English | Español | August 15, 2018 | Issue #40 | ||
Adiós RamonaHa muerto la "mejor arma" del EZLNPor Andrew Kennis
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Comandanta Ramona, 1959-2006 |
Abogada de los derechos de las mujeres y de sus labores artesanas, Ramona se levantó el día de ayer sintiéndose débil, pero así viajó de Oventic a San Cristóbal de las Casas. En el transcurso del viaje falleció.
La última aparición pública de la Comandanta Ramona fue en septiembre pasado, cuando habló frente a la plenaria que se realizaba para planificar la Otra Campaña en lo profundo de la selva lacandona, corazón del territorio zapatista.
Ramona fue la primer miembro del Comité Clandestino Revolucionario Indígena (CCRI), la dirigencia del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), en morir desde el fin del levantamiento hace doce años. Su lucha con el cáncer fue larga, recibió un trasplante de riñón en 1996 luego de una amplia campaña de recolección de fondos. La mayoría de los simpatizantes consideran que el trasplante le trajo una década extra de vida. Como resultado de su enfermedad, Ramona hacía pocas apariciones públicas desde que los zapatistas hicieron su aparición pública con su levantamiento, pero dejó sin embargo su huella de numerosas maneras dentro del influyente grupo indígena rebelde y, más allá, con sus simpatizantes.
En 1993, la Comandanta Ramona junto a la Mayor Ana María consultaron ampliamente a las comunidades indígenas zapatistas (entonces clandestinas) sobre la explotación de las mujeres, y seguidamente redactaron la Ley Revolucionaria de Mujeres. El 8 de marzo de ese año se aprobó dicha ley.
Ramona era una mujer pequeña y de habla suave con responsabilidades muy significativas, tales como el mando militar en San Cristóbal durante el levantamiento de 1994. En febrero de ese año, y luego de que los zapatistas declararan un cese al fuego a los doce días de levatamiento en respuesta a las masivas marchas por la paz, Ramona fue la primera representante zapatista en hablar durante las conversaciones de paz con el gobierno. Dos años más tarde, cuando las autoridades mexicanas prohibieron a los zapatistas particiar en el Congreso Nacional Indígena en la ciudad de México, la frágil y enferma Ramona fue encargada de representarlos. El plpan funcionó ya que el gobierno aceptó a Ramona y ella viajó para representar a los zapatistas, hablando en frente de 100 mil simpatizantes, en el Zócalo de la ciudad de México, en el importante encuentro nacional indígena.
El gobierno mexicano, desconcertado por la popularidad de la mujer pobre e indígena, hizo numerosos intentos por minar su influencia. En 1997 fueron tan lejos como afirmar que la dirigente rebelde había muerto, y cuando ella hizo apariciones públicas que demostraban lo contrario, las autoridades acusaron a los zapatistas de haber utilizado una “doble”.
La muerte de Ramona es un reflejo de la crisis de seguridad social que las empobrecidas comunidades indígenas de Chiapas continúan sufriendo. En los altos del estado del sureste mexicano, donde habitan la mayoría de los indígenas de Chiapas, no hay hospitales. El gobierno estatal ha prometido por años construir un hospital en San Andrés Larráinzar (el mismo pueblo donde se firmaron los incumplidos acuerdos de paz entre los zapatistas y el gobierno federal mexicano en 1996). Sin embargo, la promesa de construir el hospital no se concretó y Chiapas sigue careciendo de recursos en salud cruciales en las regiones más alejadas. Solamente en San Cristóbal, que queda entre dos y doce horas de distancia de la mayoría de las comunidades indígenas, las mujeres pueden acceder a estudios preventivos que podrían salvar muejres con detecciones prematuras de cácner. En suma a la falta de hospitales, los costos de atención médica son a menudo prohibitivos para muchos de los pobres y enfermos de Chiapas.
“No nos dejen solos”, entrevista con la Comandanta Ramona en Doble Jornada
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