English | Español | August 15, 2018 | Issue #46 | |||||||
En conferencia sobre ética y política, Marcos define en cinco pasos la ética del guerrero zapatistaEn su participación, Fernanda Navarro explicó que el proyecto zapatista es de carácter emancipatorio, pues es un desafío a ese sistema depredador que es el capitalismoPor Juan Trujillo
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Fotos: D.R. 2007 Israel Solórzano |
En aquella intervención en la Escuela Nacional de Antropología e Historia el 29 de junio de 2006, Gilly explicó: “Defiendo un espacio público que es de la comunidad, no de uno o varios grupos cualesquiera sean sus ideas, motivos o razones para ocuparlo desde hace años (...) Nuestra comunidad ha sido despojada del usufructo colectivo de un espacio, un bien común que debe ser de todos. Siendo de todos, quien tiene derecho o no a utilizarlo no puede ser decidido por uno o varios grupos de ocupantes ni tampoco por la sola voluntad de las autoridades. En uno y otro caso, es autoritarismo y exclusión (...)Vengo a pedir dos cosas, a los compañeros de la otra campaña y a ti personalmente: Que ya no acepten reunirse en ese auditorio arrebatado a la comunidad universitaria y no legitimen de ese modo el despojo (...)”.
El auditorio que albergó a poco más de 800 personas entre estudiantes, activistas y miembros de diversos colectivos adherentes a la Otra campaña zapatista, se encuentra hasta la fecha “desmantelado” sin butacas y tampoco con sistema de ventilación y luz. No obstante, eso no afectó para la realización exitosa de esta mesa redonda.
Poco después de las 11 horas, la filósofa mexicana, Fernanda Navarro comenzó con su ponencia titulada “Ética y Política” en la que sostuvo que “Podemos decir que la ética se refiere a los principios, por lo tanto, tiene un carácter universal. Se trataría pues de valores que fundamentan y orientan el accionar humano, la conducta humana”. Al respecto, destacó que hay “cuatro ejemplos de valores éticos universales, todos los conocemos: libertad, justicia, igualdad”.
En contraste con la ética sería, según Navarro “la aplicación y práctica de esos principios y valores en una sociedad determinada. Su concreción en un espacio-tiempo específico. La Moral sería pues el campo donde se ejercen socialmente los principios y valores (...)”.
Lo importante, es “desnudar a la condición humana y desmenuzar su constitución” pues “como dijera un filósofo” contemporáneo, “no es la razón sino los sentimientos y las emociones lo que mueve al hombre a la acción”, explicó.
Destacó que la política está vinculada al poder, por lo que una de sus prácticas es recurrir a la fuerza, a la violencia; por lo que la relación entre ética y política “constituye un reto a todo modelo de convivencia, de organización social, basada en el respeto a los derechos humanos”. En este punto, criticó especialmente al eurocentrísmo que proviene de la antigua Grecia y a los planteamientos de Nicolás Maquiavelo, Kant y Roseauu. Sin embargo, en Marx, agregó “una obligada y especial escala señalando su relevante ruptura-radical y crítica- con toda la tradición idealista así como con los profundos efectos éticos que se desprenden de sus textos económicos”.
El núcleo más rico de la ponencia de Navarro fue cuando detalló el especial interés de autores en el tema por “el Otro, por la alteridad y con ello retornar a aquello del ‘extremo norte del ser humano’ añadiendo también el sur (...) uno de esos filósofos es Husserl”; de este autor, explicó que contribuyó a la comprensión del Otro, pues “dice, es preciso ponernos en su piel, ‘ponernos en la piel del Otro’, Ojo!, no en su lugar, no en sus zapatos (que se ponen y se quitan) sino en su piel”, dijo.
Dio a conocer la importancia de otro autor: Emmanuel Levinas, quien criticó la filosofía de los presocráticos hasta Heiddeger y argumentó que este pensador, tiene “a mi parecer gran afinidad con el pensamiento zapatista –ya que, continuó la profesora- la ética no es una simple rama de la filosofía, es la filosofía primera. El plano ético precede al ontológico, al ser mismo de las cosas, a su esencia. Considera que el descubrimiento del sentido de nuestra existencia sólo tiene lugar en la responsabilidad constitutiva de nuestro ser, cuestiona y que nos convoca a la justicia”, detalló.
Desde esta línea analítica, la filósofa, argumentó sencillamente que “desde el momento que el Otro me mira, soy responsable de él, exista o no exista reciprocidad. En suma, sin un tú no hay yo y viceversa. El rostro del Otro nos relaciona a su vez con un tercer y entonces la relación del Yo con el Otro de desliza hacia la forma de un Nosotros”.
Al entrar de lleno al pensamiento zapatista, Navarro destacó que proviene no sólo de la actualización de las tesis marxistas, sino de la herencia milenaria de la cultura maya. Al respecto explicó que la de los zapatistas, se trata de “una ética y una política que –a la inversa de la tradición no surgen ni provienen de una teoría sino de una práctica. Que no se desprenden de conceptos abstractos y rectores sino de realidades existenciales que, desde la concreción de la praxis pueden ser teorizadas… y cuyos ejes fundamentales son la Libertad, la Justicia, y la Dignidad, valores que no pretenden ser prescriptivos, a nivel de un ‘deber ser’ sino que son ejercidos a diario en los Caracoles, sede de las Juntas de Buen Gobierno donde se practica la más noble forma de gobierno: la democracia comunitaria, la democracia directa”, explicó.
“Sin proclamarlo, los zapatistas han hecho de la ética su arma más poderosa, -detalló la investigadora y continuó- Al elevar por encima de las pesadas lozas de la opresión su proyecto emancipatorio ha resultado se un desafío a ese sistema depredador que es el capitalismo…sistema que ha desplazado de su lugar central al hombre, sustituyéndolo por mercancía”, y citando al subcomandante Marcos, “así es como, desde 1994, ‘otros vientos empezaron ya a soplar respuestas y esperanzas”.
En la última parte de su ponencia, la profesora recordó los siete principios zapatistas que “evidencian también una nueva ética política: representar, no suplantar; servir, no servirse; construir, no destruir, convencer, no vence, respeto a la diferencia, mandar obedeciendo y hablar con palabra verdadera –es decir- la correspondencia entre la palabra y la acción”.
Navarro destacó también que el EZLN que se levantó en armas el 1ro de enero de 1994, como un “ejército de locos” han dado muchas lecciones, pues como “locos luminosos armados de esperanza, que ha sabido volver a unir, en la práctica, la ética con la política, tan dramáticamente separados durante siglos. De esta manera han ido instaurando una nueva forma de hacer política, con un lenguaje distinto (...), practicando una democracia comunitaria en su forma más directa: la asamblea”.
Por último, explicó que en la actualidad y en México, a diferencia de otros momentos históricos, existe hoy una “opción ética y política capaz de hacerle frente a la apatía moral imperante, capaz de vencer esa inercia de conformismo político. Esta opción comprometida es la Otra campaña (...) –la cual es una invitación- a todos aquellos que tengan una palabra, una idea, un grito, una acción dirigida a la transformación de este país que ‘no aguanta más’. La palabra clave, en la Otra campaña, la más revolucionaria de todas es l palabra organización”.
Por su parte, el director de la revisa Rebeldía, Sergio Rodríguez Lascano, en su intervención explicó el concepto creado por el subcomandante Marcos de la “sociedad del poder, la cual es el colectivo de dirección que ha desplazado a la clase política de la doma de decisiones fundamentales, pues la primera se conforma por compartir objetivos y métodos comunes”.
Asimismo, explicó que el “reconocimiento de que la ética y la política se han ido separando continuamente es casi un lugar común. Es difícil pensar que haya un concepto ético (entendido como bien común) atrás de las acciones de George Bush, o de Felipe Calderón o de la inmensa mayoría de los políticos tradicionales. El problema –continuó- es ubicar que fue lo que pasó ¿Por qué se llegó a esta situación tan extrema?”. Para ello, recordó entonces, el análisis propuesto de la sociedad del poder.
Para este ponente, “El Estado dejó de ser un regulador entre las diversas clases sociales (por lo menos de manera aparencial y en algunos casos real) para pasar a ser un simple regulador de los flujos de inversión de la sociedad del poder. Dejó de ser un promotor de consensos sociales, la mayoría de las veces formulados y ejecutados en beneficio del capital, para pasar a ser un sirviente de la sociedad del poder”.
Sobre el desplazamiento entre ética y política, criticó el despojo que se realiza a los habitantes de Tepito, y con esa constante de la explotación capitalista junto con “el desarrollo ampliado del despojo, el incremento de la represión”, explicó que “el desprecio nos interpelan a una definición ética fundamental: con el capitalismo o contra el capitalismo”. Por ello, comentó que “no se puede uno quedar a medio camino en esta confrontación, menos en las épocas que estamos viviendo”.
“La ética en el marco de la confrontación neoliberal debe partir de realizar una crítica total, completa e integral a la dominación del capital. Más si tomamos en consideración que vivimos un proceso de del localización de la mano de obra y de la inversión directa del capital”, abundó.
El director de la revista Rebeldía, criticó a diversos sectores de la izquierda que, “en el ámbito mundial sacrificó en aras de la eficacia, el éxito, la utilidad marginal, sus principios éticos. La idea de que la única diferencia con relación a la derecha se ubica en los objetivos a largo plazo, sobre la naturaleza de la propiedad de los medios de producción o sobre la distribución del ingreso (...) Cuando la izquierda comienza a actuar como la derecha comienza a desaparecer”. Al respecto y en cuanto a la diferencia entre el pensamiento de izquierda con el de la derecha es que: “se precisamente en el terreno de la política, entendida como ética de lo colectivo. Es decir, se ubica en la forma de actuación cotidiana, en el conjunto de propuestas, tácticas, estratégicas, etc. La divergencia es total, antagónica e irreductible”, comentó.
En la última parte de su ponencia, este editor, citó la Ética que escribió el filósofo marxista Adolfo Sánchez Vázquez, quien plantea que “El hombre es para Marx, en unidad indisoluble un ser espiritual y sensible, natural y propiamente humano, teórico y práctico, objetivo y subjetivo. El hombre es ante todo praxis; es decir, se define como un ser productor, transformador, creador; mediante su trabajo transforma la naturaleza exterior, se plasma en ella y a la vez, crea un mundo a su medida, es decir a la media de su naturaleza humana”, -entonces, continuó el ponente- “la fusión de ética y política no es un problema teórico o práctico sino que es un problema teórico y práctico. El espacio donde este problema se desenvuelve es el colectivo, en tanto esa fusión solamente puede tener resultados si se realiza en relación con los de abajo, con ‘los condenados de la tierra’”, explicó.
Por último, al hablar de los movimientos sociales en México que actual en el tiempo, que es tiempo ahora para frenar la destrucción, argumentó que “más abajo que abajo (...), donde casi no se ve nada, donde habita nadie, se está haciendo el acuerdo, se está haciendo el trato. Abajo y a la izquierda, el lugar donde se está desarrollando la fusión entre ética y política, donde se construye lo nuevo”, concluyó.
En su participación con la ponencia titulada “Dos políticas y una ética”, en referencia a la polémica desatada por la realización de este acto en el ocupado auditorio “Che” Guevara el subcomandante Marcos, empezó haciendo una fuerte crítica a “los de arriba” -que- “nos ofrecieron otros lugares, ‘mejor acondicionados’, dijeron, ‘más cómodos’. Como si la ética y la política fueran una cuestión de comodidad, y como si para los zapatistas fuera lo primordial el espacio y no el oído que, generoso, nos brindan ahora ustedes. Y esto lo escribo antes de decirlo, suponiendo que alguien acudió a esta mesa redonda que, para estar a la moda, ocupa ya el primer lugar de deslindes. Ya sólo faltaba que la propia mesa se deslindara”. En referencia a los deslindes de Pablo González Casanova y Luis Villoro.
Según el subcomandante Marcos, “elegimos precisamente el tema de la ética, no sólo para señalar su destierro y ausencia de la política de arriba, a más de su acorralamiento en el espacio de la academia; también para señalar o apuntar algunas pistas para que, en el abajo que estamos levantando, se abracen al fin la ética y la política en la única forma que pueden hacerlo, es decir, siendo ‘otras’”.
Sin embargo, se preguntó el rebelde: ¿Cuándo y cómo fue que la ética y la política tomaron esos caminos? La ética, el camino aséptico y mediocre de la academia. La política , el camino del cinismo y la desvergüenza ‘realistas’” ¿Cuándo fue que la intelectualidad progresista progresista renunció al análisis crítico y se convirtió en triste plañidera de las derrotas y fracasos de una parte de la clase política que ya lleva varios años muerta?”
Estas y otras crítica hechas a la UNAM, pueden leerse en el texto íntegro EnlaceZapatista
La sustancia del debate sobre política y ética, marcó la pauta de la presencia del subcomandante Marcos en esta conferencia. Después de las críticas a la “política de arriba”, explicó: “Lo reiteramos: allá arriba no hay nada qué hacer, ni siquiera chistes. Por eso estamos hoy aquí, con ustedes. Porque creemos, y en nosotros ‘creer’ es un sinónimo de ‘hacer’ y ‘hacer’ un sinónimo de ‘luchar’, y ‘luchar’ un sinónimo de ‘soñar’, que es posible construir otra forma de hacer política, y que su andamiaje principal es la ética, otra ética”.
En otras ocasiones, el jefe rebelde ha explicado que “los zapatistas somos guerreros y guerreras –lo cual implica- también que tenemos una ética que poco o nada tiene qué ver con lo que se enseña o pretende enseñar las aulas, libros o mesas redondas con deslindes incluidos, sino un compromiso”.
Marcos, citó a José Martí, cuando el cubano “dijo alguna vez que el hombre verdadero no mira de qué lado se vive mejor, sino de qué lado está el deber”, por lo que “ahora se podría decir que el hombre y la mujer de abajo y a la izquierda no miran de qué lado van en las encuestas, sino de qué lado está el deber. Y el deber, para nosotros los zapatistas, es nuestra ética, la ética del guerrero”, explicó.
Según esta ética del guerrero que proviene de una larga experiencia de resistencias de la cosmovisión indígena en mesoamérica, Marcos comentó que se pueden resumir en los siguientes puntos:
1.- Estar siempre en disposición de aprender y hacerlo. Dos son las palabras fundamentales en el andar del guerrero: ‘no se’. Mientras que las ‘cabezas grandes’, como dijera alguna vez el Comandante Tacho, opinan sobre todo y pretenden que todo lo saben, el guerrero se asoma a lo desconocido con la misma capacidad de admiración que se tiene ante algo nuevo (...)
2.- Estar al servicio de una causa materializada. No se trata de luchar por quimeras, ni de engañarse sobre el enemigo, la batalla, las derrotas, la victoria. Sabemos que hay y habrá dolores, algunos sin ningún alivio posible, como el dolor de la muerte de Alexis Benhumea, nuestro compañero y estudiante de esta universidad, terminado de asesinar por el gobierno hace un año (...)
3.- Respetar a los antecesores. La memoria es el alimento vital del guerrero. El agua donde abrevamos es nuestra historia. No sólo como zapatistas, no sólo como indígenas, no sólo como mexicanos. Donde otros leen y repiten derrotas, para así justificar rendiciones, nosotros leemos enseñanzas (...)
4.- Existir para el bien de la humanidad, es decir, la justicia. Ojo: no dije “para tomar al poder”, ni “para llegar a un cargo público”, ni para “pasar a la historia”, ni “para desde arriba solucionar lo de abajo”. Digo, en cambio, nombrar y traer acá a esa otra gran ausente en el camino del de abajo: la justicia.
5.- Para esta batalla que sabemos difícil, e interminable agregaría yo, debemos dotarnos de armas y herramientas que nada tienen qué ver con lo que ahora se encuentra en las páginas de cualquier periódico o en los noticieros televisivos. Armas y herramientas que no son sino las ciencias, las técnicas y las artes. Y de entre todas ellas, la de la palabra (...)
Lo más importante (y lo más olvidado) es que el guerrero debe cultivar la capacidad de ver hacia delante, imaginar el todo compuesto y terminado, prever los subes y bajas del camino, los contratiempos y su solución. Debe ser sabio en la lucha, esto es: en determinar cuáles son los puntos esenciales de una situación, dónde deben aplicarse qué esfuerzos y cuáles combates deben ganarse o perderse.. En nuestra ética, entonces, se trata de no pensar indignamente, para no actuar deshonestamente. Aprender siempre, siempre prepararse, conocer todos los caminos posibles, sus pasos, sus velocidades, sus ritmos. No para todos andar, sino para saber de todos, con todos caminar y llegar con todos (...)
No es al hoy, a lo inmediato, a lo efímero, que vemos. Nuestra mirada llega más lejos. Hasta allá, donde se ven a un hombre o a una mujer cualquiera, despertarse con la nueva y tierna angustia de saber que deben decidir sobre su destino, que caminan por el día con la incertidumbre que da la responsabilidad de llenar de contenido la palabra “libertad”.
Hasta allá miramos, hasta el tiempo y el lugar donde alguien le regala a alguien algo. Y es tan lejos que no se alcanza distinguir si es una flor roja o una estrella o un sol lo que de una a otra mano se tiende (...)”.
Poco después de las 12:45 horas, con esta larga intervención, el subcomandante Marcos dio fin a la conferencia. No hubo posibilidad de réplica, preguntas, cuestionamientos o intercambios con el numeroso público.
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