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22 de julio, 2002

Parte III de...

Bolivia: El Poder del Pueblo

Narco News '02

Yungas: Paraíso

Recobrado

La Entrevista con

Dionicio Núñez

por Luis Gómez

Oficina Andina de Narco News

Esta parte de nuestra historia está dedicada al joven colega holandés Erik van Oudheusden, quien como estudiante de periodismo ya da sus primeros pasos en la lucha por el periodismo auténtico y se ha convertido en un valioso colaborador voluntario del proyecto Narco News... cien, mil, muchos Eriks para alcanzar la victoria contra los medios comerciales...

"Evo, si te dedicas tres días a visitar El Alto y La Paz ganamos en este departamento", le dijo al candidato uno de los varios intelectuales comprometidos con la campaña a principios de junio. "Si vas a Yungas a reforzar el trabajo de los hermanos cocaleros de allá... arrasamos", le dijo también uno de sus más cercanos colaboradores... y así era. El pueblo más pobre, el más insurrecto, lo esperaba en varias decenas de comunidades y pueblos, entre los cocales, a toda hora, para saludarlo y decirle tan solo que el Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos, el MAS, era suyo, que estaban listos para triunfar.

Al principio, y pese a que todo estaba preparado para la gira, Evo Morales no estaba seguro de que pasar tres días de gira en Yungas fuera de veras importante... pero aceptó, y la madrugada del viernes 7 de junio partió en caravana hacia las provincias del oeste del departamento de La Paz. Iban con él Antonio Peredo, candidato a Vicepresidente, los candidatos a senadores Esteban Silvestre y Ángel Zavalla, algunos miembros de la dirección regional y Dionicio Núñez, su amigo, máximo dirigente de los campesinos (y cocaleros de Yungas) y a su vez candidato a diputado por esa zona.

Si alguno de ustedes ha imaginado el paraíso en la tierra, seguramente estuvo en Yungas, una región subtropical escondida en medio de la cordillera andina. Para llegar ahí, lo dicen algunas guías turísticas, hay que tomar el camino más peligroso del mundo, bordeando los cerros en una bajada estrecha, llena de hoyos. Y luego de dos horas de viaje desde La Paz, comienzan a aparecer en el paisaje, adheridos a las laderas, los primeros verdes y los calores del clima. En cada curva respira desde abajo un desfiladero cubierto de plátanos y cocales, las pequeñas caídas de agua de deshielo cantan sin prisas hacia esos fondos. Repentinamente, en el lado del camino que no parece ser más que el enorme vacío entre los montes, aparece una pequeña comunidad, literalmente aferrada a la piedra, en donde una veintena de campesinos grita y saluda con sus banderas azules, negras y blancas (la bandera del MAS): Unduavi, comunidad fronteriza entre las regiones fría y cálida.

Sobre el camino, un arco hecho de tejidos, adornado con hojas de coca, frutos de café, naranjas y flores recibe a los visitantes. "Estamos de fiesta", dicen, "ha llegado Evo, y queremos saludarlo". Vuelven a romper contra el cielo los cohetes, salta el confeti hacia las cabezas y los collares de coca dignifican a los candidatos. Y esto, amables lectores, ocurrirá 41 veces en tres días, por caminos de tierra, de día o a medianoche (o más tarde). Los pobres de los Yungas aparecerán reunidos para celebrar, porque tener 12 por ciento en las encuestas ya es un triunfo a principios de junio. Pero además porque en Yungas, desde hace algunos años, se pelea con mucho coraje y éxito contra la represión y la erradicación de hoja de coca, y ahora venían a reconocerlos.

A principios de la tarde de ese viernes 7 de junio, la caravana llega a Coroico, uno de los pueblos más lindos del mundo, semicolonial y dominando un valle lleno de huertas. A la entrada, un grupo de tambores y bailarines espera a los candidatos. Cuando ven acercarse a Evo Morales, los artistas, negros descendientes de esclavos, comienzan a interpretar su más conocido ritmo, la saya. Pero esta saya viene con letra nueva: "Oiga don Evo, sinceramente/ tiene que ser Presidente". Y da inicio la danza: sonrientes mulatas llevan a Evo y a los demás hasta la plaza del pueblo, en medio de flores y sonrisas. En el atrio de la iglesia, bajo un sol que arde, comienzan los discursos... pero no podemos detenernos mucho en esto, todavía, porque hay que seguir viajando y muchas veces las distancias entre una comunidad y otra son cortas en apariencia, pero la caravana puede tardar varias horas en recorrerlas.

Así que damos una vuelta por la cordillera y ahí están, al fondo, varios valles angostos y profundos, como si los dedos de algún buen dios se hubieran posado en ellos para regar sus dones. Allá, detrás del vuelo del halcón, se miran los destinos de los próximos dos días. Mientras, vayamos a Coripata, en donde la multitud se aprieta frente a la sede del sindicato local, desde el segundo piso, Evo repite que por favor, "que no piensen que esta campaña es de Evo Morales o de cualquier otro... esta es la campaña por la soberanía y la dignidad de los pobres de Bolivia. Conmigo han llegado varios de nuestros candidatos, conózcanlos... y no crean que nos vamos a olvidar de ustedes, porque si logramos la victoria, será la victoria de todo el pueblo boliviano".

A estas horas, la tarde comienza a caer sobre los Yungas. Pero la caravana no se detiene, porque antes de que empiece la noche nos esperan en un pueblo para apadrinar a un grupo de jóvenes que egresan de su colegio. Y más tarde, en un rincón perdido, en el pueblo de Santiago, esperan los compañeros... son cuatro horas más de ruta y hay que cruzar un río sin puente. Cerca de la medianoche, llegamos a Santiago, una villa de unas veinte casas. En la única calle, frente a la sede del municipio, esperan cerca de 500 personas, iluminando todo con un pequeño generador de gasolina. Luego de una breve ceremonia de bienvenida, más discursos y se da posesión a la directiva del Movimiento Al Socialismo en el pueblo.

"¿Nos vamos a quedar acá?", pregunta discretamente Evo. No, le contestan, a media hora de aquí nos esperan en otra comunidad desde las 7 de la mañana... tenemos que ir. Y vamos, porque no podemos hacer esperar más a la gente, que sigue ahí luego de catorce horas para conocer a sus candidatos, para presentar a sus nuevas autoridades y, disculpen la pobreza, compañeros, para invitarles un poco de jugo... ese vertiginoso día terminó a las 3 y media de la madrugada. Y a dormir en los autos, porque no hay camas para nadie. "Listos, compañeros, que nos vamos a las 5", avisa Evo antes de descansar.

Día dos:

más baile en el paraíso

De noche, por los caminos de Yungas, todo huele a vida y a fescura. Los naranjales dejan caer su dulzura sobre los hombres, los cocales se adivinan en cada loma y las estrellas parecen tan jóvenes como cuando fueron puestas ahí para nuestro deleite. El segundo día comienza a tres horas de Santiago, apenas salidos el sol de la cama, en La Asunta, comunidad de Dionicio Núñez: un desayuno en su casa y un alegre recibimiento en la plaza, otra vez, para saludar a campesinos venidos de todas partes.

Luego, a partir de las 11 de la mañana, un viaje de cuatro horas hasta Chulumani, quizá el pueblo más grande de Yungas, el más lleno de turismo, donde los partidos tradicionales tienen algunos simpatizantes. Y aunque hay dos paradas más en el camino, Los Remedios y un pequeño caserío que espera en la carretera para saludar, llegamos no muy tarde al destino, cerca de las cinco de la tarde. Del mercado, de las casas, de los pueblos vecinos, han venido sólo a mirar y a sonreír, porque por estos lados nunca ha aparecido candidato alguno. "Vengo a decirles que el Movimiento Al Socialismo no es un partido tradicional, es la gran convergencia de muchos movimientos sociales que buscan una sola cosa: refundar el país, crear un gobierno para todos los bolivianos", abre Evo Morales su discurso con las últimas luces del día, "Esta es una pelea, lo hemos dicho muchas veces, entre la plata y la conciencia; por ello vengo hasta ustedes a proponerles que el 30 de junio votemos todos por nosotros mismos, y saquemos definitivamente a esos corruptos del poder... derrotemos al modelo neoliberal".

Aquí tampoco nos detendremos mucho tiempo. Aunque algunos militantes del MNR, antes de salir despavoridos frente a la multitud, pinchan dos de las llantas de la camioneta donde viaja Evo. Pero bueno, luego del infantil atentado, otras tres horas más de camino a Chicaloma, pueblo mayoritariamente habitado por afro bolivianos, que vuelven a armar la danza y los cantos para quien, lo dicen sonrientes, habrá de ser el nuevo Presidente de Bolivia. Ah, hermoso pueblo y sana alegría. El grupo musical de Chicaloma, que no para de alegrar la noche, es la mejor muestra de que entre pobres no hay diferencias: se llama Saya Afro Andina, y es que varios de sus integrantes son ayamaras y los instrumentos de ambas culturas se han conjuntado en feliz matrimonio.

Igual sigue la marcha. Esta noche la caravana cierra en uno de los pueblos más hermosos y mejor organizados de Yungas, Irupana, tierra de coca y de donde cultiva uno de los mejores cafés del mundo, el arábiga boliviana. Todo bajo los atentos y activos ojos del sindicato. Nuevamente en un atrio ocurre la concentración. Esta vez son cerca de dos mil peresonas gritando, aplaudiendo. No importa que ya sean las once de la noche, a la música tradicional se suman los compas de Chicaloma, que han venido en la caravana.

Evo dice: "Hace algunos años vine como invitado a Irupana, ustedes se acordarán, para asistir a la fundación de su confederación. Recuerdo que entre los compañeros de Yungas había diferentes tendencias, y me da gusto que al final se haya impuesto la que nos hace más hermanos. Desde hace años han querido dividirnos a los de Yungas y a los del Chapare. Y ustedes saben que eso es falso: no podemos dividirnos porque nuestras luchas siempre han sido las mismas y el enemigo también. Esta noche quiero darles las gracias, porque ahora estoy más seguro que nunca que vamos a ganar... nosotros no tenemos encuestas, no podemos medir nuestro apoyo de esa manera, pero así, en contacto directo con tanta gente, no me resta sino creer que somos primeros, y vamos a ser gobierno".

Y otra vez a descansar unas horas. "Es la una de la mañana, nos vamos a las seis. Así que compañeros, váyanse a dormir si quieren alcanzar a lavarse aunque sea la cara antes de salir", sonríe el candidato principal del MAS antes de meterse a uno de los cuartos del hospedaje que la Federación de Campesinos de Irupana tiene para recibir a los visitantes.

Tres, tres días en el camino

La parte sur de los Yungas es todavía más difícil de recorrer, las comunidades están más separadas entre sí que las otras. Luego de desayunar en Miguillas a las siete -pan, huevo y café-, salimos pensando en estar en Circuata antes de las 11. Pero en varias comunidades ya estaban puestos los arcos de tejidos tradicionales, las flores y los muñecos para adornarlos. Por cierto, en un paréntesis: estos muñecos, la representación tradicional, han variado mucho últimamente, nos dijeron; ahora es posible encontrar Barbies y otras muñecas de plástico (duran más que los de yeso), ositos de peluche y hasta un Batman inflable esperaba serio, de cara al camino, la llegada de Evo Morales.

En estos pueblitos, en donde la coca es el principal cultivo, la gente saluda, espera palabras de aliento. Un viejo en su bicileta se acerca a los miembros del MAS: "¿Carné?". Y lo que está pidiendo, se enteran todos, es un carnet del Instrumento Político, quiere inscribirse al partido... y ha viajado desde su huerta sólo para ver si lo consigue... sí. Por lo que a Circuata llegan los candidatos a las 12 y no, compañeros, será muy breve. No podemos quedarnos a almorzar con ustedes porque ya la gente espera en Cajuata, a dos horas de aquí.

Ya en Cajauata, dos mil personas más esperan. Con el sol en lo alto, comienza otra vez la cadena de discursos. Esta vez, Evo Morales les dice que se preparen, que este triunfo habrá que defenderlo a cualquier precio: "Vayan pensando, compañeros, porque ya deben ir organizando los comités de defensa del voto. No vamos a permitir que nos arranquen el triunfo". Esta vez, sí nos quedamos a almorzar... "Huy, caldo de cordero, el plato favorito del Evo", dice uno de los miembros de la dirección del MAS que viene en la caravana.

Salimos hacia las tres de la tarde camino de Inquisivi, un pueblo minero en la frontera sur del departamento de La Paz con el de Oruro. Apenas han pasado veinte minutos cuando, al salir de una curva, cada auto de la caravana es detenido por un par de viejos. "¿Cómo están? Sírvanse, un poquito de jugo de naranja para el camino... ¿cómo fue la concentración en Cajuata? Ah, qué bueno... cuídenlo mucho al Evo, por favor... no pudimos ir, pero estamos aquí, con ustedes... siempre... sigan adelante". Y así parece, en las manos arrugadas de ella, que sostiene un vasito de plástico viejo, se observa el trabajo y la dura lucha de muchos años. O en la sonrisa de él, que levanta la jarra con jugo como si fuera una bandera, y que dice antes de despedirse. "Bravo".

¿Se dan cuenta? Esta gira en los Yungas ha sido impresionante: cerca del pueblo se ha percibido su entusiasmo, su esperanza. Y no termina, porque al inicio de la tarde del tercer día, 9 de junio, llegan los candidatos del MAS hasta Inquisivi. Una tropa de moxeños (una peculiar flauta andina de sonido apagado y agudo) conduce a Evo hasta la plaza en impetuosa marcha. El sol se pierde en una inmensa cañada, que pareciera haber sido tallada con el filo de una enorme espada. El viento sopla helado. Y la música, hipnótica, todo da a esta concentración un carácter distinto, emocionante. Como emocionante será, una par de horas después la visita a Quime, donde se han reunido gentes esperando a Evo Morales desde un día antes... miles de personas más gritando, aplaudiendo, escuchando la promesa de un nuevo Estado, de una nueva forma de gobernar sus destinos.

Cerca de la medianoche, luego de dar posesión a otra directiva local del MAS, la caravana parte de regreso, porque Evo tiene que estar al día siguiente en Cochabamba. Tres días, 41 concentraciones, menos de diez horas de descanso... así es el pueblo en campaña. Y este paraíso, alguna vez perdido y olvidado, ha sido recobrado por su gente, para luchar y seguir avanzando...

¿Quién es Dionicio Núñez?

En junio del año pasado, hartos de no ser escuchados y más bien de recibir amenazas por parte del gobierno (con la erradicación de coca, principalmente), los campesinos de Yungas cerraron todos los caminos de acceso a la zona. Tuvieron a tres ministros de Banzer negociando dos días con ellos, en su territorio, y no los dejaron marchar hasta que tuvieron la plena seguridad de que serían atendidos. Como ésta, muchas otras manifestaciones, bloqueos y marchas de los campesinos yungueños son legendarias en las luchas sociales de Bolivia.

Actualmente, su máxima organización, la COFECAY [la Confederación de Federaciones de Campesinos de los Yungas, en los últimos meses de casi todo el departamento de La Paz], tiene como secretario ejecutivo a Dionicio, un hombre joven, de tez oscura y amplia sonrisa, con mucha experiencia en la política... estas elecciones ha sido electo diputado con casi dos tercios del total de los votos, ha arrasado... pero que sea él quien se presente... y luego unas cuantas preguntas...

"Tengo 36 años. El origen de mi familia es, como del muchas familias yungueñas, el Altiplano. Nací en Oruro, pero a partir de los cinco meses de vida he vivido en Yungas. Mir primeros estudios los hice justamente en las escuelas rurales yungueñas... llegué hasta el tercer año de agronomía en la Universidad Mayor de San Andrés de La Paz, pero por esos problemas que son muy comunes en las familias campesinas no logré terminar mis estudios porque a mis padres ya les faltaban recursos y me tuve que regresar a trabajar con ellos.

"He estado en las cuestiones sindicales desde que era estudiante. Fui incluso dirigente universitario de lo que era en los años ochenta el Partido Socialista que dirigía Marcelo Quiroga Santa Cruz. Y en esos tiempos, en unas vacaciones que pasé en las casa de mis padres en Yungas, fui designado en ausencia de ellos, que eran dirigentes sindicales en su central agraria, para asistir al congreso de la Federación de Campesinos de La Asunta... y como yo iba ya politizado como dirigente universitario, hice dos o tres intervenciones sobre el asunto político, y me designaron entonces secretario de organización de esa federación.

"Así, fui participando en diversas gestiones de mi federación. Fuimos consiguiendo recursos, como el de una ong de Bolognia, Italia, que era de pensamiento muy progresista... conseguimos cerca de 500 mil dólares, con los que construimos el hospital de La Asunta, que entonces era una región muy olvidada... estamos hablando del año 1986... y mis planes eran concluir mi trabajo allá y volver a estudiar pero, también, en ese año conocí a la que hoy es mi esposa y ya me quedé... mi esposa es enfermera y yo apoyé su trabajo en el hospital, conduciendo ambulancias incluso...

"Más adelante me elegieron concejal de mi comunidad en la anterior gestión. Luego me propusieron que buscar la reelección, pero para mí ese tipo de cosas no están muy bien vistas. Decidí volver a mi sindicato, a las bases. Y justamente en ese tiempo, 1999, fue el congreso de las Seis Federaciones de Yungas en Irupana; yo asistí en calidad de secretario ejecutivo de mi sindicato. Llegué un día retrasado... e incluso así, entre los compañeros, se fue proponiendo mi candidatura, cosa que en principió no acepté, pero luego de que me propusieron por mayoría, tuve que asumir el cargo de secretario ejecutivo de COFECAY. Entonces había muchos riesgos, porque corría el rumor de que las tropas iban a entrar a reprimirnos y, entonces, quien se hiciera cargo de la organización debería estar ahí para frenar la represión. Esto ocurrió en septiembre, poco antes de los conflictos que paralizaron al país... así que dos semanas después de entrar en funciones salimos a bloquear los caminos en octubre, con la simple demanda de derogar la Ley 1008 de Sustancias Controladas [la ley de lucha contra el narcotráfico en Bolivia].

"Y con este cargo he realizado algunos viajes para encuentros sobre el tema de la coca. He estado en un congreso de cocaleros en Puno, Perú, y otro en Ecuador. En agosto del años pasado estuve en México para asistir a un congreso de la CLOC, Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo, y para un evento de organizaciones antiglobalización. La invitación de la CLOC fue a causa de la expulsión de las Fuerzas de Tarea Conjunta que hicimos en junio de 2001, esto tuvo mucho impacto... le doblamos el brazo al gobierno, tuvimos a tres ministros con nosotros para negociar... así pude contactarme con hermanos cocaleros de Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela.

"A mi regreso fue que tuvo lugar el conflicto de febrero pasado, y desde los problemas en el 2000 y hasta ese momento pude darme cuenta de que la conciencia de la gente había crecido muchísimo. Ha habido un avance, en muchas comunidades hemos podido constatarlo...".

Narco News: ¿Cómo es la organización en los Yungas?

Dionicio Núñez: COFECAY existe hace seis años. Hay otra organización que administra el mercado de coca en La Paz, donde vendemos nuestras cosechas, pero entre gente de varios sectores decidimos fundar nuestra organización para dedicarlo íntegramente a la cuestión sindical y a la formación política. No tenemos mucha injerencia en la administración del mercado, estamos más en lo otro. Cada dos años tenemos congresos, en los que cambia la directiva. Yo soy el cuarto secretario ejecutivo. Desde que fui nominado candidato a diputado propuse dejar el cargo, pero mis compañeros me han dicho que no. En cualquier caso, la tendencia es hacer las dos cosas, parlamentario y dirigente, porque la gente dice: "Si te dejamos solamente como parlamentario te vas a ir a sentar allá y te vas a olvidar de nosotros".

Narco News: ¿Y cuándo comenzó su relación con las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba, los cocaleros del Chapare?

Dionicio Núñez: Eso viene de muchos años. Ya en 1986, cuando era dirigente de La Asunta, antes de la Ley 1008, los cocaleros de los Yungas y el Chapare tenían una sola organización que se llamaba CONCOCA. Había encuentros nacionales de productores de coca. Después, en 1988, se aprobó la 1008 y nos dividieron: los de Yungas tradicionales, los del Chapare excedentarios, los de Santa Cruz ilegales. Vinieron entonces los primeros conflictos en el Chapare, y nosotros los hemos apoyado muchas veces, aunque el gobierno nos dijo que no nos metiéramos. Pero mucha gente sabía que cuando el aparato represivo terminará en el Chapare iba a venir aquí. Entonces, decían que hay que luchar para que no ocurriera.

Mi primer contacto con Evo fue en 1985, en una huelga de hambre que hicimos en la universidad contra un plan trienal de erradicación. Vino en representación de su sindicato y estuvimos doce días en huelga de hambre. Ahí nos conocimos, y desde entonces permanentemente hemos estado en contacto. Claro, ha habido tendencias dentro del Chapare, dirigencias que nunca se relacionaron con la gente de los Yungas, y dirigentes de Yungas que no querían saber nada de los del Chapare. Pero nosotros, con Evo y tres o cuatro más, aunque no fuéramos dirigentes, hemos estado en contacto siempre. Y ahora nos hemos reunido nuevamente en el Instrumento Político.

Eso sí, entre Yungas y Chapare hay diferencia. Lo que he podido constatar en los periodistas extranjeros es que, cuando hablan del tema coca en Bolivia, tienen una percepción general: coca igual a violencia igual a represión igual a droga. Y no es así, la coca yungueña data de hace mucho. Hay estudios que demuestran que el cultivo de coca es de por lo menos hace 400 años... y siempre ha ido al consumo tradicional, hasta el día de hoy. Esa diferenciación es importante.

Narco News: ¿Cuántas hectáreas de coca hay actualmente en los Yungas?

Dionicio Núñez: Nosotros tenemos una cantidad estimada. Todos los cultivos de coca están controlados. En cada sindicato existen comités comunales que controlan qué afiliados cultivan coca, en quñe extensión y en qué periodos cosechan. Y así se fiscaliza que esa coca salga al mercado legal y no se desvíe. Cada comité extiende al productor una papeleta de comercialización que indica cuántas libras de hoja de coca lleva al mercado y el productor sólo puede vender en le mercado con esa papeleta. Es un trabajo muy estricto. De todo eso, nosotros calculamos que la producción del año pasado no pasaba de 9.500 hectáreas... obviamente el gobierno tiene sus propios cálculos, dice que hay 14.500, y como la Ley 1008 sólo permite 12 mil hectáreas, con ese argumento han querido entrar a erradicar.

Otro de los argumentos usados para restringir nuestra producción es que el gobierno dice que el consumo tradicional está disminuyendo y los cultivos aumentan. Nosotros les pedimos que se haga un censo de cuánta gente acullica [acullicar, queridos lectores, es el mascado tradicional de hoja de coca], pero no quieren, porque sería aceptar que por causa de esta crisis mucha gente que no siempre tiene para comer sustituye sus alimentos con coca. Inclusive se ha extendido el consumo tradicional a estatos sociales en los que antes no existía, como en las unviersidades públicas.

Narco News: ¿El gobierno está erradicando en Yungas?

Dionicio Núñez: No están erradicando, están haciéndose la burla. Nosotros le preguntamos de dónde sacaron sus datos, porque nosotros estimamos a partir de nuestros comités. Y ellos dicen que los obtuvieron de las imágenes de los satélites, ¿cuáles satélites? Los de la NASA. ¿Quiénes son la NASA? Los gringos... entonces no jodan. Sabemos que los gringos siempre van a decir que hay más cocales de los que tenemos. Y por lo menos en las áreas donde trabaja COFECAY no se ha erradicado ni una sola hectárea de hoja de coca. Dicen que se han gastado 800 mil dólares en la erradicación, pero esa plata más bien habrá ido a para a algunas cuentas bancarias. Por eso decimos que se hacen la burla. Se han dado incluso casos de gente que ya no vive en la región y ha vuelto con la promesa de recibir dinero a cambio de erradicar cocales que ya no trabajan, que no estaban produciendo. Más aún, en donde encuentan un cocal anotan que hay dos, tratando de hacer ver que en los Yungas está avanzando con la erradicación. Dicen que han erradicado diez hectáreas, cuando en los hechos no deben ser ni cinco.

Narco News: ¿Y han tenido problemas de narcotráfico?

Dionicio Núñez: No. Hubo en los años ochenta, con el ex dictador Luis García Meza. Fue la única época. Pero no porque los productores iniciaran la actividad. García Meza prohibió sacar coca de los Yungas, creando los centros de acopio, a los que todos estaban obligados a vender su producto. Estos centros estaban manejados por los agentes del Ministerio del Interior, los de narcóticos. Y estos señores, como eran los únicos autorizados para comprar hoja de coca, fijaban el precio que les venía en gana. Así aparecieron los compradores clandestinos, que daban mejor precio que los centros de acopio... así aparecieron también las primeras pozas de maceración para producir pasta base.

Narco News: ¿Cuántos cocaleros hay en Yungas?

Dionicio Núñez: Exactamente no sabemos, pero hay seis municipios cuya economía gira en torno a la hoja de coca. Hay otros en los que representa el segundo término de su economía. Pero tenemos entre 12 y 14 mil productores afiliados, aunque no todos los productores están afiliados.

Narco News: El consumo de hoja de coca en Yungas, ¿es tradicional? ¿Hay otros usos?

Dionicio Núñez: Mire, de la información que tenemos, el 30 o 35 por ciento de la coca que producimos acá iba clandestinamente a la Argentina... digo iba porque con esta crisis ya no es la misma cantidad. Después, nuestra coca se utiliza en menor grado para usos rituales dentro del departamento de La Paz, así como en la elaboración rudimentaria de productos como jarabes, mates y otros. Pero la mayor parte de nuestra producción va para el consumo directo en todo el país, hasta Santa Cruz e incluso en Cochabamba. La mayor parte, entonces, va al acullico.

Narco News: ¿Cree que partir del resurgimiento del movimiento cocalero, campesino en general, en Yungas, hay mejores perspectivas para ustedes en servicios y comercialización?

Dionicio Núñez: Se trata de demandas de siempre. Casi todo lo que hemos obtenido, como hospitales y electrificación, no nos ha sido dado, por así decirlo, por las buenas; es producto de la lucha. COFECAY tiene esos planteamientos, pero ni a nivel municipal existe la fuerza necesaria para lograr nada. La única posibilidad de lograr algo radica en los sindicatos agrupados en la COFECAY. Hay ongs, municipios y otras instituciones, pero todas trabajan en forma dispersa. Nosotros no queremos eso, queremos crear una coordinadora para planificar y llevar adelante el trabajo... es una de las tareas que queremos asumir también desde el Parlamento. Que los recursos existentes, junto a los que podamos gestionar, lleguen para paliar las grandes necesidades que tenemos, fundamentalmente en temas como caminos, educación y salud. Es por esa misma razón que todos estamos trabajando en el Instrumento Político, organizándonos.

Lo ideal para nosotros sería que se legalice, por ejemplo, la exportación a Argentina y al norte chileno. Pero hay convenios internacionales, como la Conveción de Ginebra sobre las Drogas, que no lo permiten. Por eso nos hemos metido en la política, porque desde el gobierno vamos a pelear la despenalización de la coca y así podamos exportarla y venderla en cualquier parte del mundo.

Narco News: Los decretos 26415 y el otro, que cerraban mercados tradicionales de venta de coca en varios sitios del país, ¿cómo afectaron a los cocaleros de Yungas en particular?

Dionicio Núñez: El primero de los decretos, que ocasionó los conflictos en Sacaba, decía el Presidente Quiroga que era sólo un decreto para el Chapare y Sacaba, pero en los puntos cuarto y quinto decía que en los Yungas todo el manipuleo de coca, desde cosecha hasta secado, tendría que ser llevado adelante por personas que estuvieran acreaditados como productores legales de coca. Si no era así, iban a decomisar la coca. Eso suponía que pensaban ejercer un control, a través de la policía, lo que ya suponía una dificultad para nosotros. En todo el manipuleo los trabajos se hacen en forma familiar y si en el momento de una inspección el productor no se encontraba el producto, sólo sus esposa o sus hijos, podrían decomisar todo... se da un solo carnet de productor por familia. Eso hubiera traído grandes problemas... porque además hablaban de coca "legal", y coca legal es sólo la cultivada hasta antes de 1988. Toda la demás, de 1988 a la fecha, es ilegal según los términos de la Ley 1008 de Sustancias Controladas.

El segundo decreto se refería a la creación de mercados primarios de venta de coca. Se iban a construir mercados en Coroico, en Chulumani, en Coripata, en Cajuata y en Irupana. Con esto, nos quitaban la posibilidad de llevar nuestra coca al mercado en la ciudad de La Paz. Esto era para nosotros igual a lo que hizo el ex dictador Luis García Meza en 1980, creando lo que se llamaba los centros de acopio, para que todos estuvieran obligados a vender en esos lugares. Esto era una forma de incentivar la llegada del narcotráfico a los Yungas, y después, con ese argumento, reprimirnos. Así que por eso entramos a los bloqueos en enero y febrero pasados.

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