota. El país – y el mundo – en el que vives se decidirán el martes.
(El newsletter, Al Giordano’s América, va para quienes colaboren con $70 o más al Fondo para el Periodismo Auténtico durante el año en que la donación es hecha.)
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