Conjura de golpe de Estado descubierta sacude a Bolivia
Oficiales militares de Chile y EU frustrados en marzo 25, pero siguen trabajando en tres planes golpistas alternativos
Por Luis Gómez
Especial para The Narco News Bulletin
18 de abril 2004
La Paz, 16 de abril. No era un secreto, pero nadie hizo caso: hay varios grupos complotando para desestabilizar al gobierno de Carlos Mesa, que contemplan la posibilidad de dar un golpe de Estado y concretar, contra la voluntad popular expresada en la insurrección de octubre, la venta del gas boliviano a Chile.
Por supuesto, en esto tienen mucho que ver los personeros del gobierno estadounidense (empezando por el virrey David N. Greenlee, sus amigos de la CIA y hasta los funcionarios de la agencia de cooperación oficial gringa, USAID)... tuvo que aparecer un informe de contrainteligencia, realizado por fuentes confidenciales chilenas y bolivianas, que los denunciaba, mostrado por Evo Morales el lunes 12 de abril, para que comenzaran a moverse las aguas… sí, queridos lectores, los movimientos sociales también realizan laboras de contrainteligencia… pero vamos por partes.
Luego de octubre de 2003, el Presidente Mesa se comprometió con la movilización popular a consultar con el pueblo de Bolivia, vía un referéndum, el tema de la posible exportación del gas boliviano a Chile y a otros mercados (fundamentalmente el mexicano y el estadounidense). Lógicamente, los sectores perjudicados por esta determinación surgida de la insurrección se han estado moviendo para que su proyecto de negociado no se pierda. Entre ellos podemos contar a las transnacionales de los hidrocarburos Enron, Repsol y BG (anteriormente British Gas), que controlan la explotación y trasnporte de gas y petróleo en Bolivia, Argentina, Chile y Uruguay, entre otros países. De igual manera, como se asienta en el informe de contrainteligencia mencionado, miembros de las Fuerzas Armadas de Bolivia, en combinación con políticos ligados al ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, han estado complotando para presionar al gobierno.
En medio de esta presión de la derecha (y los capitales transnacionales), se encuentran diversos actores estadounidenses que durante las últimas semanas han ido creando presión pública al gobierno de Mesa y a los sectores sociales, así como metiendo la nariz en más de un asunto boliviano. Un buen ejemplo, para comenzar, sería el último conflicto en Yungas, donde los cocaleros bloquearon los caminos y detuvieron la construcción de un cuartel antidrogas en La Rinconada, pagado con recursos de la administración Bush. Como reportó el Jefe Sudamericano de Narco News Alex Contreras, en el momento en que ocurría, la toma del cuartel tuvo lugar el pasado lunes 5 de abril y terminó con un acuerdo entre los campesinos y el ministro de Gobierno Alfonso Ferrufino. Las bases del acuerdo son iniciar un diálogo de fondo entre productores de coca y gobierno, el congelamiento de las acciones de erradicación forzosa en Yungas y suspender las obras del cuartel en La Rinconada.
La presión del virrey Greenlee se dejó sentir ese día, cuando visitó las oficinas del Ministerio de Relaciones Exteriores para ratificar que el tema de la droga “es delicado”, pero se negó a comentar abiertamente su postura, desviando el tema al convenio que provee de inmunidad a las acciones de los militares estadounidenses en territorio boliviano, firmado por el gobierno de Sánchez de Lozada, que no ha sido ratificado por el Congreso Nacional… “Ojalá un día de éstos haya ratificación, porque queremos colaborar con Bolivia”, dijo Greenlee. ¿Tiene esto alguna relación con nuestro tema fundamental? Según el informe de contrainteligencia, parece que sí...
“Personal de inteligencia de la Embajada Americana (CIA) estaría trabajando con otras agencias de inteligencia (Chile-Israel) para desestabilizar el gobierno del Presidente Mesa. Objetivos: impedir el Referéndum, la Asamblea Constituyente, la sanción de una nueva Ley de Hidrocarburos y lograr la salida del gas por Chile”, dice el informe. Para conseguir estos obejtivos, los agentes de la CIA estarían trabajando en “varias hipótesis y escenarios de acción”. En realidad, se trata de tres planes concretos que, en cualquier caso, no atentan solamente contra el gobierno de Carlos Mesa y la soberanía boliviana… tiran a matar contra la voluntad popular.
Golpe, elecciones o cerramos el Congreso
De acuerdo lo recogido por el informe, los preparativos para llevar un golpe de Estado tendrían como objetivo de fondo “provocar la reacción de las fuerzas sociales y crear caos y enfrentamiento interno”, justificando con ello el ingreso de tropas chilenas, apoyadas por marines, para “pacificar” el país y de paso descabezar a los movimientos y fabricar un gobierno acorde con los intereses en juego: en una operación de corte similar al golpe contra Jean Bertrand Arisitide en Haití. La operación golpista estaría encabezada por “por militares y apoyado por unidades militares, altos jefes policiales y la embajada americana”.
Pero, siempre según ese documento, la posibilidad se ha diluido ante las reacciones patriotas de algunos militares y su fecha de ejecución, el 25 de marzo pasado, se ha postergado. En la lista de los mandos militares y policiales involucrados, algunos en retiro, se encuentran los generales del ejército Miguel Vidaurre, Luis Vargas y Orlando Paniagua, así como una decena de coroneles de policía, todos ligados a Carlos Sánchez Berzaín, ex ministro de Defensa de Sánchez de Lozada y encargado de las operaciones de masacre contra los campesinos aymaras y ciudadanos alteños en octubre del año pasado.
De todos modos, se han desplazado ya algunos militares chilenos a Bolivia para seguir con el plan, realizando acciones de sabotaje en zonas fronterizas. Todo acompañado de un inusual movimiento de tropas y armamento chilenos a todo lo largo de la frontera con este país, en particular a la localidad de Colchane, en el norte de Chile, a donde han llegado decenas de tropas de élite (500 efectivos), tanques, combustible y pertrechos. Pobladores de las pequeñas comunidades al sur de Bolivia (en la zona de Uyuni, donde está el desierto de sal más grande del mundo) han denunciado también incursiones de militares chilenos que, según afirman, “ingresan a las poblaciones y pasean como en su territorio.
Según detalla el informe de contrainteligencia:
Movimientos de tropas chilenas: Del 24 al 30 de octubre 2003. Mas de 500 vehiculos militares (convoy militar) subieron de guarniciones del norte de Santiago hasta su gran cuartel en Iquique (Huara) a 100 Km aproximadamente de Pisiga (Segun G2) este movimiento de tropas y vehiculos se debia a operaciones conjuntas que estaba haciendo el ejercito chileno.
Del 1 al 10 de noviembre 2003: Mas de 100 vehiculos blindados y carros de asalto subieron de Huara hasta Colchane (popblación a 7 Km de Pisiga) con cerca de 3.000 hombres. A partir de esa fecha la cantidad de tropas y vehiculos de diferentes tipos incluyendo vehiculos artillados, fueron subiendo hasta la guarnicion de Colchane. La ultima estimación a fines de febrero 2004, era de 20.000 hombres distribuidos en campamento, peinando la frontera, al sur y norte de Colchane.
Movimiento en marzo 2004: La primera semana suben a Colchane cerca de 100 camiones (entre caimanes y otros) con vituallas y equipamiento.
Entre el 12 y 14 de Marzo suben desde el norte de Santiago hasta Huara, cerca de 400 vehiculos blinadados semi orugas, tipo alacran, con motores reacondicionados para operar a mas de 3.500 metros.
El 22 y 23 de marzo llegan al aeropuerto de los condores en iquique aviones hercules y aviones de combate. Igualmente llegan cerca de 3.000 hombres-tropas de elite (uniformes distinos a los soldados y boinas), de los cuales aproximadamente 500 suben hasta Colchane. Aproximadamente se estima a la fecha que existen 31.000 soldados del ejercito chileno.
Lunes 29 de marzo: Suben desde Huara hasta Colchane dos columnas de vehiculos, 25 cisternas de 6 y 10 llantas. 38 camiones cargados (pueden ser vituallas o equipos).
Por si eso fallara, el Plan B de las agencias de inteligencia chilena, gringa e israelí contempla presionar al gobierno de Mesa para llamar a elecciones anticipadas. El ex presidente Jorge “Tuto” Quiroga se encuentra al parecer metido en esto, dando instrucciones a sus colaboradore en Bolivia para trabajar en este sentido y conseguir elecciones “en mayo o junio de 2005”. ¿Obejtivo? “Impedir la Asamblea constituyente, la modificación de la ley de hidrocaraburos y exportación del gas por Chile”. Y tiene sentido, ya que fue Quiroga, en una visita a Estados Unidos en diciembre de 2002 quien firmó con George W. Bush los primeros protocolos para la venta del gas boliviano…
Si todo lo anterior quedara sin posibilidades, el Plan C contempla entonces conseguir el cierre del Congreso Nacional y su disolución, o por lo menos que el senador Leopoldo Fernández, militante del partido fundado por el ex dictador Hugo Banzer y el expresidente Quiroga, quede en agosto próximo como presidente del Senado, cuando haya cambio de directivas en el Poder Legislativo, y dejar listas las cosas para el golpe… de acuerdo a la Constitución, si no hay presidente ni vicepresidente en funciones, es decir, si logran sacar a Carlos Mesa del poder, tendría que ejercer el cargo de Presidente de la República el presidente del Senado…
De todos modos, el documento de contrainteligencia no es la única fuente. El pasado 26 de marzo el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, el general Luis Aranda Granados, dijo en una entrevista con un canal de televisión local que “generales, coroneles y militares de mediano rango en servicio pasivo de las Fuerzas Armadas buscan desestabilizar al gobierno del presidente Carlos Mesa, en coordinación con algunos partidos políticos y movimientos sindicales”. De hecho, Y bueno, unas horas después de las denuncias de Evo, el jefe de los diputados del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), Marco Antonio Oviedo, dijo que el ministro de Defensa Gustavo Arredondo tendría que informar sobre el complot golpista: “Queremos que el Ministro de Defensa explique las declaraciones del Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, quien dijo que hay militares y policías retirados, que en el sector pasivo, estarían preparando un golpe de Estado”.
Metiendo la nariz… y mucho dinero
Paralelamente a las opciones militares, los estadounidenses se están embarcando en todos y cada uno de los temas que definirían el futuro de este país, no solamente en la venta de gas o el cambio de gobierno. La agencia de cooperación del gobierno estadounidense USAID ha echado a andar recientemente un proyecto de “desarrollo social y democrático” en la ciudad de El Alto, epicentro de la insurrección de octubre pasado. Los gringos se están gastando 300 millones de dólares en esto y, de acuerdo a una fuente confidencial en El Alto, “se trata básicamente de comprar a la gente, de cambiar su discurso por uno menos radical y más favorable a las políticas estadounidenses, como la venta del gas”...
De la misma manera, en medio de los seminarios regionales que organiza la Corte Nacional Electoral de Bolivia para tratar el tema de la Asamblea Constituyente, hace unos días llegó a Narco News una denuncia sobre el papel de algunas organizaciones “promovidas por el gobierno de Estados Unidos” que intentarían influir en el carácter de la futura asamblea. La denuncia fue hecha por el dirigente social y obrero Oscar Olivera, la dirigente cocalera del Chapare Leonilda Zurita y el defensor de los derechos humanos Luis Sánchez. En el texto, que fue repartido a los medios de comunicación y participantes de un seminario en la ciudad de Cochabamba, los denunciantes mencionan la intromisión del National Democratic Institute for International Affaires (NDI), y el Internacional Republican Institute (IRI).
Tanto el NDI como el IRI, como se asienta en la denuncia, han trabajado activamente en las acciones de desestabilización golpista contra el gobierno de Hugo Chávez en Venezuela. Por ejemplo, “el 12 de abril del 2002 en un facsímil enviado a los medios de comunicación… el presidente del IRI George A. Folson se regocijaba por la remoción de Chávez del poder”. Visto lo anterior, Olivera, Zurita y Sánchez afirmaron que “No cabe la menor duda que el IRI viene realizando, en Bolivia, actividades similares a las de Venezuela en temas como los hidrocarburos y la Asamblea Constituyente, financiando a los grupos que se presentan como incondicionales de las petroleras, a los enemigos de la Asamblea Constituyente, fomentando los discursos separatistas que solo benefician a los enemigos de Bolivia”.
Como podrán ver, queridos lectores, en Bolivia octubre de 2003 no terminó todavía. O como denuncian los líderes sociales bolvianos, “grupos extranjeros ligados a la banca y las compañías petroleras están armando toda una estrategia de diseñar un nuevo escenario de dominación al pueblo boliviano”... y entre las ironías del destino, es importante recordar (y recordarle) al actual presidente de Chile, el “socialista” Ricardo Lagos, que en ese país el gobierno del socialista Salvador Allende fue derrotado como proyecto político de esa misma manera por Augusto Pinochet… imposible saber ahora si Lagos recuerda las matanzas ordenadas por el dictador y el exilio de muchos chilenos, como él mismo… o tal vez ha asumido como suyas las prácticas brutales de sus enemigos de antes. Habrá que estar muy pendientes, porque este nuevo ataque contra la democracia y los movimientos sociales en América Latina está apenas en sus inicios y, desgraciadamente, tendremos mucho que reportar al respecto…
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