English | Español | August 15, 2018 | Issue #47 | ||||
“La tierra no se vende porque no es mercancía”: pueblos indígenas del sur y sureste de MéxicoLos representantes de las subsedes discutieron sobre La guerra de conquista, despojo, desprecio y explotación...Por Raúl Romero
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Fotos: D.R. 2007 Raúl Romero |
Los pueblos indígenas del sur-sureste de México que se reunieron en la subsede de la casa comunitaria de CIPO-RFM en Oaxaca expresaron que el poder económico esta “dominando a los gobiernos y sus partidos para que las cámaras de diputados y senadores cambien las leyes y realicen sus acuerdos (…) para que todos los recursos puedan privatizarse”.
Dijeron que los gobiernos municipales, estatales y federal amenazan con quitarles sus tierras y entregarlas a las grandes transnacionales y que acuden a este Encuentro buscando la posibilidad de entablar alianzas con los pueblos indígenas de todo el continente que como ellos estén comprometidos con el cuidado y la defensa de la tierra pues “la tierra no se vende porque es nuestro sustento, nos da de comer y se le respeta porque no es mercancía”
Asimismo, dijeron que los gobiernos buscan nuevas formas para someterlos, y que actualmente han encontrado un arma para ello en las escuelas oficiales, donde a los niños se les enseña a “despreciar sus raíces” De hecho, las clases se imparten en español y casi se les obliga a olvidar su lengua materna. Por eso los delegados indígenas mostraron su rechazo a todo modelo educativo “ajeno a nuestros usos y costumbres, pues nos las imponen para que nosotros nos olvidemos de nuestra cultura y luego llevarse así nuestros recursos naturales”
Terminaron su intervención aclarando que por este motivo no pueden esperar nada del “desgobierno”, que utiliza a los diferentes partidos políticos para dividir a los pueblos mediante tácticas que “destruyen a unidad de las comunidades”. También aseguraron que es a través de la “autonomía, la autogestión y la unidad” como los pueblos indígenas mejorarían su situación.
Enseguida le tocó el turno a la delegación de la subsede de Nurio, Michoacán. Recordaron que los pueblos indígenas de América luchan desde la época de conquista, la cual fue en realidad “ una invasión violenta y cruel”. Hicieron énfasis en señalar que el sistema capitalista es totalmente contrario a sus principios ya que “promueve la individualidad, mientras que los pueblos originaros mantienen en comunidad los recursos de la tierra, la naturaleza que los alimenta”.
Al igual que en los resolutivos de la subsede de Oaxaca, los delegados de Nurio reivindicaron su autonomía y exigieron el derecho de “nombrar a sus autoridades de acuerdo a sus usos y costumbres” sin intervención de los partidos políticos que sólo dividen a las comunidades. Afirmaron que los partidos una vez que llegan al poder se olvidan de las causas por las cuales fueron electos y se “ponen a las órdenes del gran capital nacional y extranjero (…), además de que avalan los proyectos para asegurar al capitalista su inversión”
Otro de los temas abordados en este documento fue la oposición al uso de semillas transgénicas que “sólo dañan la tierra, enriquecen a las grandes transnacionales y generan dependencia alimentaría”, e hicieron un llamado a continuar con los métodos tradicionales de consumo.
Esta delegación finalizó su intervención convocando a la unidad de todos los pueblos indígenas y no indígenas que son afectados por el neoliberalismo. Los llamaron a unirse a la lucha contra el “enemigo en común que es el capital”.
El tercer lugar de participación estuvo a cargo de los delegados y delegadas de la subsede de Rancho Peñasco en Magdalena de Kino (Sonora), localidad en la que se reunieron 29 tribus-nación indígenas de cuatro países de Estados Unidos. Señalaron que acudieron al llamado hecho por las autoridades tradicionales de la tribu Yaqui, del Congreso Nacional Indígena (CNI) y de la Comisión Sexta del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) para “amarrar las alianzas tradicionales de los pueblos indígenas del continente”.
“La razón principal –continuaron- por la que los pueblos indígenas hemos nacido es para defender nuestra madre tierra, para defender nuestros bosques, nuestras aguas, nuestras tradiciones, nuestros usos y costumbres” y por eso- aseguraron- ante la nueva embestida del gran capital en su fase neoliberal, “hemos sentido en nuestros corazones que teníamos que estar aquí”, explicaron.
Dijeron que el Encuentro es una buena oportunidad de que los pueblos indígenas de América se relacionen, se reconozcan y puedan formar una “red de amistad, hermandad, compañerismo (…) para poder globalizar la rebeldía ante el poder”. Asimismo, hicieron saber que lucharán en defensa del medio ambiente, por la recuperación de su cultura, la autonomía, la libre determinación de los pueblos y en “contra de las políticas expansionistas como el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN). Esto con el fin de “construir una América sin fronteras”.
Por último, las naciones indígenas estadounidenses convocaron a impedir la realización de las olimpiadas de invierno del 2010 en Vancouver, Canadá, pues – según ellos – con este proyecto se esta despojando de sus tierras a los pueblos originarios al mismo tiempo que “da más acceso a las transnacionales para apropiarse de los recursos naturales”.
Finalizaron esta fase del Encuentro los delegados de la subsede de San Pedro Atlapulco, quienes se pronunciaron en contra “de la militarización de México, tanto en zonas rurales como urbanas”. Coincidieron con las otras subsedes en que la guerra de conquista continua y que si anteriormente trabajaban “como esclavos en las haciendas, hoy la situación no cambia mucho en las industrias”.
Mencionaron que se oponen al capitalismo porque es un sistema que “atenta contra las formas tradicionales de relacionarse de los pueblos originarios”, además de que fomenta la “destrucción de cultivos tradicionales como el maíz y la caña”, que hoy quieren destinar a la producción de combustibles.
Señalaron que hoy más que nunca es necesario detener “la guerra de conquista capitalista” que despoja no solo de tierras sino también de “identidad y conocimiento” y que “convierte a la madre tierra en mercancía rentable para el mercado”.
Concluyeron diciendo que los pueblos indígenas luchan hoy por la “preservación del medio ambiente (…) por una vida digna” por un “mundo distinto”, en contra de una “tecnología salvaje que destruye a la madre tierra”.
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