English | Español | August 15, 2018 | Issue #42 | ||
Marcha silenciosa por las víctimas, mientras la guerra sucia se aceleraOcho líderes de la Asamblea Popular secuestrados; Cuatro líderes y activistas muertosPor Nancy Davies
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Mujeres triqui en el zócalo de Oaxaca Foto: D.R. 2006 Nancy Davies |
Cuando cayó Jiménez, algunos hombres que venían en la marcha entraron en la casa de donde salieron los disparos, la revisaron y determinaron que pertenecía a un activista del PRI. De acuerdo con un reporte de La Jornada del 11 de agosto, uno de los carros estacionados en la casa traía una placa de la Policía Judicial Federal, además de numerosos documentos y evidencias que ahora están en poder de la APPO. La casa no fue ocupada. Se pensaba que era rentada por la policía.
Los manifestantes de la APPO hicieron explotar los tanques de gas de la casa y la dejaron en llamas. En ese momento ya había reporteros en el lugar. Los bomberos tardaron media hora en llegar.
Afuera, los manifestantes repetían el grito de batalla del movimiento “Ya cayó, ya cayó, Ulises ya cayó”.
El secretario de información y prensa de la Sección 22, Daniel Rosas Romero, culpó a Ulises Ruiz Ortiz (“URO”) por la política de terror estatal, una de las razones por las que la gente exige su destitución. Rosas Romero remarcó que tan solo en las últimas 30 horas, la política de terror ha dejado cuatro muertos (además de cuatro heridos), para un total de 36 asesinatos políticos cometidos en los últimos 19 meses que URO ha estado en el gobierno. La política de la APPO pide calma y autocontrol. Sin embargo, la APPO reconoce ciertos actos violentos cometidos por maestros y adherentes al movimiento, incluyendo: captura de personas acusadas de disparar, entre las que se encuentran tres médicos que se cree pudieron salvar a Jiménez (todos los capturados fueron entregados a las autoridades federales eventualmente), quema de casas sospechosas y posiblemente un par de vehículos. Ramiro Aragón Pérez es acusado de portar armas de uso militar—no permitidas ni por el estado ni por la APPO.
Los maestros han revocado su acuerdo de empezar clases el 14 de agosto, dos semanas antes de lo usual, para recuperar las semanas perdidas en mayo. Los que mandan sus hijos a escuelas privadas no tendrán de que quejarse. Hasta que punto los padres de escuelas públicas se quejan si no abren las escuelas será un indicador importante de la viabilidad del movimiento. Muchos padres están con el movimiento en el largo plazo, especialmente por las cuotas de inscripción que están cobrando para recibir a sus hijos en las escuelas públicas “gratuitas”, y por el costo de libros y uniformes. Los maestros por su parte, aseguran que aquellos que tienen que caminar durante horas para llegar a sus escuelas en las montañas son muy vulnerables de ser asesinados. La APPO ha decidido que los maestros no regresarán hasta que se vaya URO.
En el pasado he oído tachar a los maestros de flojos—después de todo tienen dos meses de vacaciones cada año—, y también de ignorantes. De hecho, el domingo, una mujer llamó a Radio Cacerolas, una de las estaciones de radio del movimiento, para denunciar a los maestros de su pueblo que ¡estaban descansando en sus casas en lugar de tomar su lugar en alguno de los muchos bloqueos de la ciudad de Oaxaca, donde deberían estarpara defender el movimiento!
Las palabras que he escuchado en el movimiento para describir al “ex-gobernador” son abiertamente denigrantes: “comadreja”, “burro”, “asesino”, “loco”, “incapaz de gobernar” y “mentiroso”, entre otras . Para describir a la gente, en cambio, las palabras dignidad y noble son frecuentes, y especialmente importantes para los indígenas para quienes la palabra simboliza su dignidad y, especialmente, la valoración de sí mismos. El movimiento es una verdadera mezcla de maestros, sociedad civil sin fines de lucro, intelectuales, sindicatos de todos los sectores, padres de familias, trabajadores y campesinos que bajan de las montañas para declarar su ¡ya basta! Los ecos de la lucha se escuchan por todas partes, ya sea en videos transmitidos repetidamente en el Canal 9,o en frases como “el movimiento no tiene líderes, todos somos iguales”. Las descripciones de los muertos y los secuestrados incluyen frecuentemente la mención de que son adherentes a la Otra Campaña zapatista.
Los programas de radio y televisión explican el capitalismo, el imperialismo, los granos modificados genéticamente, el saqueo de los recursos naturales, la denigración de la mujer, y el Plan Puebla Panamá. Un maestro dijo: “la modernización y el neoliberalismo no son sinónimos”. Se habla de una nueva constitución.
La gente llama a la radio para denunciar actos de corrupción de las autoridades y de los presidentes municipales que abusan de su autoridad y traicionan su obligación de servir a la gente. Ya perdí la cuenta de cuántos pueblos con movimientos locales son mencionados en la radio, pero deben ser más de cuarenta en todo el estado. Y creo que Santa Maria Atzompa, donde los residentes acusan al presidente municipal de entregar a Ramiro Aragón Perez a la policía, fue uno de los más nombrados esta semana.
El heroísmo del pueblo de Oaxaca queda asentado como una parte mítica de la historia, aún cuando la estamos viviendo. La palabra que se dice con más orgullo es “¡Presente!” Nuevas canciones celebran los eventos y homenajean a los héroes, obras de arte son colgadas (o pintadas) en los muros, flores blancas o puños cerrados puestos en alto. La lucha de Oaxaca contra la represión y la explotación está relacionada con la de todo el país y el resto del mundo. Crear conciencia es una prioridad importante.
Todo esto me sugiere que una ideología firme y previa, como la de los zapatistas, está en la base del movimiento, incluso mientras se crea a sí mismo. Un foro nacional tendrá lugar el 16 y 17 de agosto en Oaxaca para discutir las políticas y la realidades de la situación que se vive en esta región.
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