English | Español | August 15, 2018 | Issue #59 | |||||
La Parábola de la diputada hondureña y la Blogger GringaMientras la Congresista Silvia Ayala se está esforzando en múltiples tareas para restaurar la democracia, la autocompasiva blogger expatriada la intenta difamar mientras actualiza su “lista de deseos” de AmazonPor Belén Fernández
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La diputada Silvia Ayala saluda a un constituyente. En el primer plano su hijo Marlon y su hija Maggie, jóven coordinadora de la resistencia civil al golpe de Estado. |
Estos derechos han sido el foco en la reciente aparición de Ayala en el Foro de Sao Paulo en la ciudad de México, al que asistieron más de 500 delegados principalmente de América Latina. En la cafetería de San Pedro Sula, Ayala enlista lo que ella considera son algunas de las violaciones primarias que actualmente ocurren en Honduras, incluyendo casos de asesinato y tortura y de una creciente persecución a nicaragüenses que inocentemente visitan el país por distintos motivos. En cuanto a otras restricciones a las libertades, Ayala me informa que ella se enteró por la televisión de un hotel en junio que Roberto Micheletti había sido elegido por unanimidad como el presidente golpista. Una unaminidad que era aparentemente mas fácil de mantener cuando a ciertos miembros del Congreso no se les permitía votar y se les reducía a observar los procedimientos del Congreso solo por televisión.
Una versión distinta de aquellos eventos nos las da el blog: “La Gringa’s Blogicito”, un título que se vuelve más atractivo con la premisa del mismo: “La vida en el jardín tropical de La Ceiba, Honduras, tampoco es fácil para ésta estadounidense expatriada.” De acuerdo con La Gringa—cuyas entradas se alternan entre temas como “Zelayistas atacan a anciano de 71 años de edad” y “La temporada de lluvias ¡Ha vuelto!”—los diputados impedidos a entrar al Congreso han sido bloqueados por ellos mismos. En cuánto a la afirmación de que Ayala fue invitada a México por el vicepresidente del Senado mexicano, La Gringa revela la verdadera razón de la salida de Ayala en una entrada del blog del 20 de agosto, titulada: “Silvia Ayala se fué sumida en lástima.”
La foto del perfil de la blogger anónima con el seudónimo de La Gringa, foto de una casa en que la mayoría de hondureños no podría darse el lujo de vivir. |
En el principio, La Gringa lamenta la idea de que la CIDH se niega a hablar con alguien en Honduras que no esté en la resistencia al golpe de Estado. Para ella los segmentos desatendidos de la sociedad incluyen: padres preocupados por que a sus hijos los maestros les lavan el cerebro o los amenazan; o personas a las que se les niegan los servicios públicos por que los servidores eligen bloquear carreteras en vez de trabajar; o empleados de establecimientos de comida rápida atemorizados por vidrios rotos (de las ventanas que los manifestantes rompen); y de 123 diputados que repentinamente están en el mismo barco con los pobres de Honduras:
“Mientras que la CIDH se niega a hablar con 123 diputados*, hablará con los 12 diputados que se han negado a asistir a las sesiones del Congreso pero que siguen yendo a recoger sus generosos cheques, mientras los pobres del país continúan pasando hambre.”
La Gringa llega a la conclusión de que la situación apremiante de todas estas personas continuarán siendo ignoradas a menos de que “empiecen a arrojar piedras e incendiar cosas y luego resistirse al arresto.” Justo cuando vivir en el jardín tropical de la La Ceiba, Honduras, está empezando a parecer realmente difícil de manejar, encontramos que el asterisco a lado de los diputados desairados corresponde a un “punto brillante… que da esperanza.” El punto birllante se produce en un artículo del 19 de agosto de la Tribuna titulado: “’Desenmascaran’ a los diputados en resistencia”en relación a la revelación de miembros del Congreso que pertenecen a la resistencia, quienes presuntamente son fáciles de identificar si no asisten al trabajo.
Resulta que lo que se expone en el artículo no es más que los diputados en cuestión han recuperado sus cheques de pago. El presidente del Congreso, José Alfredo Saavedra, afirma haber entregado prueba de ello a la CIDH en una reunión en el mismo Congreso, lo que sugiere que los 123 diputados desairados han mejorado su situación frente a los pobres de Honduras cuando se trata de hablar de comisiones de derechos humanos. Saavedra se abstiene de revelar la identidad de los miembros ausentes del Congreso “para no entrar en confrontaciones,” aunque La Tribuna proporciona 12 posibles candidatos; La Gringa mientras tanto se niega a revelar su identiad pero consigue desenmascarar a los partidarios de la UD en la entrada del 20 de agosto, en la que una foto de Ayala está titulada “Diputada Silvia Ayala, UD (FARC).”
Bebiendo su café en la cafetería, Ayala explica como cada vez que existe alguna amenza de reforma política a favor del pueblo se invocan vínculos terroristas y se intercambian las siglas de su partido con las de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Tales acusaciones son actualmente manejadas por el presidente golpista Micheletti, cuya insistencia en las pruebas de los vínculos hizo que los medios hondureños los reportaran como hechos; no obstante La Gringa sigue escéptica de las nobles intenciones de los medios:
“Preguntate a tí mismo: ¿que pasaría si un senador hiciera una acusación en derechos humanos contra el gobierno de Barack Obama, diciendo que a él o ella se les negó enérgicamente la entrada al Congreso, que fueron agredidos y que no se les pagó su sueldo… y más tarde se comprobara que era totalmente falso? ¿Crees que los medios de comunicación estarían interesados? ¡Ja! ¡Hablando de persecución mediática!”
La Gringa continúa compensando la aparente falta de atención de los medios a los cheques de los diputados pero sin explicar porque hay una necesidad de tales cheques dada la súbita riqueza de los guerrilleros colombianos, reiterando que “[P]ersonalmente pienso que, por muy pobre que Honduras sea, y por muchas necesidades que haya en el país, ningún empleado del gobierno que no asista a trabajar deba pagársele su sueldo.”
Por otra parte, las actividades que requieren algún tipo de compensación parecen incluir el fotografiar las hojas de las plantas de un jardín espléndido de la zona costera de La Ceiba para subirlas a la red junto con una notificación que diga: “Se bloggeará a cambio de regalos” y de una “lista de deseos” de Amazon que incluye un sartén antiadherente Calphalon y una tapa para contenedor de café de 18 onzas. La Gringa sin embargo, advierte en la sección de preguntas frecuentes de su blog que las solicitudes de los lectores para obtener información acerca de La Ceiba serán contestadas así: “Si sé algo al respecto o puedo obtener la información fácilmente (sabes, básicamente soy floja) felizmente escribiré al respecto. Sin embargo, no trates de darme un trabajo porque no voy a hacerlo. ;-)” Hasta el momento no se ha incluido en la sección una respuesta al porqué expatriados estadounidenses están adquiriendo propiedades en un pueblo cercano a La Ceiba titualdo Sambo Creek.
En cuanto a un trabajo que implica marchar por todo el país, bloquear carreteras principales, ser rociada con gas lacrimógeno, el esposo de la diputada Ayala, Javier Rivera, confirma que su a su esposa se le paga por no hacer nada. Durante la entrevista en la cafetería, Rivera cuenta, entre risas, la historia de cómo hace unos años la hija de ambos, Maggie ahora de diecisiete, llamó por teléfono a Ayala pero solo le contestaron que estaba muy ocupada en ese momento. Maggie posteriormente se enteró, gracias a la televisión, que Ayala estaba en la cárcel luego de seguir un bloqueo de una carretera por parte de maestros, prueba más de como el apoyo a los maestros equivale al abandono de los hijos—una conexión que al parecer Maggie no distinguió cuando declaró que alrededor del 80 por ciento de los manifestantes antigolpistas son jóvenes que no se consideran parte del futuro sino mas bien del presente.
Dado que las encuestas a disposición Gallup solo dan un 30 por ciento de apoyo al “presidente” golpista Roberto Micheletti, La Gringa prefiere tomar fotografías de “sondeos” no profesionales de televisoras pro golpistas en busca de una prueba para su fantasía del apoyo de los hondureños al régimen golpista. |
Con respecto a la tecnología de las FARC en manos de otras personas, Ayala sacó al tema las computadoras que supuestamente fueron capturadas durante la incursión de Colombia en Ecuador en 2008 y donde periódicamente se dice que contiene pruebas de los vínculos de las FARC con cualquiera de la región al que se necesite desacreditar. Mediante la Inteligencia de los Estados Unidos se proporconaron las coordenadas para el ataque; sin embargo La Gringa persiste en la facilitación de orientación para otras naciones lationoamericanas:
“Ayala acusó a los medios de comunicación [hondureños] de ‘incitar el odio contra los principales actores [de la resistencia]’.¡¿Que pasó ahí?! No se puede tener ambas cosas. Cualquier medio que fomente el odio—de los que tenemos al menos dos en Honduras, generosamente financiados por el gobierno de Mel Zelaya—o debe ser controlado o debemos tener una total libertad en los medios de comunicación.”
La lógica de La Gringa, en este caso, parece ser que mientras haya dos medios de comunicación antigolpistas—ambos víctimas de ataques con ácido a sus transmisores—Ayala no debería de quejarse por el acoso de los demás medios. Otros intentos de Ayala de “tener ambas cosas” pueden ser rectificados con una pregunta de la encuesta del Canal 10 en la que se pregunta si Silvia Ayala había recogido su cheque del Congreso; por otro lado tener ambas cosas como expatriada puede consistir en habitar una villa amullarada de una ciudad costera hondureña.
La Gringa no advierte pruebas en el hecho de lo que su propia posición sobre los medios de comunicación podría implicar, y la tarde del 20 de agosto escribe: “Sí, creo que es verdad que en la mayoría de los países—obviamente no en Venezuela, pero en otros países—cuando un político es sorprendido en varias y grandes mentiras, los medios de comunicación se vuelven locos por eso, ¿no es así?” Las similitudes entre los medios hondureños y venezolanos no eran el tema de ese día, sin embargo, cuando La Gringa informó sobre las declaraciones de diputados de habérseles negado la entrada al Congreso, cuando “las puertas del Congreso están abiertas hasta el punto que los medios transmiten en ‘vivo y a todo color’. Si hubiera habido algún tipo de altercado o enfrentamiento, como el que los 12 diputados falsamente dicen que pasó, seguramente habría sido cubierto por los medios.”
Cuando no esta ocupada difamando a madres a favor de la democracia en Honduras, como la diputada Silvia Ayala, la blogger anónima La Gringa sube fotos de esta casa desconocida. |
La profecía de La Gringa en que Ayala no puede tener ambas cosas adquirió mayor importancia cuando la diputada especuló en que la aprobación sin precedente de un candidado independiente en la lista electoral tiene como objetivo el dividir a la resistencia. El presidente golpista Micheletti también podría beneficiarse de las lecciones en la imposibilidad de tener ambas cosas, lo que podría poner fin a la práctica de yuxtaponer declaraciones diciendo que le gustaría que Zelaya regresara con la declaración de que la vuelta de Zelaya no es una opción.
La Gringa termina su entrada del 20 de agosto haciendo hincapié en el valor de la repetición para la creación de hechos:
“Por favor tengan este pequeño ejemplo en mente cuando lean sobre violaciones a los derechos humanos en Honduras:
Doble parámetro. Doble parámetro. Doble parámetro. Doble parámetro.
Doble parámetro. Doble parámetro. Doble parámetro. Doble parámetro.
Doble parámetro. Doble parámetro. Doble parámetro. Doble parámetro.”
Otro pequeño ejemplo aparece en la entrada del blog del 24 de agosto, titulado: “¿Quién escribe estas cosas?”, en las que se cuestiona la identidad de “la gente que escribe esos artículos sobre Honduras bajo el disfraz de la Associated Press”, basada en una aparente interpretación errónea de un artículo con los detalles del Acuerdo de San José. La posibilidad de que la AP solo quiere un bonito apodo no se le ocurre a la Gringa, a pesar de que la respuesta que figura en su sección de preguntas frecuentes del por qué no utiliza su nombre real describe que “[C] uando conoces a alguien y te dicen, ‘¡Oh, ese es el nombre de mi abuela!’ No es algo que una niña quiere escuchar.”
En “La Gringa’s Blogicito” no se aborda el como los niños de Honduras, seguramente, no quieren escuchar como su madre ha sido violada por una banda de policías con macanas, ya que ésto es menos un problema de derechos humanos que el asunto de si los diputados han supuestamente recogido sus cheques.
Traducción: Fernando León