English | Español | August 15, 2018 | Issue #43 | |||
“Si pudiera me iba a caballo y en mi cochecito con Marcos”: Don Pascual NietoUn encuentro con don Pascual Nieto, hijo del coronel Pascual Nieto Rodríguez, del Ejército Libertador del SurPor Juan Trujillo
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Pascual Nieto con los comandantes en Xochimilco Foto: D.R. 2006 Joel Martínez González |
En 1938, con el General Lázaro Cárdenas, don Pascual recuerda con orgullo que hubo reparto de ejidos (territorio con personalidad jurídica contenida en el artículo 27 constitucional y modificado en 1991) y de cerca de 864 parcelas de tierra por la mano de su padre. Pero hoy las cosas son diferentes: con algunas lágrimas en los ojos, afirma que el ejido está siendo expropiado de sus dueños campesinos, mediante el engaño.
“Los engañaron, les dijeron que les iban a pagar, que les hicieron firmar a unas personas; tienen aquí unos millones de pesos, y al poco tiempo vino una devaluación…-Pascual se refiere a la crisis económica de 1994-, les pidieron los papeles”.
Así, la charla entrelaza el presente y el pasado. Sobre el segundo, Pascual desempolva la memoria de un acontecimiento entre él y su padre: cuando el coronel depuso su arma: “Te dejo la pistola, que es tu lápiz para luchar, con las leyes…ya no con balas, sino con el dialogo, con la palabra…”. Durante el esfuerzo de memoria, don Pascual, deja entrever unas cuantas lágrimas que recorren sus mejillas y señala afirmativamente a la pregunta de si esa había sido una misión encomendada por su padre.
Con notable confusión sentimental, a decir por su expresión facial, este hombre veterano regresa al tema y los problemas en Xochimilco. Hoy por la mañana, Pascual habló en el acto en el que el comandante Zebedeo habló en nombre del EZLN. Al inicio de su discurso, saludó a este pueblo, Atlapulco, que significa “Lugar del agua” pero después también agregaría: “lugar en crisis de agua”.
Pascual, afirma sin retomar lo señalado por Zebedeo, que uno de los principales problemas en la región es el agua. “Ahora está muy contaminada; antes se podía sembrar maíz, frijol y en la chinampa de todo se sembraba. Ya no se puede, ya no hay chinampa, ya la mancha urbana se las ha comido”. La chinampa que a pesar de todo sigue existiendo, es la proción de tierra fértil y que flota sobre el agua dulce de los canales de los lagos de esta zona lacustre, y sobre la cual se desarrolla la agricultura desde la época prehispánica. “Nos echaron agua contaminada, y ya nos están amolando. Por otro, nos echaron las famosas carpas…que matan a la especie que vive aquí, a los ajolotes… y antes de esto se mantenía el pueblo aquí. O para las fiestas, que hacían, también iban y pescaban… y hacían el famoso mizimol -guisado tradicional-”.
Para Pascual, “antes había un medio más sano y las casas no llegaban hasta acá. Antés sembrábamos en la chinampería pues, de todo… los elotes para comer. Ya no hay chinampas, está cundida la mancha urbana”.
“Qué bueno que venga la Otra Campaña”, sostiene don Pascual cuando este cronista le pregunta si se podría reactivar la lucha en Xochimilco. “Para que no se vayan los hermanos de aquí que se van a Estados Unidos, pobres que van a sufrir allá... que ya no regresan. Y qué bueno que está la Otra campaña, para que apoye a todos… desde luego que yo estoy también apoyando a eso”, arguye el entrevistado.
Los sentimientos y miradas de don Pascual trazan un recorrido por la situación de su pueblo y sus luchas por la tierra. La iniciativa del EZLN, (la Comisión Sexta para el caso Atenco y el recorrido por el norte del país del Subcomandante Marcos), entusiasman a este veterano: “Si yo pudiera caminar bien, estoy esperando, me estoy medicando…si puedo caminar, sí me iría con Marcos, seguro”. Cuenta que esa fue la misma experiencia que tuvo su padre con Emiliano Zapata: “Que mi padre tuvo, que le dijo al presidente que si le quitaban 5 centímetros de tierra, te vas mucho a la fregada -le dijo al presidente-, porque esa fue mi lucha para que mis hijos tuvieran algo que comer”, -y sobre su persona, comenta- “ya no puedo caminar, pero que me paguen un caballo y me voy… así que me iría (con Marcos) a caballo. Pero en partes, también sé manejar… con mi cochecito (risas)”.
A la pregunta de cómo realizar la lucha, Pascual apunto que debe de ser una “lucha pacífica revolucionaria… hay que hacerla, convencer a la gente, ya no con balas… ya estamos civilizados. Como el me dijo (su padre), si en caso de que hayamos agotado todos los recursos, entonces el más fuerte es el que va a ganar”.
Don Pascual, recuerda a este cronista sobre la explotación y el despojo que aplican el gobierno y muchas empresas al campesino en México, por lo que “Ya está bueno de esto, mucha gente necesita, ya están fregando mucho a Chiapas, Oaxaca, en La Parota, Atenco… por eso estoy en la Otra Campaña, ¿y cómo los engañaron en Atenco? -reflexiona- con un aeropuerto, primero con una carretera, luego con comunicaciones… los fregaron”. La importancia de la lucha, enfatiza este veterano, es porque “yo estoy defendiendo mi tierra, porque esta tierra yo la quiero para cultivar, y es un patrimonio que se queda aquí para mis hijos y para la gente”, afirmó.
Durante la mañana de hoy, los tres comandantes del Comité Clandestino Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que conforman la Comisión Sexta “para el caso Atenco”, arribaron a este pequeño pueblo de lagos y canales del sureste de la capital mexicana.
Por fin, la presencia del grupo rebelde se hizo presente en estas tierras, pues fue justamente la represión policiaca en Atenco los días 3 y 4 de mayo, los acontecimientos que impidieron que el subcomandante Marcos (“delegado zero”) visitara a los pueblos originarios del Anáuac Milpa Alta-Xochimilco y campesinos cuya resistencia es también memorable.
Para don Pascual, lo sucedido en Atenco y los actuales 28 presos políticos, responde a que “el gobierno nos quiere tener apachurrados, pisoteados… la pobre gente que vive ahí, estaba vendiendo sus florecitas que cultivan ahí, les echó la policía para quitarlos de ahí... no, que no la frieguen… todos tenemos derecho a la vida”. Al respecto, narró la anécdota de que después de la Revolución, su padre Pascual Nieto Rodrígez habría defendido a unos vendedores cuyas mercancías,” –su modo de vivir, a decir de don Pascual– habían sido retenidas por policías; el revolucionario se les enfrentó y logró justicia.
A la interrogante de si México está mejor o peor después de la Revolución comentó, que esa era la misma pregunta que la hacía su padre: “¿Cómo ves, te dejamos bien la patria? pero cuídate, porque arriba, tenemos otros que nos quieren echar pa’ abajo, cuídate…”; -y desde su parecer explica- “porque aparentemente estamos bien ahorita, pero si nos siguen pisoteando, no vamos a llegar a ninguna parte… porque entonces sí, los campesinos se vuelven a levantar otra vez en armas”.
Desde la experiencia de este bisabuelo, el mensaje a todos los que luchan es firme: “Qué no vendan sus terrenos, el gobierno nos está engañando…que vamos a tener estar bien, ese trabajo…” y para los presos políticos de Atenco recomendó: “Qué no pierdan esperanzas, esto tarde o temprano se va a resolver con el apoyo de México para nosotros…”.
Poco después de las 11 horas, el escenario listo, a unos cuantos pasos de la estatua-monumento de Emiliano Zapata y a su espalda, la modesta iglesia del pueblo. Es un lugar pequeño, donde la historia se nutre de las mezclas de la herencia prehispánica, colonial y “moderna”. Ante unas 400 personas, entre campesinos, indígenas, estudiantes y vendedores que se congregaron, las comandantas Grabiela (delegada 1) y Miriam (delegada 3) y el comandante Zebedeo (delegado 2) observan a la multitud y al rostro del Zapata de cobre negro. La representación del caudillo, está allá abajo, dirigiendo su mirada hacia la izquierda…
Monumento de Emiliano Zapata en Xochimilco Foto: D.R. 2006 Joel Martínez González |
Criticó la violencia que emplea la clase gobernante de México, pues echa mano de su único recurso que es la violencia, contra todos los mexicanos que defienden “las tierras, su agua, sus rios, sus bosques, su trabajo, es decir su derecho a la vida: asesinando, encarcelando, reprimiendo, destruyendo viviendas y violando mujeres, como a los campesinos de San Salvador Atenco y los mineros de Sicartsa en Michoacán”.
Reprobó, asimismo, el “atraco, robo y despojo” a través del fraude al Fobapora, “cuya gigantesca deuda por el rescate bancario, carretero y azucarero” se tradujo en “un crimen”, la cual margina los recursos que pudieran ser destinados para el campo, “la educación, la salud y la alimentación del pueblo mexicano”.
Sobre la creciente devastación y depredación de la naturaleza de Xochimilco, este colectivo se adjudicó el “derecho a defender esta riqueza natural que se formó durante miles de años y que hoy está en peligro”. Por otra parte, el vocero, explicó que el pueblo de San Gregorio Atapulco, ha “resistido al despojo y es uno de los más afectados por este proceso destructivo”.
Entre los puntos de dicho proceso, destacó que ha habido explotación irracional de los mantos acuíferos, lo cual ha provocado la “desaparición de manantiales que había en la zona chinampera y una diferenciación de niveles (de agua) en el ejido, en la zona chinampera y en algunos lugares de la zona urbana del pueblo”.
En otro orden, denunció el “programa ecológico” que impulsó Manuel Camacho Solis en el gobierno de Carlos Salinas el 25 de septiembre de 1989, que expropiaba 780 hectáreas al ejido de Xochimilco y 258 hectáreas al ejido de San Gregorio Atlapulco, cuyo objetivo -expone el vocero-, era rehabilitar y reconstruir -dichos ejidos- para transformarlo en tierras de mayor productividad y prevenir las inundaciones y hundimientos”. Califican de mentiras los anteriores argumentos gubernamentales, evidenciando el “despojo lento y silencioso que se ha venido consumando con la inundación del ejido (...) con aguas tratadas (contaminadas)”.
En el siguiente punto, denunciaron que la Ley de Turismo del Distrito Federal y la Asamblea Legislativa, “en la cual el PRD (Partido de la Revolución Democrática), era mayoría abre las puertas a la iniciativa privada nacional o trasnacional para invertir en proyectos ecoturísticos, como el que se ha presentado ya en dos ocasiones para el ejido de San Gregorio activada y que nunca han desarrollado los campesinos”.
Por último, convocaron a los hombres y mujeres de México a “hacer una reflexión y análisis sobe este proceso destructivo, (...) para una conciencia colectiva que empuje para que los expulsados y las víctimas siempre tengan voz en un proyecto de nación diferente”, finalizaron.
La Comisión Sexta del EZLN, las comandantas Miriam, Grabiela y el comandante Zebedeo, explicaron las razones de su lucha, sus formas de organización indígena en Chiapas, al tiempo que reiteraron su solidaridad con el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra de Atenco y los presos políticos, y los pasos a seguir en su lucha desde abajo en la Otra Campaña. Una de las invitaciones con mayor intensidad fue la de Zebedeo: “Les pido entonces compañeros a que abran su corazón, sus oídos como también nuestros ojos, ver lo que está aconteciendo a nivel nacional y que no quedemos en camino, caminemos juntos que no cansemos, que no cesemos, que no cedamos, que no vendamos nuestra conciencia, mantengamos con resistencia, con humildad, es cierto para caminar para llegar a un futuro mejor…”, concluyó.
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