“Apoyo y solidaridad con Narco News para que siga viviendo, narrando e interpelando”

Una carta del periodista e historiador Adolfo Gilly al editor general Luis A. Gómez

Por Adolfo Gilly

28 de febrero 2006

Querido Luis:

Sin una dosis variable pero indispensable de rabia, ni siquiera serenos comentarios se pueden escribir. La indignación es una parte sustancial de cualquier verdad sobre el estado de las cosas del mundo. Y la rabia es piedad, y la piedad, si indignada, es buena, y mucho tiene que ver con la vida y poco con el cálculo económico.

Todo esto para decirte que esos tres ingredientes: verdad, indignación, piedad, más un estilo de este tiempo, los encuentro en las páginas negras de tu Narco News. A Roberto Arlt, el inventor de la rosa sulfúrica y el juguete rabioso, le habría gustado escribir en tus páginas.

(El juguete rabioso, piantado nieto nunca quieto, dio merecido nombre a un periódico en La Paz y a un tango nuevo de Estol que inigualable canta Dolores Solá: “Loca, no me exilies de tu boca, por la culpa que te toca mencioname una vez más. Típico de mí, que vivo en pena, se me da una mano buena y la tengo que arruinar”).

Luis: por las razones antedichas, por la energía y ganas que hacen falta para seguir en la loca empresa de Narco News, por la culpa que nos toca y por la mano buena que en Bolivia se nos dio, me sumo al llamado, al pedido, al ruego y exhortación de Raquel, Raúl, Carlos, Jean y los demás que piden apoyo y solidaridad con Narco News para que siga viviendo, narrando e interpelando.

Para que no creas que son puras palabras, te mandaré mi aporte con la “Ojos de estrella”, la que sabe que todos los caminos parten de Q’alachaka y allá regresan.

Y quien quiera poner el suyo, en línea, puede hacerlo por aquí:

http://www.authenticjournalism.org/

O puede aportar vía un cheque enviado a:

The Fund for Authentic Journalism
P.O. Box 241
Natick, MA 01760 USA

Que siga pues Narco News, y como dice ahí frente al café Alexander don Eduardo Abaroa, con su espléndida calma de civil fusil en mano:

“¿Rendirnos nosotros? ¡Que se rinda su abuela, carajo!”.

– Adolfo Gilly

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