Al Gore provoca controversia, esta vez en México

La prensa es restringida de la presentación del político estadunidense para el Gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto

Por Erin Rosa y Fernando León
Especial para The Narco News Bulletin

6 de agosto 2010

TOLUCA, MÉXICO; 4 DE AGOSTO DE 2010: Si Al Gore pensó que un viaje al sur de la frontera aliviaría su reciente divorcio y los escándalos por masajes en los tabloides del norte, lo único que encontró en México fue más polémica. El miércoles, el ex vicepresidente estadunidense visitó Toluca, capital del estado de México, como invitado especial del Gobernador Enrique Peña Nieto, candidato presidencial para el 2012 del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y que busca recuperar el poder para su partido, y es considerado amplio favorito en esa carrera.

El ex vicepresidente estadunidense Al Gore con el Gobernador Enrique Peña Nieto el 4 de agosto en Toluca, México. Foto de la oficina del gobernador

La prensa fue restringida de la presentación de Gore, según se informa sobre cambio climático, y los funcionarios estatales se negaron a declarar cuánto dinero se le pagó al ex candidato presidencial estadunidense por la presentación (Gore, generalmente recibe más de US$170,000 por presentación). El misterio se avivó aún más por la admisión de que patrocinadores del sector privado habrían financiado la visita de Gore, pero los funcionarios estatales afirmaron que no sabían quién había pagado la tarifa y los costos del presentador.

En el marco de la iniciativa estatal “Compromiso por México”, parte de una conferencia de dos días sobre cambio climático y desarrollo sostenible, el sitio en internet para el foro de dos días dice que “todos los foros serán transmitidos en vivo” a través de la radio y televisión pública del estado de México y en el sitio de internet. De hecho, todas las otras sesiones del foro fueron transmitidas en vivo, no así el discurso de Gore.

Esto tan solo dos meses después de que Gore criticó duramente el comportamiento similar de la compañia petrolera British Petroleum (BP) por impedir el acceso a reporteros a algunas partes del Golfo de México afectadas por el derrame petrolero. Gore dijo al periódico Monitor Cristiano de la Ciencia (CSM, por sus siglas en inglés) que las acciones de BP “son completamente inaceptables”, y que “esta forma de censura de facto tiene que parar.”

Pero para el ex vicepresidente estadunidense lo que es “completamente inaceptable” en el Golfo de México al parecer está bien para México, ya que solo se permitió la entrada a 300 invitados de élite del gobierno estatal al discurso de Gore, del cuál solo los primeros cinco minutos—durante los cuales Gore personalmente agradeció y elogió el “liderazgo” dell Gobernador Peña Nieto—fueron suministrados a los reporteros a través de un circuito cerrado de televisión. El equipo de Narco News estuvo en la sala de prensa y estuvo con cámaras de video a la llegada de Gore, se reportan más detalles desde Toluca abajo.

Un discurso, a puerta cerrada

Mientras los foros no fueron abiertos al público, si lo fueron para la prensa acreditada. Pero la mañana del miércoles los reporteros que cubrían los paneles se sorprendieron al descubrir que el lugar para el discurso de Gore no solo se cerraría a los medios de comunicación, sino que solo se les permitiría escuchar los primeros cinco minutos del discurso del político estadunidense en circuito cerrado de televisión. A los periodistas del foro se les entregó un aviso de prensa que decía que “no habrá ninguna transmisión de la conferencia por ningún medio después de los primeros cinco minutos”, por disposición de la oficina de Gore. El aviso decía también que el equipo de Gore había establecido que “no habrá entrevista ni conferencia de prensa con el Sr. Al Gore.”

Solo se permitió la entrada al recinto donde Gore hizo su presentación a alrededor de 300 invitados distinguidos del gobierno del estado de México. Aquellos que asistieron al evento fueron rápidamente escoltados por seguridad privada y policías estatales desde el valet parking hasta las puertas del recinto, donde se habían erigido vallas metálicas para evitar que la prensa se acercara. Gore arribó en una camioneta Tahoe SUV Chevrolet tan solo unos minutos antes que iniciara su participación, y fue seguido por un séquito de personal de seguridad. “Todos estamos sorprendidos”, dijo un productor que trabaja en la estación de radio estatal. “Digo, tan solo escuchar el discurso por cinco minutos… ¿Cuál es el punto?”

Enrique Peña Nieto y los patrocinadores anónimos detrás del discurso

Impedidos para asistir al discurso de Gore, los periodistas fueron secuestrados en una sala de prensa, permitiéndoles solo ver cinco minutos del evento en el sistema de circuito cerrado de televisión. Foto D.R. 2010 Erin Rosa

Para empeorar las cosas, los funcionarios estatales que organizaron la conferencia no parecen dispuestos a ofrecer transparencia alguna sobre quién pagó a Gore para hablar en Toluca. Antonio Juárez, portavoz que se encontraba en la sala de prensa durante los foros, confirmó a Narco News que Al Gore había sido pagado para su presentación. Sin embargo, cuando se le preguntó por el dinero de la presentación el representante dijo: “No lo sé. Fueron patrocinadores privados.” Juárez afirmó también que debido a que el dinero era privado, no sabía cuánto se le había pagado a Gore por hablar en el evento. Un miembro de Comunicación Social de la legislatura estatal dijo a Narco News que Gore recibió MX$5 millones (US$397,000) por su participación.

Otros periodistas que cuestionan el apoyo financiero para la presentación de Gore recibieron respuestas similares. Días antes del evento, el diario mexicano Reforma citó al Secretario de Medio Ambiente del Estado de México, Gustavo Cárdenas, dicendo que: “no tengo en estos momentos el costo [para la participación de Gore]”. El miércoles, el diario Milenio publicó que la cantidad de dinero que Gore iba a cobrar para la participación en el evento “tampoco se ha informado.” Reforma publicó también que, en el pasado, Gore ha cobrado más de US$175,000 por discurso.

Pero todas las cuestiones polémicas concernientes al boqueo a los medios de comunicación y la falta de transparencia están ligadas a un hombre llamado Enrique Peña Nieto, gobernador del estado de México y principal candidato para las elecciones presidenciales mexicanas de 2012. Fue Peña Nieto quien inauguró los Foros de Reflexión en Toluca, refiriéndose a ellos como “un regalo para México.” Fue también Peña Nieto quién se sentó a un lado de Gore poco antes que este último hiciera su presentación, la cual solamente pudieron escuchar algunos invitados.

Espectacular de la conferencia de “Desarrollo Sostenible” del Gobernador Enrique Peña Nieto. Foto D.R. 2010 Erin Rosa

El carácter exclusivo del evento con los detalles de la seguridad pública y privada, junto con la admitida participación de patrocinadores privados, solo plantea más preguntas acerca de la verdadera intención del foro. De hecho, la participación de Gore—abiertamente organizado por los funcionarios del gobierno de Peña Nieto—tiene todas las señas de ser recaudadora de apoyos políticos. Hasta el momento cualquier transacción financiera concerniente a la presentación continúan poco claras y sin ser reveladas.

Luego de la presentación, funcionarios estatales publicaron fotografías en el sitio de internet del estado de México, las cuales muestran a Gore y Peña Nieto en un recinto distinto a donde se llevó a cabo la presentación, charlando en lo que parece ser un almuerzo privado con distintos invitados—un evento distinto al que se describe en el texto del sitio como relativo a la conferencia. Ninguna reunión como esa fue revelada públicamente a la prensa, o en el programa oficial del evento entregado a los medios en el foro.

Peña Nieto, Arquitecto de la represión

El Gobernador Peña Nieto es un líder polémico en México, en gran parte debido a su inclinación por el despliegue de una fuerza excesiva en contra de los movimientos sociales. En mayo de 2006, fue uno de los arquitectos clave de la brutal represión policial en contra de cientos de pobladores de San Salvador Atenco y Texcoco, poblados localizados al este del estado que el preside.

Foto oficial de Al Gore dirigiéndose a 300 invitados en México el 4 de agosto. Los funcionarios se negaron a revelar la cantidad que se le pagó a Gore y quién pagó ese dinero.

En ese momento, Peña Nieto, asociándose con el gobierno federal del entonces presidente Vicente Fox, ordenó la entrada de la policía a los pueblos en un supuesto esfuerzo por sofocar la resistencia que había estallado después de que el gobierno estatal insistía en desalojar a floristas de Texcoco para abrir espacio para un nuevo Wal-Mart. Lo que siguió fueron algunos de las más horribles y claramente documentadas violaciones a los derechos humanos en la historia mexicana reciente.

Después de que la policía estatal asaltara los poblados, dos personas murieron, cientos fueron arrestadas y docenas más quedaron heridas y al menos una docena de mujeres fueron violadas delante de testigos por agentes policiacos de Peña Nieto y también por agentes federales. Cuatro años después del asalto, doce personas—de las más de doscientas—permanecían detenidas con sentencias que oscilaban entre los 31 y los 112 años de prisión. Fue hasta junio de este año que la Suprema Corte de México encontró que no había pruebas suficientes para las sentencias y ordenó la inmediata liberación de todos los presos.

A pesar de los abusos documentados, Peña Nieto sigue siendo considerado uno de los principales contendientes para la próxima elección presidencial de 2012 por parte del Partido Revolucionario Institucional (PRI), a pesar de que aún no ha sido designado oficialmente por el partido. La presencia de Gore en la capital de su estado parece ser una señal de que la campaña presidencial ya ha comenzado.

En otras palabras, el único clima que el ex vicepresidente estadunidense y activista ambiental ha logrado mantener intacto, es el clima político de México, donde la aparición de Gore ha sido ampliamente interpretada como un caro respaldo a las ambiciones de Peña Nieto por el poder y darle así marcha atrás al reloj de la última década hasta los setenta años de gobierno (1929-2000) del Partido Revolucionario Institucional.

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