English | Español | August 15, 2018 | Issue #60 | |||
En Contra del Antisemitismo: de Derecha, Izquierda o Inducido por los MediosPor Al Giordano
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De igual forma, soy muy sensible a los comentarios racistas anti-judíos y a otras formas de antisemitismo. Tengo el desprecio más alto a aquellos que, como el dictador iraní Mahmoud Ahmadinejad, van por ahí negando que el Holocausto haya ocurrido, mientras violentamente reprimen movimientos de resistencia civil que están en contra de sus regímenes autoritarios. Aún cuando no soy judío, tomo este tipo de ataques personalmente, como lo hacen muchos judíos y no-judíos por igual.
Tal vez sea porque crecí en Nueva York, donde muchos de mis más valiosas influencias eran judíos. Tal vez porque cuando era adolescente las autoridades de la Iglesia Católica local me echaron del grupo de guitarra de los domingos de misa, luego de que me encontraran enseñando canciones no cristianas a los otros niños allí. En su lugar, fui capaz de convencer a mi mamá de que me dejara asistir al grupo de jóvenes del Templo. Tal vez porque el director de ese grupo de jóvenes, un judío-americano heroico llamado Richard Zoffnes, luchó y ganó la batalla para que me permitieran entrar en el grupo del Templo. Fue entonces cuando aprendí una importante lección en los conceptos políticos judíos de la solidaridad, un ejemplo que me esfuerzo en cumplir cada día.
En ese grupo del Templo, recibí beneficios que no habrían estado disponibles para mí como niño católico, incluyendo clases de educación sexual a los 13 años. En esos años de formación marché por la parte oeste de Central Park en apoyo de los judíos soviéticos—la población judía en lo que ahora se conoce como Rusia y en países vecinos—que, al igual que nuestros antepasados anarquistas, fueron perseguidos brutalmente por ese gobierno.
Soy un poco más viejo ahora, pero aún llevo conmigo el entendimiento de que el Holocausto Nazi fue la peor atrocidad cometida contra el mayor número de personas de entre todas las cosas horribles que han pasado en el tiempo en que alguien vivo entonces puede estarlo ahora.
Y si sé que el capitalismo es terrible y destructivo, y que ha habido y se siguen desarrollando otros genocidios—decir que uno es peor no significa decir que los demás no sean terribles—y que el pasado siglo no ha sido un día de campo para los Palestinos, o para otros grupos nacionales, étnicos, religiosos, o raciales. Sin embargo, el Holocausto, y el exterminio sistemático de millones de personas porque eran de una determinada fe, es para mí, el peor ejemplo de como multitudes de personas pueden ser incitadas ciegamente mientras son manipuladas por el odio y el mal para hacer chivos expiatorios.
Si intenta discutir en mi contra en este punto, si trata de darme una lección de que hubo algún otro crimen peor que tuvo lugar el siglo pasado, no te tomaré en serio. Ni siquiera me disculparé por no tomarte seriamente. Probablemente mi respeto hacia ti disminuirá. Porque creo que cuando algo tan terrible le sucede a tantas personas por parte de otros que, después de todo, son del continente europeo tan supuestamente evolucionado, ese es el trabajo vital para inocular a la sociedad para evitar que semejante psicosis se repita. Eso requiere de generaciones de educación y de, en suma, la reconstrucción entera de una cultura para asegurarse de que la historia no se repita, y que no se repita contra nadie, pero específicamente contra aquellos a los que les sucedió y sus descendientes, quienes llevaron la peor parte de todos los pueblos: las personas judías.
Conozco a otros muchos neoyorquinos, y a muchas personas de otras partes, judíos y no judíos, que se sienten igual que yo con respecto al Holocausto y a la importancia de dos palabras: “nunca más”. Curiosamente, todos nosotros tenemos opiniones distintas frente al conflicto Israel-Palestina y en como referirse al mismo. Pero estamos unidos en asegurarnos de que una psicosis violenta semejante a la que hicieron los Nazis, nunca vuelva a ocurrir.
Así que cuando antisemitas andan por ahí diciendo cosas como: “Yo creo que debió haber sido justo y valedero que Hitler hubiese terminado su visión histórica”, no me importa de quien venga—derecha o izquierda—está clamando porque le patee el trasero, por el legítimo temor y trauma que ese tipo de declaraciones causan en la gente buena, mientras que también incita a aquellos que odian, como él, a que hagan acciones violentas en contra de judíos.
Y es triste decirlo, aún cuando el nazismo es el pináculo de la ideología de derecha, hay algunas personas confundidas y enfermas que se identifican en la izquierda pero que hacen declaraciones de este estilo. El que hizo está despreciable declaración exacta la semana pasada en Radio Globo Honduras—un par de días antes de que fuera ocupada y cerrada por las tropas militares golpistas (por motivos distintos a las declaraciones de Romero, las que el régimen desconocía hasta después de apoderarse de la estación y de sus cintas del archivo)—fue su director general, David Romero.
Rechazo y condeno las palabras de Romero, y a él por haberlas escupido. Si alguna vez alguien dijera algo similar en esta publicación, sería despedido en un minuto neoyorquino, muy rápido.
Si esa persona, como Romero hizo en la nota de AP, se disculpara y dijera que no creía de verdad lo que dijo, de todas formas lo despediría indefinidamente mientras las cosas se aclaran. Y le diría a ese empleado o profesional independiente o co-editor, que a menos que no esté dispuesto a ir, solo, a sinagogas, templos u otras reuniones de personas judías y se disculpa cara a cara, y escucha todo lo que ellos tienen que decir para informarlo y enseñarlo, y expresarle su horror legítimo a los llamados a la violencia como ese, aún no tendría oportunidad de recuperar su empleo.
De hecho, probablemente así es como lo hubiera manejado: llamaría a algunos amigos de algún templo local o una organización judía y les diría: “Es tu decisión creer si la disculpa de este tipo es sincera o no, y si te sientes seguro en que siga siendo parte de este medio otra vez. Francamente, el me aterra. Pero tal vez tu puedas educarlo. Si estas dispuesto a intentarlo, voy a decirle que solo puede tener su trabajo de vuelta si me dices que puede. De lo contrario, se va.”
Eso sí, solo estoy diciendo como lo manejaría en mi propia organización de medios. Pero si el dueño de Radio Globo hiciera algo similar, recibiría mis aplausos, así como de sus otros empleados, muchos de los cuales han compartido con Narco News su indignación, desacuerdo, la vergüenza y el sentimiendo de traición causado por la declaración de Romero. Nada como eso se había dicho en Radio Globo antes o después de que Romero lo hizo. La gente alrededor de la estación ha permanecido en estado de shock por ello, frustrados de que el sea su superior inmediato y que haya empañado su causa justo en el momento en que la estación está luchando por su vida contra la censura represiva del régimen golpista.
Afortunadamente, de los 469 co-editores de Narco News, de la totalidad diversa de periodistas, estudiantes y profesores, nunca nadie ha escrito algo tan estúpido y desalmado en esta publicación como lo que dijo Romero, y espero que ese siempre sea el caso.
En años recientes ha habido una industria casera que trata de crear miedo a los movimientos e individuos que no son, como Romero, precursores del pensamiento antisemita, y de que los judíos y otras personas no tendrían miedo o desconfianza en base a lo que realmente tratan de decir o hacer. Mas bien esta industria existe para distorsionar sus palabras, se los saca de contexto para tratar de difamarlos como algo que no son: antisemitas.
El manipulador deshonesto que si hizo sonar el silbato para iniciar la polémica concerniente a Honduras, fue la “periodista” Frances Robles del Miami Herald.
En una nota del 24 de septiembre, titulada “Me están Torturando, Zelaya clama”, Robles escribió el siguiente párrafo inicial:
“Han pasado 89 días desde que Manuel Zelaya fue expulsado del poder. Está durmiendo en sillas, y afirma que el dolor de su garganta es producido por gases tóxicos, y que ‘mercenarios israelíes’ lo están torturando con radiación de alta-frecuencia.”
En el procedimiento periodístico normal cuando se hace una cita sensacionalista como la referencia a los “mercenarios israelíes” en el primer párrafo, se proporciona entonces en un párrafo siguiente la cita completa con su contexto para que los lectores puedan juzgar por si mismos lo que realmente se dijo.
Robles no hizo eso, lo que provocó que se levantara la primera bandera roja en cuanto a sus intenciones. Habiéndola inquirido seis veces por un lector, vía correo electrónico, para que ofreciera la cita completa con su contexto, Robles continuó respondiendo, por medio del correo electrónico, al lector, auto-defensas largas, mientras se seguía negando a proporcionar la cita exacta de donde extrajo las palabras “mercenarios israelíes” poniendo alrededor de ellas otras palabras, no citadas.
Narco News obtuvo el intecambio completo entre los correos de Robles y del lector, en donde Robles parece confundir la petición del lector de proporcionar la cita completa con un debate sobre si Zelaya dijo las únicas dos palabras que citó de la declaración completa no divulgada:
“...cualquiera que piense que esto fue inventado, obviamente no está con él, porque lo repite UNA Y OTRA VEZ. No puedo explicar como nadie más lo informó. Supongo que sonaba tan fuera de lo común que otras personas optaron por ignorarlo.”
Después de eso, invoca el nombre del Presidente de Venezuela, Hugo Chávez—otro líder de América Latina al que la industria casera ha tratado de presentar, de alguna manera, como antisemita; un líder que se ha sumado a delegaciones organizadas por organizaciones judías para asistir a campos de concentración y que ha procesado a los invasores de una sinagoga en Caracas—y lo que ella dice es su apoyo para el artículo. Robles escribió:
“Ayer en una conferencia de prensa en Nueva York alguién le preguntó a Hugo Chávez lo que pensaba del artículo y dijo: “Le envío a la reportera del Miami Herald un beso grande por finalmente haber dicho la verdad.”
Entonces, confundida o tratando de confundir, ignora la petición por la cita completa y trata de debatir un tema diferente:
“He sido periodista por 20 años y no llegué hasta donde estoy inventando citas. No gano nada con eso.”
Excepto, quizás, una primera plana de sus notas olvidadas en las páginas del Miami Herald.
Cuando el lector preguntó, de nuevo, por la cita completa, Robles respondió:
“Estoy muy ocupada y no muy interesada en iniciar un debate por este medio. Voy a responder este correo, pero para ser honesta, no lo he leído completamente, porque simplemente no tengo tiempo. No voy a buscar entre mis notas para encontrar citas para tí...“Tengo muchas entrevistas y trabajo que hacer, y simplemente no puedo responder a cada lector que quiere discutir las líneas de mis historias.”
Narco News escribió entonces a Robles para pedir la cita completa, que se había negado a revelar. Pero la pregunta sigue siendo: Si la reportera del Miami Herald tuvo el tiempo para responder al lector en múltiples mensajes de correo electrónico ¿por qué no tuvo el tiempo para responder a su pregunta, no parece esto demasiado raro? ¡En mucho menos tiempo podría haber contestado su pregunta!
Lo que Robles si hizo, sin embargo, fue entrar en pánico después de haber sido informada de que su simulación podría llegar a estas páginas, las cuales han expuesto a muchos corresponsales estadounidenses por sus tratos deshonestos en América Latina, y que costaría un poco más de sus prebendas, que fue el preguntar a los asistentes de Zelaya si el había usado el término “mercenarios israelíes.”
Narco News ha obtenido copias de las respuestas de la organización de Zelaya a Robles, diciéndole que él mencionó “rumores” de “supuestos mercenarios”, pero nunca dijo que esas “supuestas” partes fueran responsables de la armas sonoras de alta tecnología y de los químicos utilizados en la Embajada de Brasil, que fue la falsa afirmación hecha en la nota del 24 de septiembre de Robles.
Al igual que la ahora en desgracia experiodista del NY Times, Judith Miller, antes que ella, Robles no tomó en serio en la cuestión de las armas químicas—en este caso, en contra de la embajada brasileña, ahora confirmadas por el gobierno de Brasil y por las Naciones Unidas—para tratar de retratar a Zelaya como un poco loco por ser una de las víctimas de las ahora-documentadas armas químicas.
Fue tan solo un día después de que Robles hizo sonar el silbato que David Romero hizo sus declaraciones antisemitas, ladrando al escuchar el silbido de Frances Robles. Nadie en Radio Globo, o en cualquier otro lugar esperaba que se comportara de esa forma. Pero el campo sonoro de ese tipo de armas desató al demonio dentro de él.
La otra cosa que la nota, antes mencionada, de Ap, por Benajamin Fox, olvidó mencionar fue que Zelaya ya había condenado las palabras de Romero el 29 de septiembre, cuando emitió una declaración que decía:
“En las sociedades mucha gente se equivoca, incluyendo a algunos de mis opositores y también los que me apoyan, y caen víctimas del anti-semitismo. Yo rechazo todas las posturas anti-semitas y los ataques que instan a los hondureños y hondureñas a hacer lo mismo.”
Fox ni siquiera pidió a Zelaya un comentario.
Aparentemente Fox ignora que Zelaya es el presidente legítimo y que nombró al judío-hondureño, Yani Benjamin Rosenthal, como el jefe del gabinete; a Leo Starkman como Ministro de Inversión; a Moisés Starkman como Ministro de Energía. Y Zelaya colocó a Jacobo Regalado Weitzembluth al frente de la empresa estatal de telefonía, una institución ahora incautada por las tropas militares.
David Romero es un vicioso anti-semita que merece mi desprecio y el de usted, y que ha sido reprendido públicamente por el Presidente Zelaya en su carta abierta del 29 de septiembre, días antes de que este asunto se convirtiera en una campaña mediática.
Mel Zelaya fue atacado por tales antisemitas cuando nombró a tantos judío-hondureños en posiciones superiores de su gobierno, en representación mayor que en la población en general.
Usted, amable lector, decide ¿quienes son los antisemitas aquí? Y quién esta haciendo sonar el silbato para incitarlos a provocar el miedo y el trauma.
Lo que los simuladores profesionales, como Frances Robles, hacen para hacer sonar esos silbatos y así incitar a los verdaderos antisemitas, como David Romero, es despreciable, no sirve a la causa justa y eterna contra el antisemitismo, y pretende llevar a cabo todo lo contrario.
Después de todo, la manipulación de las multitudes y la generación de una psicosis colectiva intentada por Robles no fue algo que inventó, sino, maś bien, la marca de no hace mucho de cierto tipo de Holocausto y de sus propagandistas. Cuando los perros comienzan a ladrar, hay que hacerles frente, claro, pero también hay que buscar a aquellos que hacen sonar los silbatos.