English | Español | August 15, 2018 | Issue #62 | |||||
En México las cifras de la guerra contra las drogas no tienen sentidoMientras las incautaciones de droga han caído: la producción de drogas, ejecuciones, desapariciones, y violaciones a los derechos humanos se incrementanPor Kristin Bricker
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Como la gráfica siguiente muestra, la incautación y erradicación de marijuana cayó también. La incautación subió un poco en 2007, pero desde entonces ha caído de los niveles de 2006. De acuerdo con el INCSR, la erradicación de la marijuana ha experimentado una constante caída desde 2003; la guerra de Calderón no ha hecho nada por frenar esta tendencia.
Con recursos adicionales a los esfuerzos de interdicción en todo México, es natural esperar el aumento inicial de las cantidades de materiales ilícitos incautados (drogas, armas, dinero en efectivo en gran cantidad, y otros artículos de contrabando.) Sin embargo, es importante señalar que si estos esfuerzos resultan exitosos, es probable que las incautaciones—en algún punto indeterminado—disminuyan a medida que las organizaciones delictivas se debiliten y se interrumpan las rutas del tráfico.
Es decir, que ¿la reducción en los niveles de incautación significan que la estrategia de Calderón ha debilitado a las organizaciones del tráfico de drogas al punto en que la industria ha sido interrumpida significativamente como sugiere el plan de gastos de la Iniciativa Mérida? Absolutamente no. Como la tabla de abajo muestra, el INCSR reporta que los niveles de producción de droga han aumentado desde que Calderón inició su guerra contra las drogas. (La información de la producción de droga en 2007 no está disponible.)
Mientras las ejecuciones aumentan, las incautaciones disminuyen, y la producción de droga aumenta, México también experimenta un incremento alarmante en las violaciones a los derechos humanos perpetradas por agentes del gobierno—particularmente el ejército—en la guerra contra las drogas de Calderón. Organizaciones de derechos humanos en México han afirmado que las violaciones a los derechos humanos cometidas por el ejército han aumentado seis veces en los últimos dos años.
El proyecto conjunto No Más Abusos del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, el Centro Fundar para el Análisis y la Investigación y la Sección México de Amnistía Internacional monitorea los abusos a los derechos humanos cometidos por soldados, policías, y otros agentes del gobierno. No Más Abusos le dio seguimiento a las quejas por derechos humanos recibidas en la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en los últimos años. Los resultados son los siguientes:
Año, Número de Quejas, y Porcentaje |
La guerra contra las drogas es una guerra fallida en todos los sentidos: seguridad, derechos humanos, e interdicción a las drogas.
El gobierno mexicano, en algún nivel, parece estar dándose cuenta de esto. En julio anunció que reduciría el involucramiento de los militares en las actividades policiacas en Ciudad Juárez. Hasta ese momento Ciudad Juárez era “el laboratorio del estilo calderonista de combatir a los cárteles del crimen organizado”, con soldados haciendo la mayoría de las actividades de la policía local. Fue en un experimento que salió muy mal.
En julio, el Secretario de Seguridad Pública de Chihuahua, Victor Valencia de los Santos, y el Secretario de Seguridad Pública Federal Genaro García Luna, tomaron la decisión de dar marcha atrás en el rol de los militares en Ciudad Juárez, debido a que “los miles de soldados y policías municipales no han hecho otra cosa que desfilar a diario por toda la ciudad y ese sistema de vigilancia no ha dado resultado, aparte de que sale demasiado caro solamente en lo concerniente al consumo de gasolina y de diesel’. Todo ello, además de los gastos para el sostenimiento de las tropas que provienen desde otros lugares del país.”
Pero ahora el rol del ejército en Ciudad Juárez no solo será modificado: los regidores de Ciudad Juárez decidieron sacar completamente al ejército de la ciudad. La Jornada reporta: “Leopoldo Canizales, de la fracción mayoritaria priísta, dijo que un estudio sobre costos y resultados del Ejército en nada favorece a los militares, pues no se han alcanzado los resultados que se esperaban porque la delincuencia, los homicidios, secuestros, extorsiones, robos de autos y otros delitos siguen creciendo.” Según funcionarios locales en solo ocho meses el gobierno de la ciudad gastó más de MX$14.5 millones (US$1.3 millones) para sostener la ocupación militar. Además, más de mil denuncias se han presentado contra los militares y policías desde enero de 2008; la mayoría de las denuncias son por daño a la propiedad y daños físicos. Frente a estos hechos, los regidores de la ciudad decidieron no renovar el contrato con la Secretaría de Defensa.
El fracaso total de la guerra contra las drogas, ha llevado a que el ex secretario de Relaciones Exteriores, Jorge G. Castañeda hiciera un llamado al gobierno para “restablecer el acuerdo tácito o modus vivendi que se tenía con los cárteles de la droga al considerar que con la política de enfrentamiento total a esas organizaciones criminales ni se logró frenar la violencia ni tampoco se modificó el bajo porcentaje de consumo o de impacto de las drogas en el país”, reporta El Universal.
Sin embargo, los altos costos de la guerra contra las drogas en México, no han significado que el gobierno de los Estados Unidos tome medidas concretas para cambiar el curso de su participación en la guerra contra las drogas en México. El gobierno de Obama financiará completamente a la Iniciativa Mérida militar, un plan concebido por Calderón y por el entonces presidente de los Estados Unidos George W. Bush para declararle la guerra al crimen organizado en México. El embajador de los EEUU en México, Carlos Pascual anunció que los Estados Unidos planea seguir financiando la Iniciativa Mérida más alla de su fecha de vencimiento en 2010, pero sin su nombre controversial.
El diputado de Chihuahua Victor Quintana argumenta que los Estados Unidos continúan con la declaración de guerra y financiando esta guerra fallida debido a que ese país no sufre las consecuencias como México lo hace: “Los Estados Unidos no sienten los efectos, porque es una posición hipócrita. Es uno de los mercados de droga más grandes y al mismo tiempo la fuente de las armas de los narcotraficantes, y no paga el costo por ello. Solo disfruta de los beneficios del lavado de dinero y del narcotráfico.”
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