La comunicación un derecho, no una simple mercancía

La Escuela de Periodismo Auténtico una nueva semilla para hacer comunicación

Por Alex Contreras Baspineiro
Jefe Sudamericano de Narco News

12 de agosto 2004

COCHABAMBA (BOLIVIA).- Misión cumplida. La Escuela de Periodismo Auténtico fue una realidad. En el corazón de nuestro continente, más de 60 periodistas y estudiantes de comunicación social de Brasil, Argentina, Uruguay, Estados Unidos, México, Italia, Suecia y, por supuesto Bolivia, nos reunimos durante diez días.

Alex Contreras Baspineiro Foto: Jeremy Bigwood D.R. 2004

La Casa Campestre en Cochabamba y Villa Tunari, Chipiriri y Senda Bayer en el Chapare son los mudos testigos de la presencia de este grupo humano que no sólo permitió fortalecer lazos para hacer otra comunicación en el mundo globalizado sino también para forjar amistad, hermandad y solidaridad.

Para los periodistas auténticos la comunicación es un derecho y no una simple actividad comercial como pretenden convertirla la mayoría de los medios de comunicación que generalmente se encuentran en manos de empresarios y políticos.

La Organización Mundial de Comercio (OMC), el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) así como el Tratado de Libre Comercio (TLC) tienen ese plan en el continente: convertir en mercancía la comunicación.

La política neoliberal y el imperialismo no sólo pretenden aplastar los derechos más elementales de los hombres y mujeres del mundo sino que también nos quieren quitar el derecho a soñar, pero nosotros soñamos y trabajamos cada minuto porque sabemos que las miles de voces que luchan por una patria nueva lo hacen también por una nueva comunicación.

En estos diez días de escuela, la fuerza, compromiso y juventud de los estudiantes de comunicación tuvieron su complemento con los consejos, enseñanza y experiencia de los periodistas del mundo.

Los grupos de trabajo: periodismo de investigación en internet, radio, televisión, fotografía, páginas web y periodismo de investigación de la lucha antidrogas cumplieron con sus objetivos trazados.

Hace seis meses, Alberto Giordano el director general de Narco News en su visita a esta ciudad me propuso el cargo de Jefe Sudamericano de este singular proyecto comunicacional y también el reto de organizar la Escuela de Periodismo Auténtico en Cochabamba y el Chapare (Bolivia).

Un reto difícil pero no imposible. Fueron días de mucho trabajo y compromiso. Jornadas interminables y noches de desvelo. Momentos de tensión y decisión. Pero, marchamos, pasito a paso, pero adelante.

Tiempos de guerra

Vivimos en tiempos de guerra. Una guerra injusta que fue impuesta desde el norte. Una guerra donde, cada día, mueren cientos y miles de víctimas generalmente inocentes, pero también vivimos una guerra mediática.

Alberto Giordano Foto: Jeremy Bigwood D.R. 2004

En esta guerra se aplica sin piedad la ley mordaza. Los medios cada vez se convierten en elitistas sin dar la voz al pueblo. Sólo unos cuantos tienen acceso a ser escuchados porque tienen en su poder la publicidad y el dinero. La mayoría de los medios de comunicación ya no cumplen la misión específica de servicio a la comunidad.

Giordano, antes de iniciar una de las sesiones, afirmó que cada día, los periodistas auténticos debemos hacer de cuenta que estamos en una guerra: no podemos llegar retrasados a una entrevista, menos entregar un artículo o reportaje en el tiempo no previsto ni tampoco cometer errores en el proceso de elaboración de material periodístico. Si en una guerra fallamos, podemos incluso ser asesinados.

Los estudiantes de comunicación y los periodistas reunidos en la Escuela de Periodismo Auténtico ratificamos que es importante democratizar la comunicación donde la palabra individual y colectiva de todos los sectores tenga valor.

La mayoría de los medios de comunicación comerciales minimizan, tergiversan u ocultan algunos hechos históricos en el mundo. A los periodistas auténticos nos interesa de sobremanera de lo que ocurre por ejemplo con la insurrección zapatista de Chiapas (México), el proceso de la revolución bolivariana en Venezuela, la lucha indígena, campesina y de los movimientos sociales de Bolivia, los pasos del Movimiento Sin Tierra del Brasil, la continua lucha de los piqueteros en la Argentina y otros. En suma, las movilizaciones de sectores antiglobalizacón en el mundo.

“El periodismo es la mejor profesión del mundo”, dijo Gabriel García Márquez y, nosotros, trabajamos bajo ese concepto y no bajo el slogan de que el periodismo es el mejor negocio del mundo, como prefieren otros.

Mientras los más pretenden convertir a la comunicación en mercancía nosotros estamos de pié para frenar la amenaza al derecho a la información, a la libertad de expresión, a la diversidad cultural y a la pluralidad mediática.

La Escuela de Periodismo Auténtico este año reunió a 36 estudiantes o becarios y 25 profesores o expositores; el año pasado en Yucatán e Isla Mujeres (México) nos juntamos 27 becarios y 25 profesores. Seguimos creciendo.

Además es bueno recordar que entre marzo a mayo de este año una gran cantidad de estudiantes de comunicación y periodistas de diversas partes del mundo solicitaron ser parte del grupo de becarios e incluso hasta días antes del curso continuaron insistiendo para participar en nuestro evento.

Por algunas razones, entre ellas el aspecto económico, varios periodistas auténticos del mundo se quedaron fuera de esta escuela, pero estamos seguros que nos encontraremos en este largo camino para seguir construyendo esta nueva forma de hacer comunicación.

Todas las sesiones en la escuela, así como el trabajo en grupos y las exposiciones -sumada a toda la experiencia compartida en las poblaciones del Trópico de Cochabamba- nos permitieron ver la realidad nacional pero también profundizar conocimientos sobre lo que ocurre en países hermanos.

“La solidaridad mueve montañas”, reza un dicho popular y para nosotros es importante construir solidaridad.

El fuego no se apaga

Aunque la segunda versión de la Escuela de Periodismo Auténtico llega a su fin, el reto del trabajo para hacer periodismo auténtico recién comienza. Debemos continuar lidiando con los medios comerciales y aprovechar cada espacio alternativo para hacer una verdadera comunicación.

En estos días, se escribieron varios artículos auténticos, así como se produjeron programas radiales, documentales televisivos y fotografías sobre las políticas comunicacionales, la falsa guerra antidrogas, la erradicación de cultivos de coca, el fracaso del desarrollo alternativo, la permanente violación a los derechos humanos, la guerra del gas, el referéndum, los movimientos sociales y el futuro de este país y de otros del continente y del mundo.

Hablamos y convivimos con los cochabambinos y cochabambinas, con los chapareños y chapareñas, con los dirigentes y portavoces de los movimientos sociales, con analistas políticos, con expertos en luchas antidrogas y sobretodo con las bases, sí con el valeroso pueblo boliviano.

Fuerza es reiterar que las luchas del pueblo boliviano que se empezaron a escribir en los últimos años han sido noticias más allá de nuestras fronteras.

La Guerra del Agua (2000), la Guerra de la Coca (2002), la Guerra del Gas (2003) son apenas un ejemplo de la lucha que se puede germinar desde el centro de nuestro continente para irradiarse por el resto de nuestro planeta.

Cualquier boliviano o boliviana -en mi caso nacido en Quechisla, un pequeño centro minero del sur de Potosí- no sólo es un orgullo el ser de este país sino que sobretodo es un compromiso de dignidad.

Los diez días de la Escuela de Periodismo Auténtico fueron productivos porque están conjuncionados los lazos para formar estrategias y alianzas entre todos los que trabajamos en medios no comerciales y que por una opción de vida elegimos la comunicación alternativa, popular, autónoma y comunitaria. Es decir, el Periodismo Auténtico.

A las barreras del idioma, a las diferencias de trabajo periodístico e incluso a las formas de vida tan extremas del norte y del sur, se antepuso la lógica de trabajo en equipo, sumar antes que de restar y construir un nuevo futuro el sur hacia el norte.

La primera noche de la escuela, en torno a una fogata y poniendo como testigos a una luna llena y un cielo cubierto de estrellas, cada uno de los profesores y los alumnos nos presentamos y resumimos nuestros sueños; ahora al finalizar el evento, sabemos que el fuego ha crecido, es más intenso y, no se podrá apagar…

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