English | Español | August 15, 2018 | Issue #67 | ||||
La estrategia y organización detrás del movimiento exitoso por la Ley DreamJóvenes indocumentados han demostrado que las personas ordinarias construyen un extraordinario poder popular, incluso en los Estados UnidosPor Paulina González
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Los miembros del “Equipo de ensueño” de Los Ángeles, Carlos Amador y Neidi Domínguez. DR 2011 Pocho1 Visual Movement. |
Los estudiantes de la Ley Dream a los que se refiere, son, de hecho, gente ordinaria que cuidadosamente estudiaron las lecciones del movimiento por los derechos civiles y otras luchas no violentas exitosas. La Orden Ejecutiva emitida en junio de este año por Barack Obama, dando a los jóvenes indocumentados un estatus legal, es el producto de ese trabajo, en este siglo, por los jóvenes indocumentados.
Los organizadores del Movimiento Dream adquirieron una valiosa experiencia y construyeron un impulso con la organización del apoyo de la expansión del acceso a la educación superior para los jóvenes indocumentados. Con la elección del Presidente Obama, en la que los votantes latinos desempeñaron un papel significativo en ayudar a elegirlo en estados clave como Colorado y Nevada, los jóvenes organizadores vieron su primer oportunidad estratégica al aprobar una ley federal.
Los organizadores del movimiento dirigieron su atención a la concentración de un esfuerzo coordinado a nivel nacional por la legislación federal DREAM. La Red Unidos Soñamos, formada en 2009 y originalmente compuesta por 10 “Equipos de Ensueño” que luego crecerían a 31 afiliados, comenzó a unir organizaciones locales de base bajo un frente y estrategia nacional. Los Equipos de Ensueño locales se situaron de tal forma que implementaron a la perfección una estrategia acordada en distintas ciudades del país.
En un comunicado de la Red, emitido como parte de una capacitación del equipo del estado de Maryland, se explica el sentimiento detrás de su estrategia en evolución: “En diciembre de 2008, el presidente Barack Obama ganó las elecciones, convirtiéndose en nuestro primer presidente afroamericano y el primer presidente en prometer aprobar la Ley DREAM. Para nosotros era sólo cuestión de tiempo, y sabíamos que esta oportunidad requería de un movimiento nacional y una organización que pudiera respaldarlo.”
Armados con la posibilidad de alcanzar la victoria con un presidente comprensivo, en los siguientes años estos jóvenes estudiantes arriesgaron todo a través de la confianza entre sí y en que la estrategia de la política proactiva alcanzaría el ámbito federal. Como parte de la campaña “Sin papeles y Sin miedo”, los jóvenes indocumentados no sólo corrieron el riesgo de ser detenidos en acciones de desobediencia civil no violenta, sino que se arriesgaban a ser deportados y separados de sus familias. Fue a través de esta campaña que dichos jóvenes, que anteriormente habían vivido bajo las sombras, comenzaron a identificarse como indocumentados. Le ponían rostro humano a la idea del “inmigrante ilegal” como “el otro.”
Cuando en el 2010 la Ley DREAM no logró superar una maniobra obstruccionista en el Senado de los EEUU, los jóvenes organizadores no se dieron por vencidos. En vez de ello, se reagruparon y cambiaron su estrategia para concentrarse en el comprensivo pero renuente Presidente Obama para establecer una Orden Ejecutiva que otorgara un estatus legal a los jóvenes indocumentados.
Recuerdo muy claramente la reunión a la que asistí hace poco más de dos años, luego de ser detenida por una acción de desobediencia civil cuando se aprobó la ley anti inmigrante de Arizona, la SB1070. De treinta a cuarenta personas estaban sentadas en el piso, llenando cada espacio del pequeño departamento. Los estudiantes estaban planeando una acción de desobediencia civil en el edificio federal Westwood. Planeaban una escalada de la acción en la que cinco estudiantes fueron detenidos en una sentada en la oficina del Senador John McCain en Tucson, Arizona, ocurrida unos días antes. Recuerdo la sensación de nerviosismo en el aire, pero lo más importante es que había un sentido de determinación entre los jóvenes en la habitación. Ambas acciones fueron parte de la estrategia en desarrollo.
Cuando los organizadores de la Ley Dream no obtuvieron los votos en el Congreso, se dirigieron a la Casa Blanca, buscando una Orden Ejecutiva del gobierno de Obama para detener las deportaciones de estudiantes. El mes pasado tuvieron su última victoria. |
Como parte de esta estrategia, los organizadores del movimiento reconocieron que la construcción de alianzas era esencial para el creciente apoyo de la Ley DREAM. En marzo de 2010, una conferencia de prensa histórica, organizada conjuntamente con la Red Unidos Soñamos, anunció el apoyo de la Federación Estadounidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales (AFL-CIO, por sus siglas en inglés) a la Ley. Richard Trumka, presidente de AFL-CIO, anunció el compromiso de su organización para la aprobación de la Ley DREAM. De pie, a un lado de Trumka estaban los jóvenes de la Ley Dream, así como los representantes de dos de los sindicatos de docentes más grandes del país. Ese día, el presidente Trumka, fue apoyado en su anuncio por Antonia Cortese, Tesorera de la Federación Americana de Maestros, y por Lily Eskelson, vicepresidenta de la Asociación Nacional de Educación.
La conferencia de prensa fue organizada a pesar de la oposición de algunas organizaciones de derechos de los inmigrantes que se oponían a la Ley DREAM como un proyecto de ley independiente. Algunas de esas organizaciones estaban preocupadas de que una estrategia gradual impactaría en la bien fundada estrategia de la Reforma Nacional Inmigratoria con la que buscan avanzar. Contra todos los pronósticos y la oposición incluso de los bien intencionados defensores de los derechos de los inmigrantes, el Movimiento Dream avanzó en sus esfuerzos.
Dentro de cada acción, evento de prensa y charla, los organizadores del movimiento contban tanto sus historias personales como la historia del movimiento, abriéndose paso en la acción. De esta manera, el Movimiento Dream elige conscientemente cambiar el retrato en que se estaba organizando. El miembro del Equipo Ensueño de Los Ángeles, Carlos Amador, explica esta parte de la estrategia, “Contar historias es siempre parte de los entrenamientos que hacemos. Nos aseguramos de que la gente supiera cómo contar sus historias. Estamos convencidos de que nuestras historias, las historias de los jóvenes indocumentados, son nuestra herramienta más poderosa. Así es como hemos sido capaces de cambiar el discurso sobre la Ley Dream y los derechos de los inmigrantes. ”
Además, los organizadores conscientemente ligan su historia a la de Estados Unidos. “Hemos sido capaces de decir que somos estadounidenses y que abrazamos estos ideales. Debemos ser capaces de conectarnos con la otra persona para cambiar sus corazones y sus mentes, mucho más que con estadísticas, o demografía, o con el impacto económico,” explica Carlos Amador. Las acciones del Movimiento Dream, en el que los jóvenes estudiantes utilizan gorras y togas de graduación defiendendo las ideas y los valores estadounidenses, llamándose a sí mismos “estadounidenses indocumentados” movilizó a miles en apoyo de la ley DREAM.
Los participantes de las sentadas “Sin papeles y Sin Miedo” recibieron entrenamiento en no violencia del Reverendo Jim Lawson y otros. DR 2011 Pocho1 Visual Movement. |
Los organizadores del movimiento Dream estudiaron cuidadosamente estas lecciones del movimiento de derechos civiles. El Reverendo Lawson llevó a cabo capacitaciones sobre la no violencia para los miembros del movimiento. En 2009, cuando el movimiento comenzó a aglutinarse en torno a una estrategia nacional, los organizadores del Movimiento de Estudiantes Inmigrantes de Massachusetts (SIM), realizó una visita a los miembros legendarios del movimiento de derechos civiles, Los Nueve de Little Rock. Los organizadores aprendieron de las experiencias de estos veteranos de la lucha.
Los organizadores tomaron estas lecciones y las aplicaron y adaptaron a su propia lucha. Las acciones dilema comenzaron a desarrollarse en el Movimiento Dream mientras los estudiantes indocumentados participaban en acciones violentas relativamente pequeñas pero de gran alcance. A medida que las imágenes de estudiantes que aceptaban pacíficamente su detención, esposados y arrestados mientras portaban gorras y togas de graduación, recorrían el país en los medios masivos y redes sociales, el apoyo al movimiento crecía.
A través de estas acciones cuidadosamente hechas a mano, el Movimiento Dream presentó un dilema para la administración de Obama y los legisladores. Obligaron a sus objetivos a elegir entre arrestar y deportar estudiantes universitarios o fijar una postura y apoyar la Ley Dream. “Los políticos, incluso si son comprensivos, no se van a mover a menos que nosotros lo hagamos. Al ponerlos en esa situación, en ese dilema, podemos movernos hacia nuestros propios objetivos”, explicó Carlos Amador.
El movimiento continuó en aumento a medida que avanzaban hacia las votaciones de la Ley DREAM. En todo el país se llevaron a cabo sentadas en las oficinas legislativas. En julio de 2010, durante el “DREAM Universidad”, en que cientos de estudiantes participaron en una protesta dando clases fuera de la Casa Blanca, veinte manifestantes fueron detenidos en sentadas en distintas oficinas de los Senadores Republicanos en el Capitolio estadounidense. Con el impulso generado, los organizadores planearon eventos diseñados para lograr apoyo de senadores clave a quienes consideraron que tenían mejor oportunidad de mover para apoyar la Ley DREAM.
Además, los organizadores reunieron apoyo en línea y en eventos locales para los jóvenes detenidos en proceso de deportación. Utilizaron el momento no sólo para atraer la atención pública a las injusticias del sistema actual y contar la historia del movimiento, sino también para contar las historias personales y apremiantes de los jóvenes que estaban siendo deportados.
Junto a las acciones estratégicas diseñadas para avanzar en sus objetivos, el movimiento también planificaba sus acciones con base en los objetivos internos para hacer crecer el movimiento. Por ejemplo, poco después de la acción en el edificio federal de Westwood, el Equipo de Ensueño de Los Ángeles participó en una huelga de hambre en la oficina de la senadora Diane Feinstein. La demanda pública de los estudiantes era que la senadora sacara la Ley Dream del Comité Judicial. “Aún cuando no logramos cumplir ese objetivo, también teníamos nuestro objetivo interno de movilizar, fortalecer y llevar más gente al movimiento. Eso sí logramos,” explicó Carlos Amador. Mientras el impulsó creció en 2010 y las acciones se desarrollaban en el país, miles de llamadas y correos comenzaron a desbordar las oficinas de los legisladores que eran objetivo para apoyar la Ley DREAM.
En diciembre de 2010, después de que el Movimiento Dream obtuvo una victoria extraordinaria cuando la Cámara de Representantes aprobó la Ley DREAM, se tuvo una dolorosa derrota al no poder reunir los votos necesarios para superar un bloqueo en el Senado. Sin embargo, se había ganado una pequeña e importante victoria, cuya importancia sería mayor en los próximos meses. Ninguno de los estudiantes indocumentados que fueron arrestados durante un año de desobediencia civil no violenta fueron acusados o deportados.
El voto latino había sido fundamental para la elección del presidente Obama en el 2008. Junto con su apoyo público a la Ley DREAM y el prometido apoyo a la Reforma Migratoria, no podía arriesgarse a deportar a esos estudiantes por temor al desastre publicitario y a la reacción de los latinos que le hubiera seguido. El Presidente Obama calificó el fracaso de la Ley DREAM en el Senado como un “voto increíblemente decepcionante.”
Para protestas menos organizadas, este tipo de derrota hubiera significado el fin de una lucha en que los participantes se hubieran ido a casa con las manos vacías.
La segunda parte de esta historia contará cómo los organizadores de la Ley Dream no se dieron por vencidos, sino que se reagruparon, cambiaron de estrategia y reorientaron sus esfuerzos para lograr una victoria histórica que ha mejorado las vidas de cientos de miles de estudiantes indocumentados y sus familias en los Estados Unidos.
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