Las dos Bolivias se enfrentan…

Por Alex Contreras Baspineiro
Boliviano del Periodismo Auténtico

13 de febrero 2003

“Esta es una lucha del pueblo boliviano pobre y desposeído, de los hombres, mujeres, ancianos y niños que siempre hemos sido ignorados por la denominada clase política manejada por el imperio norteamericano, las transnacionales y los políticos corruptos del país”, afirma el líder cocalero y diputado Evo Morales Ayma a propósito de la convulsión social por la que atraviesa Bolivia.

En las últimas 48 horas en el país —ubicado en el epicentro del continente americano— fueron asesinadas más de 25 personas, entre policías y militares que se enfrentaron a bala denotando una aguda lucha de clases que se arrastra desde hace años y también las víctimas fueron pobladores que salieron a las calles para reclamar sus justas demandas. Existen más de 80 heridos por armas de fuego.

En sólo seis meses de gestión, el presidente Gonzalo Sanchez de Lozada, es el responsable de 37 muertes de bolivianos, cifra que es mayor incluso a un período similar durante un dictadura militar.

El pasado domingo, el gobierno conformado por una coalición de partidos neoliberales, obedeciendo órdenes del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM) promulgó una ley tratando de imponer impuestos sobre los salarios de todos los trabajadores, medida económica destinada a cubrir el déficit fiscal convirtiendo más pobres a los pobres y más ricos a los que tienen más.

El pueblo no pudo soportar mayores sacrificios y por eso convirtió las calles y los caminos en trincheras de resistencia.

A la par de las víctimas, los manifestantes asaltaron la Vicepresidencia de la República, quemaron las sedes políticas de los partidos tradicionales, saquearon tiendas, mercados e industrias, y paralizaron las actividades de todo un país.

En conversación telefónica con los Periodistas Auténticos, reunidos en Mérida (México), el líder cocalero explicó que el presente conflicto es fruto del enfrentamiento entre las dos Bolivias.

Una Bolivia conformada por aymaras, quechuas, guaraníes y otras naciones originarias a las que se suman los trabajadores y desocupados más las clases pobres y la otra Bolivia de la clase política, sustentada por empresarios y transnacionales ligados a los negociados, el saqueo y la corrupción.

“Nosotros defendemos la cultura de la paz y la igualdad, y ellos la cultura de la muerte y la destrucción de nuestros valores”, dijo.

Bloqueo de caminos

Agobiado por la convulsión social, el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada derogó el denominado “impuestazo”, sin embargo la población ahora le exige mayor justicia: su renuncia, así como la del vicepresidente Carlos Mesa.

Los pobres de Bolivia, a través de sus principales organizaciones sindicales, políticas y sociales, están dispuestos a los cambios profundos, a luchar por la convocatoria a una Asamblea Popular Constituyente. Para tratar de alcanzar ese objetivo, los bloqueos de calles, caminos y carreteras se iniciaron.

El máximo dirigente de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), Felipe Quispe Huanca, luego de una exposición magistral en el Teatro Felipe Carrillo Puerto de esta ciudad, tuvo que abandonar la cálida tierra mexicana para sumarse al liderato de los conflictos sociales.

“A este gobierno asesino y sirviente de los gringos hay que sacarle. En memoria de la sagrada hoja de coca y de nuestra Pachamama [madre tierra], vamos a ser cambios profundos en el país para que beneficien a las naciones originarias”, dijo el conocido Mallku.

El Estado Mayor del Pueblo

El dirigente fabril Oscar Olivera Foronda sostuvo que los pobres del país coordinan acciones en el Estado Mayor del Pueblo. Esta instancia, que tiene una dirección horizontal, aglutina a organizaciones sociales, sindicales y políticas a nivel nacional, departamental y regional para sumar fuerzas frente al modelo neoliberal.

Entre el 13 al 27 de enero de 2003, el Estado Mayor del Pueblo fue el conductor de una movilización nacional que derivó en un virtual Estado de Sitio con la muerte de 22 personas: 11 jubilados, seis cocaleros, dos campesinos, una mujer, un militar y un policía.

Sin embargo lograron desde esa oportunidad rescatar la voz de los desposeídos y arrebatarla a la clase política con la conformación de siete mesas de negociación entre sectores del pueblo y el gobierno.

“Este es un proceso en construcción. Estamos sumando nuestras fuerzas e incluso nuestros errores para construir una nueva patria. Ha llegado la hora de cambiar la estructura del país para aplastar definitivamente a nuestros verdugos”, enfatizó Olivera.

Hoy, los enfrentamientos que se iniciaron en la sede de gobierno avanzan a otras regiones del territorio nacional, reflejando que la lucha por un futuro mejor en Bolivia avanza, pasito a paso, pero adelante…

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