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La historia jamás contada de por qué soy un periodista de Narco News

"La autenticidad no es el camino más fácil… pero es el único camino que lleva hacia adelante" -Al Giordano


Por Bill Conroy
Principal reportero de investigación, Narco News

2 de julio 2014

El 9 de julio, Narco News celebrará su décimo cuarto aniversario en una fiesta en la Gran Manzana. Para mí será la décima fiesta de aniversario. En 2004 empecé a reportar y escribir para Narco News.

Sin embargo, hasta ahora no había podido contar la historia completa de por qué me puse en contacto con Narco News y Al Giordano en primer lugar, debido a que era empleado de una compañía que pensé no le gustaría la historia contada en tiempo real de la forma en que sucedió.

Recientemente, renuncié a mi cargo como editor en jefe de uno de los diarios de negocios propiedad de la compañía American City Business Journals (ACBJ), por razones que describí en un artículo pasado de Narco News, que se puede encontrar aquí.


Gary Webb recibe su diploma en la Escuela de Periodismo Auténtico 2003 de Narco News en Mérida, México.
Debido a que ya no trabajo para ACBJ y ya no dependo de un cheque de ellos para ayudar a alimentar a mis hijos -ya que mis cuatro hijos ahora, diez años después, son adultos- finalmente tengo la libertad para contar la historia sin miedo a perder el trabajo por represalias de mi empleador.

Y siento que es una historia importante, una que necesita conocerse para los periodistas que pudieran buscar un camino auténtico y necesiten entender las consecuencias y los beneficios más sustanciales.

Todo comenzó con una historia sobre un agente del FBI encubierto, haciéndose pasar por un “hombre de negocios” en un exitoso intento de infiltrar a los organizaciones criminales chinas. Resultó que, esas organizaciones criminales, pueden ser un camino a los niveles más altos del poder del gobierno. En este caso, le dieron al espía del FBI acceso al aparato de inteligencia chino, permitiéndole recopilar inteligencia y poner activos humanos para los organismos de inteligencia estadounidenses.

Fue una misión encubierta extremadamente peligrosa para un agente del FBI, llamado Lok Lau, al cual se le requirió existir dentro del mundo criminal durante años.

Sin embargo, una vez que Lau completó su misión, el gobierno estadounidense ignoró su resultante trastorno de estrés postraumático (TEPT) y su dificultad para reinsertarse en la sociedad normal. Como consecuencia, el FBI despidió a Lau por bajo rendimiento, impulsandolo a presentar una demanda en un tribunal federal de California alegando despido injustificado y discriminación.

De una declaración presentada por Lau en su caso:

La tarea era extremadamente peligrosa y estrenaste. Me separe de mi familia y amigos, y los “maneadores” [del FBI] no permanecieron constantes. Después supe que no era tratado como otros agentes encubiertos y me debieron haber proporcionado apoyo, tanto emocional, financiero como humano para aliviar el estrés y ansiedad. Literalmente estuve en guardia 24 horas al día, y sabía que podía morir en cualquier momento. El mundo externo, incluyendo mi familia, no sabía nada de lo que hacía ni cómo. De hecho, a pesar de que era agente del FBI, mi placa se mantuvo en la oficina de campo y ni siquiera podía ver mis credenciales del FBI.

De una presentación amicus curiae del caso de Lau:

…De una lectura del expediente, no es difícil discernir que Lau estaba involucrado en actividades de espionaje, secuestros, comerciando con esclavitud humana, inmigración ilegal, asesinatos, tortura, extorsión, toma de rehenes y cualquier número de actividades criminales que involucraran crímenes contra la humanidad, antes y ahora, en su trabajo encubierto. Lau “penetró” a las Tríadas chinas, los Tongo y otras organizaciones criminales chinas que están presentes en todas estas cuestionas como forma de vida. Por su trabajo encubierto, Lau hubiera recibido premios y otro tipo de reconocimientos, pero no fue así.

Como parte de esa demanda, Lau puso en el registro público de 2003 ciertas declaraciones que el gobierno de los EEUU, entonces controlado por el presidente George W. Bush y el Procurador General John Ashcroft, consideró no apto para el público, porque revelaba muchos detalles sobre la misión espía de Lau en China, la cual hasta ahora permanece como una operación altamente clasificada.

Desafortunadamente para mi, yo ya había obtenido y hechos públicos los detalles de las declaraciones judiciales de Lau en el artículo de un diario del San Antonio Business Journal. Los abogados del gobierno de los EEUU que llevaban la demandas de Lau escucharon de mi artículo, y lo que yo sabía, porque hice la labor periodística adecuada y los llamé para hacer comentarios.

Y así, el viernes que mi diario de Texas fue publicado (después de haber pasado por imprenta un par de días antes, el miércoles), el Procurador Asistente de los EEUU defendiendo al Departamento de Justicia de los cargos de discriminación y despido injustificado de Lau, presentó alegatos en un tribunal federal de California pidiendo al juez en el caso que retroactivamente clasificara partes de las declaraciones de Lau. El abogado del gobierno en su moción también pidió al juez que ordenara que todas las copias existentes de esas declaraciones fueran devueltas al FBI, llegando a demandar que “se le permitiera a un especialista informático del FBI remover los archivos específicos que tuvieran información clasificada de cualquier computadora no autorizada.”

No hace falta decir que, ACBJ (la empresa matriz de mi periódico de San Antonio) no estaba contento con eso, debido a que si el juez emitía la orden solicitada, entonces el gobierno hubiera requisado no sólo mi computadora, sino también todas las computadoras de la cadena de 40 diarios de ACBJ que creyeran pudiera tener esos documentos, con la posibilidad de cerrar la compañía por un tiempo. Eso no sería bueno para el negocio, ni tampoco cruzarse con el Departamento de Justicia y el FBI en general es bueno para la seguridad en tu carrera en unos Estados Unidos corporativos, incluso en el mundo del periodismo.

Como yo lo veía, estaba apunto de ser lanzado debajo de un autobús por mi empleador, y probablemente también por el gobierno de Bush, y el aparato judicial detrás de escena también me llevaba a pensar que el resultado sería el mismo.

Así que acudí a dos personas a las que respetaba para que me ayudaran: Gary Webb, autor de la serie periodística Dark Alliance que expuso las actividades narcotraficantes patrocinadas por los EEUU; y Al Giordano, cuya publicación de investigación en línea Narco News, de entonces unos tres años de edad, había expuesto al ejecutivo de uno de los principales bancos como narcotraficante, y que resultó victorioso en el desafío legal impulsado por su banco para suprimir esa información.

Me imaginé que esos dos periodistas auténticos -con quienes hasta entonces sólo había tenido un intercambio de correos electrónicos (y en el caso de Webb una llamada telefónica)- tendrían un as bajo la manga cuando se enfrentaban al poder corrupto.

Y lo tenían.

Cada uno me pidió que les enviara las declaraciones judiciales que el gobierno de los EEUU y el FBI buscaban clasificar y remover de mi computadora. En ese punto, los documentos aun estaban técnicamente en el registro público debido a que el juez no había emitido la orden de la moción presentada por el Departamento de Justicia de clasificar y eliminar las declaraciones de Lok Lau.

Accedí a la petición de Webb y Giordano, y a unas horas de enviarles por correo electrónico los documentos de la corte se extendieron por todo el mundo a través de internet.

Como resultado de ello, el juez de la causa, en una decisión del 15 de octubre de 2003, determinó que no tenía el poder para incautar todas las copias de las declaraciones existentes de Lok Lau fuera de la “posesión de la corte” (lo que incluía las copias de mi computadora, y ahora las miles de computadoras del mundo). En otras palabras, el juez sabía, parafraseando una vieja canción de cuna, que “Humpty Dumpty tuvo una gran caída,” a través de internet, y su tribunal no tuvo el poder para “juntar las piezas de Humpty Dumpty otra vez.”

Así que al final, el periodismo auténtico ganó, o algo así.

Después de que el polvo se asentó, recibí la noticia a través de mi jefe que el brazo corporativo de ACBJ quería dejar de lado todo periodismo de investigación en el San Antonio Business Journal.

A continuación un extracto de un correo electrónico que envié a Webb y a Giordano a principios de diciembre de 2003 -unas semanas después de haber publicado lo que resultó ser la última investigación en el Business Journal del caso de Lok Lau:

Mi oficina corporativa en Charlotte llamó. Me callaron, desde el nivel más alto de la compañía.

No puedo hacer más periodismo de investigación a los federales. Solamente puedo especular con la verdadera razón, pero la que se plantea es que las historias no son informes de negocios, esencialmente. (Esto es curioso debido a que he estado escribiendo estos artículos, sobre Aduanas, el FBI, la DEA, Seguridad Nacional, por cuatro años ya y he ganado numerosos premios “buen chico”, incluyendo dos de mi propia compañía.

…Sospecho que lo recientemente relacionado con lo del espía Lau del FBI, y la amenaza de llevarse nuestras computadoras, preocupó a los corporativos.

… Espero estar fuera de servicio por un tiempo, pero resurgire de alguna forma y en algún lugar. Así que sigamos en contacto.

Al final resultó que encontré un resquicio legal. Todavía tenía la opción de buscar historias de forma independiente, algo de alguna forma permitido por la política de la compañía. Pero mis días como periodista de investigación para el San Antonio Business Journal habían terminado si quería continuar con mi trabajo y alimentar a mis cuatro hijos, que para entonces estaban en la primaria o en preparatoria.

En respuesta a mi correo, Webb escribió lo siguiente:

Mierda. Lo siento. Me gustaría poder decir que esto es inaudito, pero tu y yo sabemos que no lo es. Es triste que el periodismo de investigación sea el único campo cuyos practicantes sean castigados de forma rutinaria por hacer muy bien su trabajo. Tu, obviamente, lo estabas haciendo excepcionalmente como para llamar la atención de las cabezas en jefe.

…Créeme, se que esto no ayuda mucho cuando algo así pasa pero hay un cierto honor cuando a alguien se le ordena no escribir acerca de algo. Es como una cicatriz de duelo o un Corazón Morado. Has sido herido en combate. Muchos periodistas pasan una carrera entera sin estar siquiera cerca de tener un rasguño del poder estructural. (Además, te saliste con la tuya golpeando a los federales en el ojo durante cuatro años.)

… Así que no puedes escribir sobre este tema más (al menos no mientras estás en tu actual órgano). ¿Alguna orden en contra de futuras historias de informantes de federales de forma independiente?

… No es el fin del mundo. Quién sabe, tal vez esto te pueda poner fuera de un camino al que nunca quisieras volver. A mí me pasó.

Giordano, en una respuesta enviada por correo electrónico, escribió lo siguiente:

Bienvenido al club. Puedes usar ese veto como una insignia de orgullo… Como Jim Morrison quien después de haber cantado letras censuradas le dijeran “Nunca más vas a estar en el show de Ed Sullivan”, respondió: “Oye, ¡Acabo de HACER el show de Ed Sullivan!”

La autenticidad no es el camino más fácil, Bill… pero es el único camino que nos lleva hacia adelante. Si te puedo ayudar de alguna forma, y estoy seguro que Gary [Webb] piensa lo mismo, házmelo saber. Hiciste bien.

Y así es como llegué a Narco News. Giordano abrió esa puerta para mi hace unos 10 años, y continué viviendo la doble vida desde entonces -trabajando durante el día como editor de un semanario empresarial conservador, y a veces estirado; y por la noche investigando sobre la guerra contra las drogas, sin remuneración, para Narco News.

Esa vida doble terminó en mayo pasado, cuando renuncié a mi cargo de editor en el Business Journal.

Con esta historia, viene la prueba, incluyendo la moción del gobierno de los EEUU y la orden del juez, que subo en línea por primera vez para que todos vean.

Disfruten la lectura, y si la próxima semana están en el barrio, no olviden pasar por la celebración del catorce aniversario de Narco News en los Studios MV de Long Island City, Queens, Nueva York, el miércoles 9 de julio a las 7 pm. La dirección y otros detalles se encuentran en este enlace de Facebook para el evento.

Gary Webb (1953-2004), cuya historia de David contra Goliath sería contada en la película Matando al Mensajero en octubre de este año, interpretado por Jeremy Renner. Tristemente, Gary no está para asistir. Pero Giordano estará ahí, yo también, y también estarán ahí muchos jóvenes periodistas que han salido de las once sesiones de la Escuela de Periodismo Auténtico desde 2003. Esperamos encontrarlos ahí, también.

Prueba de Autenticidad

La moción del gobierno de los EEUU que pedía la incautación de las declaraciones de Lau, que era tan amplia que incluía mi computadora.

La decisión del juez a la moción del gobierno

Las declaraciones sin censura del agente del FBI Lok Lau

• Mi serie en el San Antonio Business Journal sobre Lok Lau

Abogados, grupo de derecho civil afirma que el gobierno sube la temperatura del caso del espía Lau

Las computadoras de los medios están en el radar del FBI en el caso del espía Lau

El juez ordena que los registros judiciales anteriormente públicos sean clasificados en el caso de un ex agente del FBI

La historia del ex espía abre la caja de Pandora para el FBI

• Un artículo de investigación sobre la saga de Lok Lau, escrita por Gary Webb para el Asian Times

El espía que dejaron solo

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