Despenalizar la marihuana terapéutica
ARDA y la Ley Parentella
Por Luis Gómez
Parte III de la serie: Argentina en el Umbral de la reforma
27 de agosto 2003
“En el Programa de Reducción de Daños y Prevención de VIH/SIDA en usuarios de drogas de la ciudad de Rosario se confirmó tanto la eficacia como el beneficio directo de contar con el protagonismo de los usuarios de drogas como agentes de salud comunitaria en las actividades de prevención”, afirma Gustavo Hurtado, secretario de la Asociación de Reducción de Daños de la Argentina (ARDA). “En Argentina se comprobó que los usuarios de drogas preparados específicamente para ello se convierten en la vía regia de contacto con sus pares, en especial cuando de lo que se trata es de intervenir en poblaciones arrojadas por la sociedad a condiciones de vida de extrema pobreza y marginalidad”, continúa.
Silvia Inchaurraga, presidente de ARDA lo confirma, agregando que “En la actualidad este programa se está replicando en diversas zonas y en asentamientos urbanos irregulares de la ciudad con el apoyo respectivo de ARDA, del Programa de ETS/SIDA de la Provincia de Santa Fe, y del Proyecto LUSIDA del Ministerio de Salud de la Nación… En mayo de 2002 fue monitoreado por ONUSIDA [el Programa Conjunto de la ONU sobre VIH/SIDA], recibiendo la visita de una misión oficial que se ha comprometido con darle apoyo financiero para su continuidad en el próximo periodo”.
Este crecimiento exitoso del programa dirigido por el Centro de Estudios Avanzados en Drogadependencias y SIDA (CEADS) de la Universidad de Rosario contó entonces con voluntades políticas dispuestas al cambio, sin miedo. Inchaurraga lo dice claramente: “La Provincia de Santa Fe ha sido pionera también en Argentina en instalar en su agenda de salud pública este tema. Para ello se firmó un convenio entre este ministerio de salud y la Universidad Nacional de Rosario”. Este convenio ha tenido un alto impacto en el crecimiento de las acciones del programa. “Significó en primer lugar la posibilidad de llevar adelante una campaña regional, ‘Reduzcamos los daños, jeringas y preservativos’ en todos los efectores públicos de la provincia (hospitales, dispensarios, etc.); se trata de la primera vez que un organismo del Estado lanza una campaña de este tipo en conjunto con ARDA y la Universidad de Rosario”, concluye Inchaurraga.
Pero esta brecha abierta por los profesionales de ARDA sigue ampliando el horizonte. Actualmente, comienzan a funcionar nuevos programas en la ciudad de Córdoba, con un alto nivel de población universitaria, y en la capital del país. Gustavo Hurtado dice que “en estos días se han aprobado varios proyectos de reducción de daños con financiamiento del Fondo Global de Lucha Contra la Tuberculosis, la Malaria y el VIH/SIDA de Naciones Unidas, presentados a través del Ministerio de Salud de la Nación, inspirados varios de ellos del modelo pionero de Rosario. Entre otros, uno que se realizará en la ciudad de Buenos Aires a través de otro dispositivo de salud pública como es el Centro de Prevención y Asistencia de las Adicciones Carlos Gardel”.
Antes de dejar este tema, vale insistir en que para los miembros de ARDA reducción de daños “no es sólo evitar riesgos y daños como la sobredosis, el VIH o la hepatitis, es también evitar riesgos y daños como las detenciones arbitrarias, la inclusión de falsas pruebas, el encarcelamiento y la vulneración de derechos humanos”, como aclara Silvia Inchaurraga: “Somos concientes de que mientras las drogas estén prohibidas nunca la reducción de los daños podrá ser completa”.
“Reducción de daños es para nosotros, a un nivel macro, trabajar para modificar las politicas legislativas, en particular derogando el artículo 14 de la Ley 23737, que penaliza la tenencia para el consumo personal; y a un nivel micro trabajar para reducir los daños que esta ley causa en las personas, para ello incluimos informacion sobre derechos, que hacer en caso de detenciones y asesoramiento legal”, termina explicando Silvia Inchaurraga… lo que nos lleva al tema central de este reportaje, otra de las batallas en marcha de ARDA:
La propuesta Ley Parentella
En una entrega anterior hablábamos de cómo ARDA era un frente de guerra. Y nada ilustra esto que el tema de la marihuana… en el que los profesionales de ARDA se han multiplicado frente al enemigo.
El martes 1º de julio pasado —el mismo día que el Presidente Kirchner proponía a Eugenio Raúl Zaffaroni a la Corte Suprema—, un grupo de diputados de diferentes provincias argentinas encabezado por Irma Parentella, diputada bonaerense del partido Alternativa por una República de Iguales (ARI), elevó a discusión en la Cámara Baja un proyecto de ley para permitir el uso terapéutico de la marihuana. Apoyados en la experiencia y conocimientos de los miembros de ARDA, los diputados han abierto con esto una nueva discusión sobre el tema de las drogas en Argentina.
El ARI, al que se vincula Irma Parentella, es el partido fundado por la diputada Elisa Carrió, ex candidata a la presidencia en las pasadas elecciones y quien hace dos años llevó adelante la mayor investigación parlamentaria sobre lavado de dinero en Argentina.
Y de acuerdo con Silvia Inchaurraga, Parentella presentó el proyecto, “con el aval de otros legisladores… sensibilizada por testimonios de pacientes y consciente de evidencia internacional sobre la utilidad terapeutica de la marihuana”. Así, en el texto del proyecto de ley es posible leer:
“Artículo 2.— Se habilita la prescripción médica de todas las variedades de los compuestos cannabinoides, como agentes terapéuticos o de control de síntomas en el tratamiento del cáncer y del SIDA. La prescripción y el control de la administración se hará bajo la modalidad de ‘Investigación Clínica de Caso Individual’, cuando el o los profesionales tratantes consideren que su uso puede implicar significativas ventajas respecto a otras drogas disponibles”.
Igualmente, en la fundamentación que se incluye en el texto de la ley, la diputada Parentella analiza con claridad las posibilidades de mejora que la incorpación del uso médico traerían a los pacientes de cáncer y VIH-SIDA. “Estas consideraciones”, dice Parentella, “no apuntan a minimizar el grave problema que para los afectados y para la sociedad representa el consumo indebido de drogas, sino a sugerir que las estrategias para abordarlo deben apoyarse en la realidad del fenómeno y no en una atemorizante construcción imaginaria”.
Y más: “Hay diversas drogas, diversas relaciones de los consumidores con las mismas y diversas formas de adicción. Ahora bien, cuando se trata de problemas de salud como los mencionados, SIDA y cáncer, y de producir mejoras importantes en la calidad de vida de los enfermos, podríamos evaluar que el riesgo (altamente improbable) de la adicción es un ‘costo’ aceptable frente a los beneficios a obtener. De hecho, la morfina, sustancia más adictiva que la marihuana, es usada como analgésico (barato y eficaz) cuando los dolores son muy fuertes”. Y todo sustentado con datos, apoyado con estudios…
Es decir, de aprobarse el proyecto, que sería el primero en su clase en América Latina, se daría un paso definitivo en la creación de políticas públicas no prohibicionistas. Sin embargo, como afirma Inchaurraga, “es de señalar que la diputada ha manifestado la necesidad de mantener este debate al margen del debate acerca de la despenalización o legalización de las drogas en general y desde ARDA coincidimos en que éste debiera ser tratado exclusivamente como un problema de la ciencia y de una ciencia ‘basada en evidencias y no en mitos’, algo muy difícil en el contexto prohibicionista actual y en el marco de la política de guerra a las drogas”.
De todos modos, la diputada Parentella declaró ese día, en breve entrevista con el diario Página/12 que “uno de los cuestionamientos más probables será a las posibilidades de que esta droga genere adicción en sus usuarios, argumentación que se rebate comparando la proporción de adicción a la marihuana, que es menor a la del tabaco e igual a la de los psicofármacos legales”, combatiendo de lleno uno de los principales mitos en contra de un uso de la yerba ya ampliamente conocido en otras partes del mundo.
A estas alturas, queridos lectores, se preguntarán: ¿pero cómo se ha involucrado ARDA en esta iniciativa decisiva para el futuro de la lucha contra las políticas prohibicionista en nuestra América? Bueno, Silvia Inchaurraga nos lo cuenta:
Un volante de la marcha “Cura, no Guerra” |
“La Asociación de Reducción de Daños de la Argentina ha sido la primera organización que impulsó el debate acerca de los usos terapéuticos de la marihuana en este país, convocando a la primer marcha mundial ‘Cura, no Guerra’, en mayo 2002, que reclamó por la defensa de la investigacion cientifica sobre los usos terapéuticos de la marihuana, la ayuda a los enfermos que la requieren y la despenalización de su consumo. Recientemente, en mayo de 2003,
la marcha fue la segunda más grande del mundo, con 12,000 personas en el festival contra la intolerancia que se realizó en el marco de la campaña argentina por la despenalización de la tenencia de drogas para consumo personal. Creemos que en la instalación del tema en la opinión pública estas manifestaciones tuvieron un rol clave; permitieron que por primera vez se debatieran científicamente estudios y avances legislativos recientes en la materia en otros países, como Canadá, España y el Reino Unido. Por otra parte, significó una amplia cobertura en programas periodísticos de audiencia masiva”.
Así que, a partir de todo esto, Inchaurraga afirma que en el proceso “vienen participando profesionales de ARDA de diversas disciplinas, como la medicina, el derecho penal y la psicología. ARDA ha acompañado este proceso con una amplia difusion de su manual de reduccion de daños y marihuana… Se ha profundizado sobre los obstáculos que significa la política prohibicionista a la investigación científica sobre la utilidad terapéutica”... vamos, que se da un paso a la vez, pero con seguridad, con firmeza.
Y mientras la Ley Parentella es discutida por los diputados argentinos, ARDA realiza ya algunos proyectos para reforzar su posición desde abajo. Silvia Inchaurraga anuncia que la asociación “está trabajando con el Programa de SIDA de la provincia de Santa Fe sobre la viabilidad de un estudio piloto con marinol” y junto al CEADS realizó el pasado 22 de agosto el Simposio sobre Usos Terapéuticos de la marihuana “con la participación del doctor Aquiles Roncoroni, miembro de la Academia Nacional de Medicina, y la diputada Parentella, así como una mesa redonda con especialistas médicos, juristas y psicólogos”.
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Este evento tuvo lugar en la Universidad Nacional de Rosario y su entrada fue libre… en su invitación, Gustavo Hurtado expuso: “este evento sin antecedentes en Argentina pretende contribuir a un debate académico y político legislativo sobre un tema de actualidad… aportando a difundir los fundamentos de un proyecto de ley… Pretende también abrir a una reflexión necesaria sobre la relación entre la ciencia y la legislación y por qué y cómo la investigación cientifica debiera orientar las políticas de drogas y no a la inversa”.
El doctor Roncoroni, una eminencia histórica en la medicina argentina, explicó muy bien de qué se habló en el simposio durante una entrevista con el diario La Capital de Rosario, el domingo 24 de agosto: “en general quienes prohíben la marihuana no son médicos, sino políticos. Y los políticos no funcionan en base a razonamientos, sino a votos. Hay que dejar el tema de la marihuana en manos de la ciencia, no de políticos, ni de policías”.
Pero esto no es todo todavía, queridos lectores, porque, como hemos venido esbozando en esta serie, ARDA discute leyes prohibicionistas y temas tan determinantes para el futuro de esta “Guerra contra las Drogas” impuesta por Estados Unidos como la legalización… un tema que traeremos hasta sus pantallas en nuestra última entrega de esta serie llamada “Argentina en el umbral de la reforma”... sigan con nosotros hasta el final del viaje…
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