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En México aparecieron 2.5 millones de votos perdidos: López Obrador reduce el margen de Calderón a 0,6 por ciento

La afirmación del IFE, según la cual se habían contado el 98,5 por ciento de los votos, era falsa: las autoridades se oponen a un recuento


Por Al Giordano
Parte I de una serie especial para The Narco News Bulletin

7 de julio 2006

Este reportaje, parte uno de una serie, fue publicado el 5 de julio mientras las autoridades electorales mexicanas empezaron a hacer el cálculo oficial de los resultados de las elecciones presidenciales. Como se explicó en él, el Instituto Federal Electoral se negó a realizar un nuevo conteo de las papeletas. El resultado fue un “recuento virtual,”que resultó ser un espectáculo… una simulación. Las partes siguientes de esta serie, mantendrán actualizada la historia.

Hoy en México empieza un “recuento” de los votos emitidos en las elecciones presidenciales del domingo pasado. No obstante, los árbitros se niegan a hacer un nuevo conteo.

Las autoridades del Instituto Federal Electoral (IFE) cerraron filas el martes, junto con el Partido de Acción Nacional (PAN), del presidente Vicente Fox y del candidato Felipe Calderón, oponiéndose a un verdadero recuento de los votos. Esto le pisa los talones al “descubrimiento”, que se llevó a acabo el martes, de 2.5 millones de votos escondidos por el IFE desde el domingo, lo cual se suma a un creciente conjunto de evidencias – sin contar la desconfianza en las instituciones por parte de la opinión pública – de que se perpetró un enorme fraude electoral.

El “recuento” parcial comenzó a las 8 a.m. del miércoles, en los 300 distritos electorales de México –cada uno con un promedio de 400 centros de votación y 140.000 votos para tabular– y ya se está armando un escándalo frente a la posibilidad de realizar un conteo auténtico a través del escrutinio público. Abogados y altos funcionarios del PAN –cuyo triunfalismo ha pasado a convertirse en un evidente durante las últimas horas – tienen ordenes de sus jefes de oponerse universalmente a que se reabra cualquier urna o a que se haga un escrutinio público de los votos que habrían sido recibidos cada candidato. Por otro lado, militantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD), del candidato Andrés Manuel López Obrador, así como muchos ciudadanos indignados armados con cámaras de video, han asediado los 300 sitios de recuento, exigiendo un verdadero recuento, voto por voto.

Es probable que la primera etapa del proceso dure varios días: hay que volver a contar cada una de las papeletas depositadas en más que 11.000 centros de votación (es decir, las que escondió el IFE, pues la mayoría señalaban como ganador a López Obrador, de acuerdo con las leyes electorales de México. Eso representa un promedio de casi 40 centros de votación por cada distrito. Y con dos lados bien organizados luchando entre sí- avalados por la incompetencia obstruccionista del IFE- para que los votos sean contados nuevamente o no, el proceso, que ya se evidenciaba frágil, comienza a desbaratarse.


La policía cierra la vía a un tiradero de basura en Nezahuacoyotl, donde se descubrieron las urnas de tres casillas en las que ganó López Obrador durante el martes.
Photo: D.R. 2006 El Universal
Uno de los problemas más grandes para el IFO y el gobierno de Fox es que si permitieran el recuento genuino que exige la opinión pública, saldría a la luz la desagradable verdad de que se ha “desaparecido” una cantidad desconocida de urnas durante los últimos dos días. Los papeletas de tres centros de votación en Nezahuacoyotl (un baluarte de López Obrador) fueron halladas ayer en el tiradero de basura municipal de dicha ciudad. Desde el domingo, los resultados de esos centros de votación nunca fueron tenidos en cuenta durante el conteo realizado por el IFE. Una funcionaria del IFE, acechada por periodistas de la televisión, aumentó la gravedad del asunto cuando culpó al Ejercito Mexicano: las Fuerzas Armadas, y no el IFE, estarían vigilando las urnas , aseguró la funcionaria, en defensa de la burocracia para la que trabaja. Fuentes cercanas al ejército dijeron a Narco News que estas palabras produjeron bastante rabia entre los generales y militares, quienes recibirían ordenes de sofocar la rebelión nacional si la gente no cree o no acepta la decisión final del IFE.

Es comprensible que las Fuerzas Armadas estén preocupadas ante la posibilidad real de que la historia se repita: que los militares se conviertan en chivos expiatorios de un proceso retorcido. Si es que, como pasó en los años 60 y 70, ordenan al ejército reprimir las protestas, bloqueos, paros y ocupaciones de instalaciones del gobierno que hace la población civil ¬–acciones que serían inevitables si el EFE se negara a hacer un recuento público – los generales se convertirían en los destinatarios del repudio nacional y global que eso traería como consecuencia. Cabe destacar que, a diferencia a las elecciones presidenciales de hace seis años, las Fuerzas Armadas han permanecido en completo silencio. Los anteriormente obligatorias afirmaciones por parte del ejército diciendo que apoyaría incondicionalmente el fallo del IFE, están completamente ausentes del guión habitual. Es bastante probable que si el presidente Fox decide intentar reprimir el descontento social, el ejército se negaría a convertirse en su pelele.

Aunque son muchas y muy grandes, las agencias policíacas no cuentan con la cantidad de elementos para contener exitosamente una revuelta nacional. Los hechos de la madrugada del 14 de junio en Oaxaca – cuando 15 mil maestros en huelga hicieron retroceder al ataque de más que 3 mil policías antidisturbios-, siguen frescos en la memoria colectiva. Armados únicamente con palos y piedras repelieron los toletes, escudos, lanzagranadas de gas lacrimógeno, y balas reales provenientes de las arma de la policía invasora, a la que hicieron correr en retirada, recuperando así 56 cuadras del centro de la ciudad. El México de abajo es más organizado, unido y sofisticado que nunca antes. Además, irónicamente, es justo en los estados por donde viajó la Otra Campaña anti-electoral de los zapatistas y el Subcomandante Marcos, donde la gente votó más contundentemente por López Obrador, y donde evidentemente existen las condiciones para defender ese voto en las calles y en las carreteras si es necesario.

El juego sucio del IFE

El accionar malicioso por parte del Instituto Federal Electoral y su Consejero Presidente Luís Carlos Ugalde –con sus visibles maniobras a favor del PAN, el partido de Fox y Calderón – ya era evidente antes de las elecciones, pero en la noche del domingo quedó claro, como nunca antes, frente a la opinión pública mexicana. El lunes, la predisposición ante “árbitro” se hizo más evidente que nunca, cuando comenzaron a aparecer en Internet cientos de ejemplos específicos de conteos fraudulentos. Y quedó aun más clara el martes, cuando Ugalde y el IFE fueron pillados con las manos en la masa, luego de haber dicho una gran mentira: que el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) había calculado “el 98.5%” del voto, cuando, de hecho, el IFE había escondido 3.3 millones (más que 7%) a la opinión pública.


El ejemplar de la revista Proceso, esta semana.
La revista Proceso puso al jefe del IFE, Luís Carlos Ugalde, en la portada de su ejemplar del lunes, con el titular “Árbitro cómplice”. La caldera que contenía el deseo de la gente de tener una democracia negada durante mucho tiempo, comenzó a hervir cuando el IFE y las dos cadenas nacionales –Televisa y TV Azteca – decidieron ocultar los resultados de sus encuestas en la noche del domingo. Esto dejó al PREP como la única fuente pública de información. Estadísticos y matemáticos se encuentran votando la casa por la ventana analizando la manera en que el IFE publicó selectivamente los resultados para crear una falsa impresión de que Calderón era el vencedor. Algunos hablan del fraude generado por computador y conceptos científicos como “algoritmos” que habrían distorsionado los resultados del PREP –a estas alturas, su reportero tiene una actitud agnóstica en cuanto a qué tipo de fraude habrá sido cometido –. Pero hay un dato innegable que revela el control parcial del flujo de información por parte del IFE, y no tiene nada que ver con conceptos científicos elegantes. Aunque las propias cifras preliminares del IFE hoy muestran una diferencia de tan solo 0,64% entre las votaciones del PAN y PRD, en la noche de las elecciones y hasta el lunes, el IFE selectivamente racionó la publicación de resultados parciales para declarar a Calderón como ganador en cada etapa del proceso.

La primera maniobra fue bastante transparente: el IFE empezó su conteo preliminar, en línea, la noche del domingo escogiendo cálculos de los resultados, principalmente de los estados norteños donde ganó Calderón. Esto era evidente en los resultados del PREP, porque estos fueron listados estado por estado y también por las cinco regiones electorales de México. Menos que una hora después de que cerraron las urnas –a las 6:57 p.m – los primeros resultados del IFE afirmaron que Calderón había obtenido 40,87% frente a tan solo 33,69% para López Obrador; una diferencia de más de 7 puntos. sin embargo, contemplen esta “fotografía” de ese preciso momento.


Gráfico: el conteo preliminar del IFE a las 6:57 p.m. del domingo. Haz click para la versión completa.
La “Circunscripción 2,” marcada en rojo, representa la región norte de México, donde las encuestas mostraron que calderón tenía un mayor apoyo que López Obrador. Aunque esta región representa solo el 20% de la población, el IFE lo usó para completar el 40% de su total preliminar. La región está lejos de la sede del IFE en la Ciudad de México. Es también la más dispersa geográficamente, lo que hace muy lento el proceso para trasladar los resultados hasta del D.F. No obstante, el IFE dobló su importancia dentro de las estadísticas en la primera hora, para impulsar la falsa impresión de que Calderón estaba a la cabeza.

Y así fue toda la noche. Con cada actualización, el IFE selectivamente sacó las cuentas de una manera en que aseguró que Calderón quedara a la cabeza. Esto es estadísticamente imposible de hacer con una cuenta final, donde hay 0,6% de diferencia entre los dos candidatos – tal proceso con un voto tan cerrado siempre mostraría la cuenta cambiando entre un ganador y otro si los resultados fueran reportados en el orden en que llegaron – a menos que los resultados estuvieran siendo racionados de manera selectiva. (Por ejemplo, hoy al mediodía, con el 25% de las actas calculadas en esta primera etapa del recuento, López Obrador tiene 36,98% frente al 34,39% de Calderón. Es probable que los resultados se inclinen por un lado y luego por otro durante todo el día, como siempre ocurre en los comicios tan cerrados. Eso es lo que los resultados del PREP hubieran mostrado la noche de domingo y el lunes, si hubieran reportado los resultados preliminares al alzar, mientras llegaban los definitivos.

Mientras la noche del domingo daba paso a la madrugada del lunes, López Obrador cerró la brecha. Hasta que se contó el 70% de los resultados preliminares, el voto para López Obrador subió en una línea derecha y firme (ver la línea roja en el gráfico). Pero de repente, con entre 70 y 80 por ciento de los resultados preliminares contados, la trayectoria que habría puesto a López Obrador a la cabeza, con el 90% de los votos contados, se vino abajo rápidamente, coincidiendo exactamente con un rápida ascenso del candidato que se encontraba en tercer lugar, Roberto Madrazo, del Partido Institucional Revolucionario (PRI), representado por la línea verde del gráfico.

Defensores del IFE explican que este sospechoso golpe de suerte tuvo que ver con que “las últimas actas en llegar fueron las del campo,” en donde el PRI esperaba que le iría mejor. De hecho, los electores de distritos rurales le dieron los votos más débiles a Calderón a lo largo del país; allí sólo logró obtener un tercer lugar entre los campesinos. Como muestra el gráfico, en esa etapa posterior de la publicación de los resultados del PREP, la trayectoria de Calderón sigue en el mismo ascenso derecho al que había pasado desde la tarde. Si éstas realmente hubieran sido cifras de distritos rurales, la trayectoria de él (la línea azul) se habría presentado con un ascenso más marcado.

El lunes, el IFE cerró su programa de resultados preliminares, afirmando que había contado el 98,5% de las actas. Con Calderón ganando con 377.000 votos (aproximadamente 1,4%) parecía, ante un observador casual, que la ventaja de éste era invencible. El problema es que el IFE no dijo la verdad. Sólo un 92 por ciento de las actas preliminares habían sido incluidas en ese conteo, dejando afuera de la cuenta 3,3 millones de votos. La afirmación –publicada con los mismos resultados del PREP– de que el 98,5 por ciento había sido contado, era intencionalmente falsa. Fue hecha con el objetivo – como ha sido el de cada paso del IFE en la cuenta de los votos-de crear la impresión falsa de que el candidato del Estado, Felipe Calderón, tenía una fuerte ventaja.

Todo esto fue un descarado caso de manipulación de los resultados del PREP por parte de Ugalde y los altos funcionarios del IFE. Como dice en el sitio web del mismo IFE: “La alteración de estos resultados es delito federal.” El ocultamiento selectivo de los resultados, desde el domingo –una y otra vez – constituye múltiples casos que serían motivo para imputar cargos criminales en contra de esos funcionarios del IFE responsables de retener las cuentas y también de afirmar de manera falsa que el 98,5 por ciento había sido contado e incluido en la cuenta final del PREP, cuando sabían que todo esto era mentira.

Los tres millones de votos perdidos

Cuando Andrés Manuel López Obrador acusaron el lunes al IFE de esconder 3.3 millones de votos, los comentaristas y columnistas se burlaron de él, acusándolo de inventar teorías de complot, y continuaron con su campaña permanente para marginar no sólo a él a él, sino a quienes lo apoyan.

Pero por la tarde del martes, el IFE de repente “encontró” 2,5 millones de estos votos perdidos.

Es difícil creer cualquier cosa que diga el IFE o Ugalde a estas alturas, dado el engaño documentado que llevaron a cabo durante el domingo y el lunes. Pero, no obstante, hasta la cuenta de esos 2,5 millones de votos que acaba de aparecer muestra una fuerte ventaja para –¡qué sorpresa!– López Obrador:

Obrador (PRD): 888.971
Madrazo (PRI): 809.003
Calderón (PAN): 743.795
Mercado (ASD): 28.040
Campa (NA): 13.096
Write-ins: 15.019
Nullified votes: 82.452

Sin contar los votos “anulados,” esto agrandó la supuesta ventaja de Calderón por unos 145 mil votos, cortando casi por la mitad su presunto margen de 0,64%, o aproximadamente 257 mil votos (menos que dos votos en cada una de las 130 mil casillas).

Como mostrará la Parte II de esta serie, hay un patrón consistente de “afeitado de votos”, en contra de López Obrador, entre las cuentas oficiales de casillas a lo largo de toda la nación (las “actas”) y los resultados del PREP. Narco News publicará fotografías de las actas oficiales y demostrará como los resultados del PREP publicados por el IFE afeitaron puñados de votos de las cuentas locales de López Obrador – a veces dos, tres o seis votos- , muchas veces simplemente quitando un dígito (en un caso, por ejemplo, cambiando la cuenta del candidato del PRD de 188 a 88).

Hacen falta más casillas (con más de 700 mil votos), además de 909.000 votos “nulos” que, dado la clara parcialidad del IFE y el manejo injusto de los votos, deben ser reabiertos para averiguar si realmente hubo razones para que fueran anulados.

Hay más, mucho más que reportar. Pero los hechos anteriores bastan para obligar a que se haga un recuento completo, papeleta por papeleta, pues es revelador el hecho de que Calderón, el PAN de Fox y el IFE están poniendo trabas para que se lleve a cabo un recuento público, mientras López Obrador y el PRD están insistiendo en ello.

Dice una popular expresión mexicana: El que nada debe, nada teme.

Entonces, si están tan seguros de que “ganaron,” ¿por qué se oponen a un recuento completo?

Están en juego las penas criminales para los burócratas del IFE si se descubre que las papeletas fueron manipuladas o “desaparecidas”. Ese es uno de los miedos que tienen. El otro –sea o no sea justificado – tiene que ver con quien gana la Presidencia de la República de México.

Si el IFE se apresura en fallar y declara un ganador antes de un recuento completo, México explotará. El IFE, el PAN, Fox y Calderón están jugando con fuego entonces.

Continuará…

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