English | Español | August 15, 2018 | Issue #41 | |||
Camorra en Cuernavaca: La Otra Campaña zapatista invade un espacio en construcciónLa Policía Estatal –llegando a arrestar a los manifestantes– “corrieron como gallinas” cuando las autoridades supieron de la llegada del Subcomandante MarcosPor Al Giordano
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Ambientalistas encadenadas a un árbol en Cuernavaca. Foto: D.R. 2006 Sarahy Flores Sosa |
En algún lugar de las entrañas de las agencias de inteligencia mexicana, los teléfonos se encendieron como árboles de navidad. Marcos había notificando a los 55 miembros de la prensa alternativa e otros que viajan con él en la caravana, que suspendería la junta con los grupos de apoyo en Tetelcingo, Morelos, y que todos deberían ir hacia Acapatzingo en este, el octogésimo-séptimo aniversario del asesinato del General Emiliano Zapata, en honor a quien se denominó el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
Repentinamente, los granaderos, la policía montada y los conductores de las ambulancias, recibieron noticia de la llegada de Marcos.
“Corrieron como gallinas”, explicó uno de las ambientalistas, quien permanecía esta mañana, amarrado a un árbol.
“La Otra Campaña nos ha salvado” comentó, al Otro Periodismo, una “abraza-árboles”.
Curnavaca –una ciudad autonombrada como “la tierra de la eterna primavera”- ha sufrido graves problemas ambientales y de agua, relacionados a la mala planeación durante su rápido crecimiento, dejado a las manos del “mercado libre”, especialmente desde el terremoto de la Ciudad de México en 1985 cuando muchos de aquellos que contaban con la capacidad económica de salir de la capital, se mudaron a este lugar a solo una pequeña distancia al sur. A lo largo de la visita a este estado, la cual comenzó el viernes, Marcos ha oído, de varios ciudadanos en diferentes comunidades que convergen en un problema común: la desaparición de los bosques (y con ellos la administración del agua) así como quejas de que el “desarrollo” y el “progreso”, celebrado por los políticos y empresarios solo han traído consigo más pobreza, destrucción ambiental y sufrimiento.
El video tomado por la periodista auténtica, Karla Garza Martínez, reveló a los más de 40 miembros de la policía dando media. Corrieron a sus camionetas, montaron sus caballos y se desplazaron a la cercana Academia Policíaca, seguidos por los reporteros quienes los perseguían en un jeep.
Poco después el Insurgente Subcomandante Marcos, acompañado por siete vehículos, incluyendo ocho de los reporteros del Otro Periodismo, dejó su base en Ocotepec. A unas cuantas cuadras, frente a la Universidad Latina de Cuernavaca, decenas de vehículos de la Caravana, después de un rápido regreso de Tetelcingo, se incorporaron. La caravana continuó por la Autopista del Sol, la cual conecta a la Ciudad de México con Acapulco, acompañada de cuatro camionetas de la Policía Federal Preventiva y a varios vehículos no identificados como de la policía. En la salida llamada “Tabachines”, la caravana salió de la carretera y después de unos kilómetros llegó al fin del callejón sin salida.
El hombre enmascarado, fumando su pipa, conocido como ¨Delegado Zero¨, saltó de su vehículo, seguido por una plaga de fotógrafos, videoastas, reporteros y adherentes, a unirse a la ocupación. Sin decir una palabra, escuchó las protestas y regresó a su camioneta.
El chisme continuó, entre las voces de algunos integrantes del comité organizador de Morelos y de la caravana: “Marcos no se va a ir hasta que la corte ordene la cancelación de este proyecto”. La junta, que el insurgente había programado para la mañana en Tetelcingo ya se había suspendido; la junta programada para las 4 p.m. en la ciudad de Cuautla —donde yace la tumba del General Zapata— también se había suspendido.
Llegan campesinos de San Salvador Atenco. Foto: D.R. 2006 Nives Gobo |
El final de este callejón sin salida, en una colonia afluente de Cuernavaca, se convirtió en la Zona Cero de la Otra Campaña. En este día, cuando cientos de miles, quizás millones de Mexicanos viviendo y trabajando en Estados Unidos han salido a la calle, también lo han hecho los Mexicanos aquí. Ahora ya no se trata de dos historias sino de una. Zapata vive, hoy, en las calles de estados Unidos y en un callejón sin salida de Cuernavaca.
Marcos y la Otra Campaña zapatista han retado al Estado y a sus patrocinadores del sector privado. No contentos con haber corrido a 40 policías estatales y federales, los rebeldes exigen la cancelación del proyecto de construcción y del centro comercial. Al caer la noche, el subcomandante zapatista se dirigió a la masa de gente reunida para defender la barranca.
“Tenemos que hacer hervir de nuevo la sangre de Emiliano Zapata en nuestras venas”, dijo, “como él, no para tomar el poder sino para levantar desde abajo, creciendo con la gente humilde y sencilla un movimiento que derroque a los malos gobernantes, limpie nuestra patria de esos ladrones capitalistas, e inicie la construcción de otra patria, de otro país, de otro México”.
“Hoy, como Otra Campaña, les decimos que es necesario que vuelva a andar Emiliano Zapata con nuestros pasos, que es necesario levantarnos contra el rico y contra quien lo sirve, que es necesario tomar con nuestras manos lo que es nuestro”.
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