Los caminos de Oaxaca
Lo que realmente le importa al gobierno es mantener el control, con Ulises Ruiz u otro
Por Raúl Gatica
Escribiendo desde el exilio en Vancouver, Canadá
20 de octubre 2006
A muchos llamó la atención los sucesos de la semana pasada en Oaxaca donde, aparte de que se “movió” de la mesa de negociación lo relacionado a la destitución del desconocido gobernador Ulises Ruiz, se pasó de un clima de altísima tensión a otro de aparente calma, con el anunció de que se habían alcanzado algunos acuerdos, que en si mismos no dejan nada claro, y días después se informó el fin de las maniobras de la armada.
El anuncio generó declaraciones irresponsables y faltas de seriedad del titular de educación. Para el señor Tamez en una semana se resolverían los problemas de Oaxaca, como si los ancestrales problemas y múltiples agravios fuera cosa de resolverlos con declaraciones, deseos y ordenes de las jerarquías.
Con ánimo de tomar en positivo los “primeros acuerdos”, sin olvidar que al gobierno federal y estatal, lo que realmente le importa es mantener el control, con Ulises Ruiz u otro, las ofertas intentan sacar de la lucha a los maestros, pues de las promesas que podrían tener concreción, más o menos rápida, sería lo relacionado con ellos.
Ahora aceptan lo que antes decían era imposible, por ejemplo la rezonificación por vida cara, la autonomía sindical del SNTE, para que la Sección XXII maneje sus cuotas sindicales, recursos para infraestructura educativa, contratación de personal y una cantidad de dinero para el incremento inmediato, etc.
Para los demás: policía bajo el mando de un subsecretario federal y consejo ciudadano, libertad a presos políticos de algunas organizaciones, cancelación de 300 ordenes de aprehensión, reforma estructural para la ciudadanización de órganos como la Comisión Estatal de Derechos Humanos, e incorporación en la constitución local del referéndum, plebiscito e iniciativa popular, así como atención a las demandas sociales
Por su parte, la APPO y la sección XXII tendrían que “devolver” la ciudad y las radios, retirar el bloqueo de las oficinas, quitar las barricadas y los maestros regreso a clases, es decir, el repliegue total de la APPO, mientras el tema del gobernador sigue su camino en el Senado.
La oferta no es poca cosa, con dos pequeños detalles. Uno, nada garantiza que el Senado destituya a URO. Y en todo, absolutamente todo, no hay garantías, ni mecanismos para cumplir las ofertas gubernamentales, pero exige ni más ni menos, la inmediata rendición de la APPO.
Uno se pregunta, ¿un mando federal podrá contener a las mafias dentro de la policía estatal? No. Definitivamente no. Pero justifica la paulatina militarización de los cuerpos policíacos, y le endosa al gobierno federal la violencia que seguirán impulsando personajes como Vera Salinas, Franco Vargas, Heliodoro Díaz, con sus incondicionales en la policía estatal.
¿Basta a la APPO la promesa de un secretario de gobernación que esta por irse? ¿Cómo garantiza que las promesas del ámbito legislativo y judicial estatal se cumplan? ¿Qué asegura que una vez desmovilizados, el gobierno cumplirá demandas más trascendentes, si movilizados no ha querido resolver una menor? ¿Están preparando un escenario para que Oaxaca sea el primer acto que Calderón usará para comenzar a legitimarse?
Y también surgieron conjeturas respecto al porque la APPO aceptó que el punto Ulises Ruiz, se dejara en el ámbito institucional, el senado, que no es espacio del movimiento social, y donde, temas como el de Oaxaca, se convierten en moneda de cambio, mas si se recuerda como la mayoría PAN-PRI-VERDE-PASC se unen para solapar a delincuentes
Algunos suponen que las amenazas de represión fueron tantas que los negociadores de la APPO valoraron el costo en vidas humanas para el movimiento y decidieron darle una salida al tema sin quitarlo de la mesa. Si fue así, demostraría una vez más que si la violencia en Oaxaca no ha llegado mas lejos, es justamente por la actitud pacifica de la APPO.
Otros dicen que se movió el tema Ulises por la solución a demandas de algunas organizaciones representadas en la mesa, así se entendería el que den casi por seguro la libertad de los presos Loxicha, de Xanica, de German Mendoza Nube, Erangelio Mendoza, entre otros y el paquete para la sección 22, pero sin tocar las cosas de fondo ahora, sino con la promesa de que se hará en el marco de la reforma integral.
Unos mas indican que se acordó la salida de Ulises Ruiz, pero de tal modo que no haga olas. Es decir, se ira pero sin que se “vea” como resultado de la lucha de la APPO, por eso de los malos ejemplos, sino por encargos institucionales, una salida digna (sic) dicen.
Sigamos con cuidado los acontecimientos de esta semana, porque una cosa es lo que acuerdan los comisionados en la negociación y muy otra lo que las bases piensan, y estas han dicho nuevamente, que ni siquiera consultaran el regreso a clases, en tanto el Senado no dictamine, o se resuelva de otra forma, renuncia, licencia o permiso de Ulises Ruiz. Claro, mientras el gobierno nos recuerda que siempre cuenta con la opción militar.
Complicado escenario para quienes son representantes de la APPO, en la negociación y en sus instancias de toma de decisiones, pues deben actuar atendiendo preocupaciones que la gente común esta planteando en las barricadas, en las marchas, en la comisiones que reparten volante, hacen la comida, ocupan las oficinas, en fin, de los que se juegan la vida, tanto del magisterio como de la APPO
Esperamos que los representantes de las organizaciones que están en las negociaciones piensen no solo en los intereses de sus respectivas siglas, sino en el de todo un pueblo y movimiento, para que en la mesa no se olviden de las masacres contra las comunidades, como la cometida el 16 de octubre de 2003 contra Santa María Yaviche, donde el CROCUT mató a un miembro del CIPO-RFM, Bartolomé Salas, y dejó heridos de bala a 9 más.
El dolor por la perdida de José Colmenares y el recién acribillado Alejandro García deben dar coraje y energía para que los negociadores se paren firmes, de no hacerlo así, todos pagaremos en dolor y sufrimiento, pero sobre todo, en falta de credibilidad y confianza a las organizaciones y las luchas futuras.
Raul Gatica (CIPO-RFM), refugiado político en Canadá por causa de la política priísta en Oaxaca, trabaja con CIPO-Vancouver.
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