English | Español | August 15, 2018 | Issue #44 | |||||||
Marcos entre la basura de Tamaulipas: “Calderón no va a terminar los 6 años que le tocan”El Delegado Zero pide a la prensa que saquen fotos de Blanca Navidad y pregunta “si es justo que un trabajador y su familia viva así”Por Murielle Coppin
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Foto: DR 2006, Alice Serena |
El bus se para al lado de una crucecita verde, una de las muchas esparcidas al borde de la carretera fronteriza evocando a los muchos muertos. A sólo 8 metros más abajo “luce” el Río Bravo. El Delegado Zero y demás visitantes se tapan la nariz. Sorprendidos por la conmoción, unos chóferes distraídos se escapan por poquito de una colisión. Acompañados por Martha Ojeda, representante de la Coalición Pro Justicia de Maquiladoras, el grupo se aventura cuesta abajo y se para al lado de uno de los ocho desaguas pestilentes. El olor se hace insoportable. En este lugar las aguas negras de las maquiladoras del parque industrial Finsa (con multinacionales como Sony, Catterpilar, Teleflex) son descargadas al río que luego desemboca en el Golfo. La planta tratadora de aguas instalada por el gobierno sólo procesa desechos orgánicos y no los químicos tóxicos.
DR 2006, Anna Mauri |
Martha señala irónicamente: “es uno de los precios del desarrollo que se tienen que pagar, un regalo que nos ha dejado el TLC”, un desarrollo alimentado por programas gubernamentales especiales para atraer a las empresas a México. Martha aclara: “Los estados compiten para que vengan estas empresas, les dan kilowats free, agua gratis, no cobran impuestos, entrenan a la gente hasta tres meses para que produzcan al cien por ciento a condición de generar empleos… pero lo que generan es la muerte”.
Foto: DR 2006, Alice Serena |
Muchos nunca logran atravesar la frontera o han sido expulsados. Unos de ellos se instalan en la zona fronteriza por las oportunidades de trabajo en las maquiladoras. Los sueldos de hambre les obligan a ocupar tierras para construir chozas. Blanca Navidad es una de estas coloniales, hoy anfitriona del Delegado Zero y la caravana. Unas 400 familias comparten un espacio a poca distancia de unos vertedores de basura. Las connotaciones paz, tranquilidad, nieve, evocadas por el nombre de la colonia suenan irónicas con la intensidad del sol, la miseria extrema, injusticia, abuso de poder y violencia que sufren sus habitantes a diario.
El 22 de diciembre de 2004 los colonos llegaron a ocupar estas tierras inhóspitas. Poco a poco y a medida de que les sobraba unos pesos al final del mes, construyeron sus casas de madera. Después de un año de tolerancia, el presidente priísta, Daniel Perez Treviño, calificó la colonia de ilegal. Propuso a los colonos comprar un terreno en una de las reservas territoriales, lo que les resulta imposible por razones económicas. El día uno y dos de febrero de 2005, el presidente mandó unos bulldozers para derrumbar una manzana de 20 o 30 casas en Blanca Navidad. Algunas casas fueron quemadas con todas las pertenencias adentro, entre otras, las cobijas y juguetes que el presidente les había regalado unos meses antes para Navidad.
Rosy (un seudónimo) cuenta: “Cuando regresé de mi trabajo, ya no quedó nada de mi casa. Tardé un año en construirla, tumbaron y destruyeron todo. Mi estufa, mis trastes, mi comida, mis papeles, entre otros, mi acta de nacimiento y mi diploma de secundaria. Mi tanque de gas se lo llevaron, no recuperé nada. Vine aquí porque me dejó mi esposo. Soy madre soltera de 4 hijos.” En el agresivo desalojo cayeron varios muertos. Una señora mayor murió de un infarto, un joven fue baleado por haberse defendido, tres niños fueron quemados vivos en su propia casa, varias personas fueron detenidas y encarceladas y las mujeres fueron golpeadas. “Pareció guerra” dice Rosy.
DR 2006, Anna Mauri |
Otras tres mujeres se dirigieron espontáneamente hacia una reportera para contar sus historias. Ya no tienen miedo, están hartas de la situación y necesitan desahogarse. Un personaje como el Subcomandante Marcos que viene explícitamente hasta su colonia para conocer su realidad es bienvenido con los brazos abiertos. Cientos de colonos se congregan alrededor del portavoz carismático del EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional). No es nada sorprendente que la mayoría de ellos sean mujeres. En un país ultra-neoliberal y machista como México ellas son los elementos más vulnerables. Muchas fueron abandonadas por sus esposos “por una más bonita”, dicen. No hay para vivir bien.
Las mujeres jóvenes trabajan en una de las muchas maquiladoras. Pasados los 35 años, ya no les dan chamba. Rosy vende shampús, medicinas y pan hechos por ella misma en la colonia. Juana, una mujer mayor, vende ropa y juguetes de segunda mano. Otras son trabajadoras sexuales. Todas buscan la manera de sobrevivir. Salir a trabajar resulta ser una actividad arriesgada, no sólo por las peligrosas condiciones de trabajo sino porque en cualquier momento la policía puede llegar a tu casa y allanarla. Las amenazas de desalojo continúan. Dos días antes de la llegada del Sup quemaron otra casa para intimidarles. Supieron que iba a haber movimiento y que la gente se está organizando.
DR 2006, Martina Morazzi |
Marcos hace un llamado a la prensa: “Les pido que saquen fotos y video y díganme si es justo que un trabajador y su familia viva así. Trabaja más de 8 horas al día por 50 pesos… Y que tomen la foto de la casa del presidente municipal y del gobernador, o del rancho de Vicente Fox y Martha Sahagún. Y preguntamos, ¿cuánto tiempo han trabajado? No ha hecho nada durante 6 años más que salir en la televisión diciendo tonterías y ponerse de rodillas ante Bush… Vean la casa del dueño de la empresa Sony, que tiene de este lado la parte de la industria que envenena porque al otro lado no le dan permiso”.
El Delegado Zero continúa su discurso denunciando el contraste entre ricos y pobres: “Cuando un rico se va vivir primero ponen la casa, la calle, el jardín, la luz, el drenaje, teléfono y luego se va a vivir. Y la gente que está trabajando llega y no hay nada… con pedazos de cartón y madera hace su casita… luego tiene que luchar para que metan drenaje, luz, agua… y luego los desalojan porque es ilegal”.
DR 2006, Murielle Coppin |
Prometiendo que “Blanca Navidad ya nunca más va a estar sola”, el Delegado Zero y la Caravana se despiden de los colonos para dirigirse a la reunión de adherentes –sobre todo (ex)trabajadores de la maquiladora—de La Otra Campaña. Rosy susurra: “Hay que cuidarse mucho porque hay muchos levantones”, un tipo de expres-secuestro en que unos mafiosos armados levantan a sus “enemigos” o hasta personas inocentes para vengarse de ellos, liquidarlos o simplemente sacarlos el dinero.
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