English | Español | August 15, 2018 | Issue #43 | |||
La otra campaña dice No a la torre de teléfono móvil en el La Paz y No a una refinería de gas en Ensenada.El precio del "progreso" en Baja California es arrojada sobre los que no se benefician de elloPor Ginna Villarreal
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Foto: D.R. 2006 Ginna Villarreal |
Los niños denominan a la torre “el monstruo”. Con los vientos fuertes que el reciente ciclón provocó, los ruidos de los metales preocupó a los que están debajo de sus sombras y los hizo temer por su seguridad. Los niños corrieron hacia afuera con sus linternas para ver hacia qué lado iba a caer. La historia de esta torre es una de miedo y de preocupación. Junto con la tensión emocional que la torre ha traído a la vecindad, la otra preocupación es sobre la salud. Estudios demuestran los posibles efectos perjudiciales para la salud que la radiación electromagnética de la radiofrecuencia puede causar. Se ha reportado que las torres son las causantes de enfermedades tales como cáncer del cerebro, tumores del cerebro, y leucemia en la niñez; la comunidad Rinconada de los Olivos tiene una causa justa por que preocuparse.
La comunidad grita- ¡ya Basta! y resiste la presencia del monstruo.
Lenora Vitia, una oradora apasionada y activista anciana habló de la resistencia y la organización de la comunidad. Declaró al Otro Periodismo y a la Otra Campaña que han formado grupos para bloquear el funcionamiento de la antena. Una disputa ocurrió el 14 de febrero con la policía. Cuando se negó la entrada a aquellos de la compañía en la transmisora, la policía municipal fue llamada como respaldo de las compañías móviles. Fue un ejemplo más de la brutalidad policíaca y del uso excesivo de fuerza: inmediatamente hubo una confrontación entre cuatro habitantes de la comunidad y miembros de la policía quienes llegaron en 14 patrullas, dejando a un activista casi ciego en un ojo: Feliz día de San Valentín les desea Lusacell y las autoridades de La Paz.
Lo que esta comunidad quiere es nada más y nada menos que el retiro de la torre. Días antes de la visita del Delegado Zero a la comunidad, la compañía Lusacell se declaró en bancarrota. Como una serpiente que cambia de piel, esta compañía – propiedad de las empresas multinacionales con sede en EE,UU. Bellsouth y Versión– se ha librado de su responsabilidad sin perder su capital.
¿Quién entonces oirá las quejas de esta gente? El Delegado Cero lo hizo el 14 de octubre, e impulsó a la comunidad a continuar luchando por el control de su espacio urbano, y a ejercer presión a Víctor Castro Cosido, alcalde de La Paz, para resolver la situación de Lusacell. Días antes, hablando de la polémica que hubo sobre si la compañía Baja Feries permitiría al Subcomandante Marcos cruzar el mar de Cortes, Castro Cocido, del Partido de la Revolución Democrática (PRD) anunció que apoyaba “la causa de Marcos”. El portavoz Zapatista exhortó a la comunidad rodear al ayuntamiento y decirle al acalde que “la causa de Marcos es derrumbar la torre”.
Marcos explicaba que las microondas de torres como éstos “queman las células del cerebro”. Y preguntó en voz alta: “¿Por qué no construyen esas antenas en la casa del gobernador? Que ya no tiene cerebro que se le queme pues. O de Vicente Fox, que tampoco tiene neuronas”.
El Delegado Cero informó a la gente a su derecho de compensación por los daños emocionales y físicos que han sufrido. “Los que necesitan pagar son aquellos que pusieron la torre allí o los que permitieron que estuviese allí”. Él les prometió que su historia continuará siendo contada, y él continuará luchando por ese barrio y por su derecho de vivir en tranquilidad y con la seguridad de salud hasta que la torre no sea derrumbada.
Más hacia el norte, en Baja California Norte, entre la línea costera a unos minutos de la ciudad de La Ensenada, sienta una regasificadora, una planta que procesa gas natural liquido. Aquí la lucha es eliminar los peligros y la destrucción causado por otro producto de la industrialización capitalista, para eliminar el potencial y los daños al ambiente y a la cultura histórica de México.
Marcos con Oscar Montaña Foto: D.R. 2006 Ginna Villarreal |
Parte de la protesta contra la instalación de estas plantas es el peligro ambiental que puede causar. El refinamiento del gas crudo causa un peligro instantáneo al ecosistema en las costas de la Ensenada. En el proceso se utiliza agua de mar para calentar el gas líquido, que está bajo cero de temperatura. Después se descarga el agua dentro del océano, contaminando y alterando las temperaturas naturales del ambiente marino. Junto con las regasificadoras vienen barcos cargados de material volátil. Con esa magnitud de peligro, se necesita que el ejército mexicano asegure el área y el cargo. La compañía Sempra Energy con ubicación en San Diego ofende al proveer un mercado extranjero, pagando un reparto de siete millones de dólares para dejar los daños y peligros ambientales fuera de suelo estadounidense.
La otra parte de la ofensa de esta planta, es la indiferencia de la compañía por la historia antigua de México. La regasificadora fue construida sobre un sitio arqueológico. Estudios conducidos por el Instituto Nacional de Antropología e Historia de Mexico revelaron restos humanos con más de 4,000 años de antigüedad. ¡Todo eso no detuvo la destrucción del sitio! Las piezas arqueológicas fueron “salvadas”, dijeron las autoridades, y la construcción continuó.
La compañía de energía se jacta en su pagina de Web que “han trabajado junto con las comunidades locales y que esos participantes eran la clave de identificar y resolver posibles temas dificultosas”. No estoy segura si se referían a las voces de Oscar Montaña y los otros miembros del comité de ciudadanos. Como en la comunidad El Rinconada de los Olivos, estos activistas están luchando para recuperar el control de su tierra. Estas son las luchas que comienzan desde abajo y luchan por la seguridad, la salud de la comunidad y la protección local del medio ambiente.
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