English | Español | August 15, 2018 | Issue #44 | ||||
Después de la represión en Atenco y a más de seis meses de instalado el campamento cuenta con sólo cinco personas“No hay esperanza de que por la vía legal salgan... no nos dejen solos, al menos vengan a conocer”, exclama Jesús desde el plantón del penal de SantiaguitoPor Juan Trujillo
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Penal de Almoloya de Juárez, estado de México Foto: D.R. 2007 Juan Trujillo |
La vida para Jesús marcha entre el frío, la lectura, la reflexión y los viajes en autobus entre penal y la capital del país. Sobre el plantón instalado días después de la represión, afirma que después de las movilizaciones públicas de la Otra campaña y otras organizaciones de defensa de derechos humanos la cantidad de compañeros “ha ido disminuyendo, antes éramos como 70 ahora somos cinco los compas”. Él mismo estuvo en Atenco, donde participó en la madrugada del 4 de mayo en las acciones de resistencia y apoyo al Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), junto con su compañera del colectivo Brigada Estudiantel de Encuentro Libertario y Socialista (BELS), Norma Haidé Jimenez Osorio, de 24 años, violada horas después y actualmente reclusa del otro lado del muro de este penal.
Hoy es una tarde de noviembre que transcurre como cualquier otra, hay gente que tiene algún familiar preso y que llega directamente a las puertas del reclusorio. En el plantón, las carpas amotinadas al suelo, sirven algunos para dormir, otras sólo se usan como bodega, alguna habría sido olvidada, y si otras si tuvieran pies se habrían ido ya. Jesús, de 25 años no sólo es miembro de la Otra campaña, también es estudiante del Colegio de Ciencias y Humanidades(CCH-Oriente) de la Universidad Nacional Autónoma de México y del colectivo BELS que es a su vez adherente a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona difundida en julio de 2005 por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
La conversación con Jesús es pausada, aquí no hay prisa para atrapar o consumir el tiempo de la ciudad. La larga espera y la reducida esperanza, le provoca el habla pausada como uno de los múltiples hábitos que se han adecuado a su vida. Han trascurrido ya siete meses del operativo y la constante es el “sentimiento de impotencia que tenemos, hemos hecho marchas. Incluso se han hecho actividades, conciertos con Salario Mínimo con trabajadores y artistas de la Otra campaña”, exclama Jesús.
Sobre los compañeros de ese movimiento, agrega que ni el Subcomandante Marcos ni los comandantes indígenas de la Comisión Sexta del EZLN para “el caso Atenco” han venido al plantón. De hecho, “hemos ido a Asambleas Nacionales a decir que tienen presos…no es para decir que nos estamos quedando solos …si hay compañeros pues (en el plantón), solo son cinco, diez o quince personas. Es como decirles, cómo está el plantón…es irles a jalar las orejas y decir qué transa…”, explica.
La vida de Jesús y su compañera Norma ha cambiado radicalmente antes y después del 4 de mayo. Él estudiaba la preparatoria y ella estudiaba fotografía en una escuela de Bellas Artes en la capital de país. Sin embargo desde el penal, Norma todavía escribe poesía. Ahora los dos, una dentro y otro afuera, se encuentran a la espera de señales alentadoras en el proceso jurídico.
Ilustracion: D.R. 2007 Norma Jiménez |
Pero la petición del subcomandante Marcos a las coordinadoras regionales y subregionales de la Otra campaña fue en el sentido de que “acuerden y ejecuten acciones y movilizaciones de apoyo al Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra a partir de las 800, ocho de la mañana del día de mañana, cuatro de mayo del 2006”.
Así, en nombre de la Comisión Sexta del EZLN, agregó: “estamos esperando la indicación del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra. Si necesita nuestra presencia allá, allá iremos. Si no, participaremos directamente en las acciones que ustedes programen para el día de mañana…No vamos a hacer caso de ninguna información que no llegue a través de ellos. Para nosotros, ellos y ellas, quienes forman el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra son la Otra campaña en esas tierras. Respetamos sus decisiones. Llegaremos hasta donde ellos nos digan llegar”, concluyó el Delegado Zero.
De esta manera, fue como en el mismo mitin en Tlatelolco que América Del Valle (hija Ignacio Del Valle), en nombre del FPDT llamó a los adherentes de la Otra campaña a concentrarse a las 8 de la mañana del 4 de marzo en la Universidad de Chapingo o en Ecatepec, ambos fuera del pueblo de San Salvador Atenco.
Jesús y Norma, junto con otros más se dirigieron a Chapingo, donde Jesús narra que algunos activistas no esperaron hasta la mañana, sino que fueron directamente a Atenco en la madrugada del 4 de mayo. Entre las 21 y 22 horas, llegan a Chapingo y se encuentran con una asamblea de activistas con la consigna mayoritaria de la gente que se encontraba ahí, de “no entrar a Atenco”. No obstante, según relata Jesús, fue una persona que se identifica como “El patas verdes” quien no sólo insistió en ir, sino que tiempo después facilitó un camión que nos llevó junto con otros “a titulo individual”.
Jesús y Norma llegaron al pueblo entre las 2 y 3 de la madrugada del 4 de mayo. “No se esperaba la represión, no había mucha gente de Atenco…como 80 o 90, había activistas que vinieron de la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco”. Cuenta que momentos después, la resistencia se organizó y lo mandaron junto con Norma a la barricada de Acuexcomac que logró resistir con sólo 30 o 40 personas. “La mayoría eran activistas, estaban confiados de que no habría represión”, puntualiza.
No obstante, conforme pasaban los minutos la adrenalina habría de escalar su nivel. Y recordando hoy los trágicos momentos y resultados del operativo, comenta: “Nos agarraron en la pendeja, no sabíamos de qué magnitud (sería la represión), pasaron en la ambulancia del FPDT y nos decían que estaban a cuatro kilómetros unos 400 policías”
En ese momento, y mientras Jesús observa los carros pasar frente al penal, explica los pasos improvisados de la resistencia: “Nos dividimos en dos barricadas, una en Chinconcuac y otros en la (carretera) México-Texcoco, desde entonces no supe nada de ella (Norma)” hasta después de tres días”.
Así, en el crepúsculo de las 6 de la mañana del 4 de mayo, desde la barricada en la que estaba con unas 15 personas observó las “filas y filas de policías”. Y en esos instantes, “a 50 metros vimos que era imposible defender; no conocíamos el pueblo y salimos hacia atrás. Nos refugiaron en una casa, creo que era de una de las hermanas de Trinidad (esposa de Ignacio Del Valle)... apagaron las luces y nos dieron agua para limpiarnos del gas”.
A partir de ahí, Jesús habría dejado de ver y pensar en su amiga y compañera de lucha. Fue hasta casi las 14:30 horas de la tarde, cuando Jesús afirma que pudieron salir los compañeros que se encontraban resguardados, a pensar del helicóptero que continuamente patrullaba los cielos de Atenco. “Así, salimos en un descuido del helicóptero, de cinco en cinco”, recuerda.
El frío viento en estas tierras, penetra en las carpas, ropas, mantas y banderas instaladas en el plantón. Desde el 8 de mayo, aunque físicamente va y viene a la capital del país cuando puede, la vida de Jesús transcurre en estos cuantos metros cuadrados, del lado de afuera del muro. Han pasado poco más de seis meses, desde que este activista ancló el sentido de su existencia en este plantón. Recuerda, con la memoria desgarrada por los trágicos eventos, que “Norma fue violada, y está ella en el rollo de olvidarlo”. A la pregunta si ha sabido más al respecto concluye que en comunicaciones telefónicas: “no ha querido hablar de esto. Me decía (ella) que no me iba a contar esto”.
Sobre el actual situación de la Otra campaña, de la solidaridad de sus miembros después de 6 meses de plantón, después del fraude electoral y la solidaridad de los integrantes de la primera, Jesús comenta: “ (los compañeros), luego de venir a reforzar aquí, se iban al plantón de López Obrador, y dijimos ¿Qué transa?, no refuerzan aquí, y no contemplan las demandas que tenemos, fue un reclamo hacia ellos, hay otros que nunca han estado aquí. Ni siquiera para poner una manta ni conocer. Ellos eran del sector estudiantil, y ya desde entonces ya les tenía muchas críticas”, apunta.
El escenario de esta charla, se nutre de una mesa de madera, un rompecabezas sin terminar, frituras, un poco de agua, un bote de miel de abeja y un bote con agunas monedas para recabar fondos.
Sobre el futuro del plantón, la situación de los presos y la Otra campaña, Jesús es firme en su declaración. “Mi actitud no es de desencanto con la Otra, por eso puse mi palabra”. Y sobre Norma, afirma que “tiene muchos proyectos para reforzar la Otra y el trabajo organizativo como editar los videos que grabamos, hacer un trabajo sobre la violencia contra las mujeres, exposiciones de arte, etc”.
-¿Qué expectativas existen de que Norma salga?
-Desde hacía muchos meses está en ese tono, no van a salir. Pero hubo un amparo no de fondo, solo para que se conjugaran los procesos de los demás presos. Pero el juez de aquí, corriguió y declaró ‘auto de formal prisión’.
Foto: D.R. 2007 Juan Trujillo |
En este penal, se encuentran junto con Norma 27 presos de Atenco, en el penal de máxima seguridad de La Palma están detenidos los dirigentes del FPDT: Ignacio Del Valle, Héctor Galindo y Felipe Álvarez.
Para Jesús, el proceso jurídico es largo como jamás se habría imaginado. Por las heridas de las víctimas a causa de tortura, violación y golpes, “pensabamos en que podrían salir después”. Pero la realidad ha sido diferente y ahora la conciencia de este joven es también diferente: “Estos compas (presos) son un garante, tenerlos aquí en Santiaguito permite que tampoco salgan los de La Palma, porque si salen unos…todo se desvanece, entonces todos están en el mismo barco… son un garante (los presos de aquí), de que no saldrán los dirigentes mientras estén presos estos”, concluye mientras al término de comer frituras, se limpia la boca con un trozo de papel periódico.
Por su parte para la abogada Zamora, la “necedad” del juez Maldonado de no dejar el caso “demuestra que es un impartidor de justicia subordinado al gobierno mexiquense, porque de otro modo no se entiende cómo un juez federal le dice que no es competente, y sin embargo, insiste el juez local”.
Asimismo otra de las irregularidades, reside en que dicho juez busca retardar los procesos en perjuicio de los inculpados, por lo que se ha negado a citar a los más de 100 policias que deben comparecer como testigos dentro de la causa penal. “El juez está citando de cinco en cinco y estamos hablando de más de cien policías; imagínese cuánto se prolongarán los procesos”. A pensar de la recomendación del 12 de noviembre de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) nada se mueve, nadie de los 20 presos sale y los procesos judiciales a 199 personas continúan a paso de tortuga.
Jesús, con la mirada desalentada, expresa que “No hay esperanza de que por la vía legal salgan de este penal”. Aunque, por otra parte, comenta que una de las alternativas pueden ser los amparos constitucionales que se podrían emitir en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Y como si fuera un referente psicológico, habla de nuevo de su compañera y de su injusto encarcelamiento: “Norma no tenía mucho trabajo político, estaba en la comisión para los presos políticos de la Otra campaña, pero no tenía mucho trabajo”.
A la pregunta de si existe en su sentir algún arrepentimiento sobre su participación el día 4 de mayo en Atenco, Jesús replica con seguridad que “de lo único que me arrepiento, es de haberla (a Norma) dejado en la barricada sola. No me arrepiento de lo que hice en Atenco”. Y en tono de mensaje para la Otra campaña, Jesús acude a la solidaridad de sus compañeros al exclamar con humildad: “Que no sean cabrones, que vengan a reforzar el plantón, que no nos dejen solos, al menos vengan a conocerlo, igual y les gusta”.
Pero el panorama para la justicia y libertad es desolador, de Atenco a Oaxaca y los escenarios que vengan. A finales de este mes de noviembre, cuando la crisis política en el estado del sur se recrudeció, los presos del movimiento magisterial y de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, se han incrementado. La ultima información publicada por el periódico La Jornada apunta a que la salida de los presos de conciencia es poco factible en el corto plazo.
La reflexión en torno a este plantón en particular, se impone una cierta forma de ver las cosas después de los meses de desgaste físico y psicológico. A pesar de los compañeros presos en el penal, ¿vale la pena tener otros inmovilizados del otro lado del muro? Es preciso, pensar en que la situación de encarcelamiento y represión continuará y que el proceso jurídico también. La llave política que abre las celdas, quizá tendrá que ser empujada desde otros espacios de encuentros y discusiones, pero sobre todo de movilización.
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