Un Rocinante de dos ruedas
Marcos y los comandantes y comandantas en San Cristóbal de las Casas
Por Giovanni Proiettis
Desde Chiapas
4 de enero 2006
SAN CHRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS (MEXICO).- Renovando el mito del Quijote, pero también el del Che, el subcomandante Marcos, nombrado ahora Delegado Zero, ha hecho su aparición en San Cristóbal de Las Casas en la tarde del 1º de enero montado en una llamativa motocicleta negra.
En la noche, él y los otros comandantes zapatistas que lo acompañaban han sido objeto de una cálida recepción en una Plaza Catedral, que no pudo dar cabida a todos los asistentes. Es difícil dar una cifra exacta, pero estaban miles de coletos, miles de bases zapatistas de las comunidades de los Altos, miles de vacacionistas mexicanos y extranjeros.
Precedida por una fiesta de fin de año en el Caracol de La Garrucha, la salida de la Otra Campaña, que está atrayendo adhesiones y críticas a un ritmo sostenido, ha comenzado con el pie derecho. En la tarde un chubasco fuera de temporada ha dejado un arcoiris sobre el valle de Jovel de evidente buen auspicio. ¿Acaso no es un arcoiris de fuerzas diferentes el que se proponen tejer los zapatistas en los próximos seis meses?
El gobierno de Vicente Fox y los tres principales partidos, así como la jerarquía católica, han dado su beneplácito, no se sabe cuán sincero, a esta nueva peripecia zapatista que, quiérase o no, acabará por interferir en la campaña electoral de 2006. Seguramente los dos principales partidos –el PAN, expresión de la derecha católica, actualmente en el poder, y el PRI, el dinosaurio ultrasetentón sacado de la presidencia por Fox y ansioso de regresar- creen que la gira del subcomandante llevará agua a sus molinos, considerando la aversión declarada del sup en contra del candidato del PRD. “Mano izquierda de la derecha” es una de las definiciones con que Marcos ha estigmatizado al ex jefe del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, favorecido en todas las encuestas electorales.
Esta posición de los zapatistas, aunque sea comprensible si se piensa en la traición perpetrada por el PRD en ocasión de la ley indígena de 2001, ha creado cierto malestar en el ámbito de la izquierda, que se siente dividida por posiciones tan radicales. En realidad, muchos ciudadanos no ven contradicción entre apoyar a los zapatistas y la causa indígena, y votar el próximo julio por López Obrador, al menos para frenar las devastadoras políticas neoliberales del PRI y del PAN.
En el acto que ha llenado el centro de San Cristóbal la noche del 1º de enero, doce años después de que el EZLN tomara la ciudad sin encontrar resistencia, se ha hecho visible el gran apoyo, así como el interés y la curiosidad, que suscitan los zapatistas. Un apoyo comprensible, si se consideran sus objetivos: tejer una red con todas las luchas anticapitalistas y antineoliberales que existen en México, crear una nueva constitución y, sobre todo, inventar un nuevo modo de hacer política que incluya la ética, hoy completamente olvidada por los gobernantes.
El llamado de la Otra Campaña está dirigido a las fuerzas políticas y sociales que no buscan el poder por la vía electoral y quieren más bien “organizar a la sociedad desde abajo”. En los discursos de los comandantes, reivindicaciones añejas y nuevos tópicos se mezclaban y cobraban fuerza.
El comandante Tacho ha denunciado la situación de desesperada agonía que vive el campo. “El Tratado de Libre Comercio es el plan de destrucción del campo mexicano y permite la entrada de productos y semillas transgénicas a nuestros suelos. Y para que esto sea legal, modifican el artículo 27 constitucional, y para que nuestras tierras sean acaparadas legalmente y convertirnos nuevamente en los sirvientes de grandes terratenientes, impulsan el programa de privatización de las tierras a través del Programa Procede”.
A pesar de su pequeña estatura, la comandanta Kely se ha demostrado bien combativa.
“Así les mostramos a los hombres machitos que sí podemos y también tenemos la obligación de luchar y participar en nuestros derechos, porque ahora, como mujer que somos, no sólo somos de la cama o de la casa, nada más. No sólo obedecemos y hacemos lo que digan los hombres, también podemos poner pantalones”. Y ha concluido: “Compañeras y compañeros, aquí les dejamos al Delegado Zero. Se lo encargamos; les decimos que lo cuiden mucho, mucho”.
Después de recordar el papel decisivo que han tenido las mujeres en la organización del Ejército Zapatista y en el levantamiento de 1994, la comandanta Hortensia ha dirigido un llamado muy claro a “la otra mitad del cielo”.
“Queremos decirles a todas las mujeres del campo y de la ciudad que es hora de hacer algo para cambiar esta triste realidad que vivimos en nuestra sociedad. No podemos seguir permitiendo que los malos gobernantes sigan imponiendo su sistema social injusto, discriminatorio y racista contra las mujeres. Por eso, las invitamos para aprovechar la posibilidad que ofrece la Otra Campaña, que es un lugar para que todas puedan participar, para unirse, organizarse, y decir nuestra palabra sobre cómo queremos construir una sociedad nueva”.
El comandante David recordó que “hace 12 años aparecimos aquí armados, pero también con nuestras herramientas de trabajo y con nuestras razones. Hoy damos inicio formal a la nueva etapa. Ha llegado el momento de esta nueva etapa de la lucha política del EZLN. El Delegado Zero va a abrir paso y abrir puertas. A pesar de que esta iniciativa está llena de peligros y amenazas, los zapatistas tomaron esa decisión y tenemos que cumplir nuestra palabra”.
El comandante Zebedeo evocó también el levantamiento zapatista de 1994, dirigiéndose a los que entonces eran niños para recordarles que las demandas de entonces siguen en pie.
La última intervención le tocó al subcomandante Marcos quien dijo no temer morir en la lucha. “La buena palabra ha sido sembrada en buena tierra. Esta buena tierra es el corazón de ustedes, que es el corazón en donde florece la dignidad zapatista.” Sin atacar en esta ocasión a los partidos políticos ni a López Obrador, el subcomandante Marcos ha denunciado el “Pacto de Chapultepec”, un programa de gobierno lanzado por los mayores industriales de México.
“Hoy podemos decir que el 1º de enero del 2006 las fuerzas conjuntas de la Otra Campaña han tomado y hecho suya la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, símbolo de la soberbia y del orgullo del poder.”
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