15 de
julio, 2002
Parte II de...
Bolivia:
El Poder del Pueblo
Narco News '02
El Tango
del
Embajador
y otras historias
por Luis Gómez
Oficina
Andina de Narco News
"El
electorado boliviano debe considerar las consecuencias de escoger
líderes de alguna manera conectados con el narcotráfico
y el terrorismo"
Afirmación de Manuel
Rocha el 26 de junio (cuatro días antes de la elección)
en el cuartel militar de Chimoré, en pleno centro del
Chapare
"El
embajador [Rocha] me ha manifestado que no debería haber
ningún acuerdo con Evo Morales"
Manfred Reyes Villa, líder
y ex candidato presidencial de NFR
"Si
quieren respeto que nos respeten, nosotros estamos dispuestos
a respetarlos, porque dentro de la cultura quechua y aymara la
base de las relaciones humanas es el respeto, fundamentalmente"
Evo Morales, en entrevista
con CNN, al referirse a las relaciones con Estados Unidos si
fuera Presidente de Bolivia
No
es muy alto y en su figura, un poco regordeta, es notoria la
rigidez, esa actitud de quienes ahorran
hasta el más mínimo ademán para no parecer
personas banales. Su cara redonda, de ojos pequeños y
cejas algo separadas, no parece conocer de sonrisas... es como
una máscara. Así se muestra el Virrey Manuel Rocha
frente a los medios, en cualquier acto público. Los últimos
dos años, y él dice que son los últimos
de su carrera diplomática, ha participado activamente
de la vida política boliviana... como hizo en la argentina,
la cubana y la centroamericana.
Recordando al vuelo trozos de su "brillante"
carrera, podemos verlo como agregado político militar
de la embajada estadounidense en Honduras la segunda mitad de
los años ochenta... financiando la guerra de la Contra
desde ahí y promoviendo los desplazamientos forzosos de
campesinos hondureños (que costaron bastantes vidas, de
acuerdo a los informes de derechos humanos): todo un señor
de la Guerra de Baja Intensidad. O en Cuba en 1992, a cargo de
la Oficina de Intereses de EU... pagando a los anticastristas
para diversas acciones de desestabilización del gobierno
de Fidel Castro en lo peor del Periodo Especial.
Y más recientemente, en Argentina,
donde se hizo cargo de la embajada tres años como Encargado
de Negocios... dedicándose a minar el sistema productivo
y comercial de ese país y promoviendo rupturas en las
medidas de protección nacional argentinas a la industria
("abriendo mercados", diría él), por
lo que seguramente debe tener mucho qué decir sobre la
actual crisis económica en ese país, de donde salió
afirmando cínicamente: "Soy extremadamente optimista
con respecto al futuro de la Argentina"... unos meses antes
de que comenzara la debacle.
Bueno, amables lectores, este singular
personaje ha venido a Bolivia a continuar su misión. Desde
que llegó se ha comportado con prepotencia y ha amenazado
a cualquiera que se oponga a él. Pero por ahora nos ocuparemos
de él por lo que hace a sus peculiar visión sobre
los líderes populares bolivianos: el 2 de diciembre de
2001, durante su participación en una conferencia sobre
seguridad organizada por la Presidencia de Bolivia, el Virrey
Rocha dijo que Felipe Quispe, el Mallku, y Evo Morales eran terroristas
y estaban dentro de la famosa lista negra de los Estados Unidos
(la que se hizo luego del 11 de spetiembre). Luego, en febrero
pasado, estuvo detrás de las sucias operaciones con las
que los políticos tradicionales expulsaron a Evo del Parlamento
(¿recuerdan la Guerra de Sacaba?).
Con todo, esa expulsión fue más
una ayuda que un castigo para el líder cocalero, su popularidad
creció... vamos, que ser enemigo del gobierno gringo siempre
deja algún prestigio. Pero el Virrey no mantuvo la boca
cerrada... y cada vez que decía alguna cosa los puntos
porcentuales de intención de voto para el MAS crecían.
El 27 de junio pasado en Cochabamba, en la última manifestación
de la campaña, luego de haberse beneficiado tanto de su
soberbia, Evo pidió a las masas un enorme aplauso para
Rocha, quien "fue nuestro primer jefe de campaña".
Tres cosas notables hizo sin querer Manuel
Rocha por el MAS. La primera, claro, presionar para la expulsión
de Evo. La segunda fue una serie de declaraciones de marzo a
mayo, como la del 26 de marzo, cuando declaró ante los
medios bolivianos que ellos (y se refería al gobierno
de Estados Unidos) no iban a apoyar a una persona que no quería
ayuda (hablando sobre el próximo Presidente de Bolivia).
"Nunca fuerzo a una dama a bailar tango si no quiere bailar
conmigo", terminó enfático el Virrey. O esas
apariciones en eventos sociales donde decía a todo el
mundo lo peligroso que era votar por terroristas como Evo Morales
y el Mallku.
A estas alturas de la lucha electoral,
alguien tuvo una buena idea en el MAS. A mediados de junio apareció
en las ciudades bolivianas un póster con una enorme foto
de Evo en el centro. Arriba, con letras enormes: "Boliviano:
tú decides, ¿quién manda? Rocha o la voz
del pueblo"... fue un gran suceso... todo el mundo, simpatizante
del MAS o no, quería una copia y tuvieron que imprimirse
cientos de miles más de lo planeado. Muchso bolivianos
recibieron el mensaje en pro de la defensa de su dignidad y su
soberanía. Pero lo mejor estaba todavía por venir.
Todos y cada uno de los candidatos de
los partidos tradicionales de Bolivia fueron en algún
momento a ver al Virrey para pedirle su apoyo. Manfred Reyes
Villa, de Nueva Fuerza Republicana, viajó incluso a Miami
para ver a los republicanos cubanos y a Washington para entrevistarse
con Otto Reich en el Departamento de Estado. Ninguno, al principio,
quería tener un debate con Evo Morales ("Es un partido
chico", solían decir los organizadores de foros y
debates). Así que el tono de los discursos subió.
El 17 de junio, luego de una gira por el oriente del país,
Evo dijo ante los medios que no le interesaba debatir más
con los partidos neoliberales; "yo lo que quiero es debatir
con el embajador Rocha... prefiero discutir con el dueño
del circo, no con los payasos".
Con este ambiente, la última semana
de campaña todas las encuestas, incluso las de los otros
partidos, daban ya al MAS el tercer o cuarto lugar, con 16 por
ciento de los votos. Seguramente, el tanguero del Virrey no quiso
quedarse alejado del asunto... el 26 de junio, cuatro días
antes de la elección, fue a Chimoré (en el corazón
del Chapare) a visitar a los militares y mercenarios que "luchan"
contra el narcotráfico. Ahí, frente al Presidente
Tuto Quiroga, dijo: "El electorado boliviano debe considerar
las consecuencias de escoger líderes de alguna manera
conectados con el narcotráfico y el terrorismo".
Todavía hoy, a casi dos semanas
de la elección, hay muchos que juran que Manuel Rocha
trabajó en combinación con el MAS para crear terrorismo
electoral (porque de 16 que le daban, Evo terminó con
casi 21 por ciento). Y a menos de un mes de irse definitivamente
de Bolivia, el Virrey sigue haciendo declaraciones en contra
de Evo. ¿Qué les parece? A Rocha le salieron varios
tiros por la culata... pero dejemos por ahora a este mal bailarín
ensayar solo su tango, porque iremos por dos días al Chapare,
esta vez en compañía de los candidatos del pueblo.
Guirnaldas
y recuerdos
Entre
el 17 y el 18 de mayo, Evo visitó el Chapare por primera
vez desde el inicio de la campaña.
Era necesario que sus bases conocieran a los candidatos de otras
partes del país y, además, que lo ratificaran como
su líder máximo y candidato a la Presidencia de
la República. El viernes 17, a las cuatro de la mañana,
partió de Cochabamba una caravana de varios autos hacia
esa región tropical y aguerrida. Siete horas después,
en la comunidad de Bulo Bulo, comenzó un torbellino de
aplausos, de saludos, de discursos de apoyo y, más que
nada, de esperanzas puestas en un hombre que, por decisión
popular, encarnaba la posibilidad de la victoria. Y comenzó
todo en Bulo Bulo no sólo por ser la región más
oriental del Chapare, también porque en ese pueblo, hace
años, se fundó esa poderosa organización
que es las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba...
como ya les decía en otro lado, había que comenzar
por el principio.
En casi todos lados, el programa era similar.
La caravana era esperada unos doscientos metros antes de entrar
al pueblo, los campesinos (casi todos cocaleros) rodeaban inmediatamente
a Evo y a Antonio Peredo (candidato a la Vicepresidencia). Luego
venía la breve ceremonia de las guirnaldas y la mixtura
(collares vegetales y confeti): cada candidato era honrado con
enormes collares hechos de hojas de coca y algunas flores, también
los hicieron con naranjas o con verduras; luego les echaban un
poco de confeti en la cabeza, como un augurio para la buena suerte.
Listos todos, en gran marcha se dirigían al lugar donde
habría de realizarse el mitín. En los techos de
las casas, sobre camiones de carga o en mitad de la plaza, los
candidatos del MAS fueron sembrando nuevas esperanzas en los
cocaleros.
La primera tarde, en la comunidad de Entre
Ríos, apareció una tormenta en medio de la concentración
popular. Sin embargo, nadie se movió. "Eso es, compañeros.
Nadie debe moverse de su sitio. Así, con esa voluntad,
es que vamos a derrotar a los neoliberales", dijo en algún
momento Filemón Escobar, experimentado dirigente minero
y hoy senador electo. Y así fue, incluso por la noche,
en Ivirgarzama, un pueblo gobernado por el Movimiento Al Socialismo:
una tormenta de dos horas sacudió la plaza, pero esa vez
tampoco nadie se movió hasta que concluyó el acto.
Evo Morales, durante 45 minutos, fue escuchado con atención
y entusiasmo. En ese discurso, Evo les recordó a todos
los presentes que no era su campaña la que se hacía,
sino la de los pobres, la de los indígenas y campesinos,
la de todos los marginados de Bolivia.
Lo mismo en Mariposas que en Shinahota,
las concentraciones eran de miles de personas. Sólo en
Senda VI, en la mañana del 18 de mayo, una pequeña
villa a orillas de la carretera, no hubo mitin: el acto fue una
misa en recuerdo de los tres compañeros caídos
hacía apenas unos meses en un enfrentamiento con la Fuerza
Expedicionaria de Tareas. En una construcción de palos
con techo de palma, sin paredes, los muertos cocaleros fueron
también incorporados a la lucha, porque, lo dijo Evo,
"su esfuerzo y su sacrificio no fueron en vano... vamos
a ganar compañeros, y esto será también
por ellos, que ya no pueden caminar a nuestro lado".
En Chimoré, la gente se reunió
justo frente al cuartel militar a esperar a sus candidatos. Cerca
de tres mil personas, en la puerta del cuartel, mostraron a las
fuerzas represivas que no les temían y que ahí,
entre mujeres sonrientes y hombres de rosotro grave y manos endurecidas,
se encontraban los que habrían de representar a su rencor
y a sus demandas, por tanto tiempo postergadas. Pero esa tarde,
en Villa Tunari, sería el clímax...
Cerca de las 3 de la tarde, en una curva
del camino, comenzaron a aparecer en bicicletas, en pequeños
grupos, en camiones y en autos. Eran miles, todos con banderas
y con pancartas. Todos mirando al este, con los ojos listos a
ver aparecer la camioneta gris en la que viajaba Evo Morales.
No sólo estaban de Villa Tunari, habían llegado
de Lauca Ñ, de los cocales de tierra adentro, de todas
las comunidades por donde pasó la caravana y de otras
por donde no. En la entrada al pueblo, en una tarima de frente
a la carretera, cerca de cuarenta mil personas ovacionaron la
llegada de los candidatos del pueblo. Durante cerca de cinco
horas se interrumpió el tránsito en esa ruta, que
va desde Cochabamba hasta la ciudad de Santa Cruz. Y fue ahí,
entre su gente, entre sus compañeros de lucha, donde Evo
dio rienda suelta a sus recuerdos.
"Me alegra mucho encontrar acá
a algunos viejos compañeros, algunos ex dirigentes, que
siguen luchando... muchos de ellos me conocen desde mis comienzos...
porque ustedes saben que mi labor sindical ha comenzado viendo
el trabajo de todos ustedes... ustedes me han hecho... ahora
he venido hasta acá a estar con mi gente para que conozcan
a los compañeros que nos acompañan, para que sepan
que ya no estamos solos en esta lucha... hemos llegado ya muy
lejos con el instrumento político. Ahora, dicen, somos
la segunda fuerza en Cochabamba... yo no creo en las encuestas,
pero algo de cierto habrá; me lo digo al ver tanta gente...
"Recuerdo ahorita cuando comenzaba
a trabajar entre ustedes. Todos saben que vivo en esta zona,
que aquí están mis cocales y hasta acá llegué
hace muchos años con mi padre a trabajar. Ahora que veo
esos camiones detenidos, y pido comprensión a los compañeros
transportistas, me acuerdo de cuando era joven y varios de los
choferes me llevaban gratis a otras comunidades, a Cochabamba...
gracias a ellos también por estar con nosotros...
"Me acuerdo también de cuando
empecé como dirigente. Todo me decían "el
pelotero", porque era secretario de deportes de mi sindicato
y sólo me interesaba estar jugando fútbol en las
canchas. Y ustedes me enseñaron, me tuvieron paciencia
y fui aprendiendo lo que es la organización, la lucha.
Ahora me queda la convicción de que vamos a ganar, a cambiar
para siempre la historia de los quechuas y aymaras, de todos
los pobres de Bolivia...
"Por eso vengo decirles que no me abandonen, porque ésta
es la lucha de todos. Evo Morales no los ha abandonado nunca,
no los va a abandonar... y vamos todos juntos a ganar el 30 de
junio".
Mineros
y empresarios
A
finales de mayo, el grupo empresarial de Cochabamba, uno de los más poderosos de Bolivia, organizó
un foro para los candidatos a la Presidencia. Entre Gonzalo Sánchez
de Lozada y Jaime Paz, con el rostro serio y la mirada distante,
Evo estuvo ahí para exponer el programa del Movimiento
Al Socialismo. Y contamos esta pequeña historia porque,
aunque parecía que el candidato del MAS estaba entre enemigos,
el público, compuesto por profesinales y periodistas,
por gente rica, lo aplaudió más a que los otros.
En esa ocasión, Evo se dirigió
a la audiencia para explicarle que un gobierno del MAS no querría
otra cosa que ser de verdad para todos los bolivianos. Con frases
agudas, Morales fue recordando que los otros candidatos habían
vendido el país a las transnacionales los últimos
17 años. Les recordó que todos los grandes casos
de corrupción y narcotráfico habían tenido
como protagonistas a miembros de sus partidos. Les dijo que no,
que ni por casualidad apoyaría a alguno de ellos para
que fuera presidente, "yo no me junto con cochinos".
Ese foro, transmitido en directo por la televisión a toda
Bolivia, dejó bien claro que el poder y la fuerza salidos
del pueblo no se venden ni se negocian... y la gente lo comprendió
más de lo que los poderosos hubieran pensado.
Pero asimismo, algunos días después,
Evo Morales fue a visitar una comunidad histórica, Llallagua,
al norte del departamento de Potosí. En ese lugar, hace
más o menos cincuenta años, comenzaron las más
duras batallas mineras de la historia boliviana. Ahí se
formaron los primeros sindicatos de izquierda, las primeras células
clandestinas para luchar contra el gobierno. De hecho, muchos
de los viejos dirigentes mineros juran que si el Che, en vez
de irse al oriente a organizar su guerrilla, hubiera ido a trabajar
en las minas de Llallagua y Siglo XX, hubieran triunfado entonces.
Y ahí estaba, en la tranca que controla el acceso al pueblo.
Hijo de un minero despedido, nieto de campesinos, Evo no sabía
que, aun sin haber visitado antes esta región, su figura
y todo lo que representa estaban muy vivos entre los mineros,
que lo recibieron con cuetes, con gritos y un casco nuevo, con
más guirnaldas de coca y suficiente chicha para beber
y alegrar su espíritu. En el acto, ante cerca de tres
mil personas, dio la bienvenida la máxima autoridad tradicional
indígena, el jatun mallku (el viejo cóndor) Aurelio
Ambrosio, y el viejo luchador sindical José Pimentel habló
a nombre de los pobladores de Llallagua, de la Federación
de Campesinos de la región y de los ayllus (las comunidades
agrícolas indígenas). Evo Morales dio un discurso
breve y emocionado que terminó: "Nuestra candidatura
es la única realmente antineoliberal y antiimperialista,
por ello tenemos que votar por nuestros candidatos, que representan
a los humildes, a los marginados de siempre".
Al salir de Llallagua, rodeado por el
pueblo, el candidato a la Presidencia por el MAS recibió
un tirón en un brazo, se detuvo y miró a quien
quería saludarlo. "Compañero Evo", le
dijo un joven minero de unos doce años, "aquí
estamos los que hemos luchado siempre, 17 años que venimos
resistiendo al modelo neoliberal... y estamos todos contigo"...
durante unos instantes, al rostro de Evo Morales llegaron las
lágrimas... en el pueblo que guarda la memoria de la lucha
contra el poder tambié habían sobrevivido la fe
y la fuerza.
Pero nos tenemos que detener, queridos
lectores, porque la campaña avanzó con demasiado
ímpetu para retenerlo todo en estas líneas... habremos
de seguir mañana, en una visita a "Yungas: el paraíso
recobrado". Mientras, sigan escribiendo, por favor, para
saber sus opiniones y comentarios, todo lo que les ocurre mientras
terminamos de entender cómo es que ahora, en Bolivia,
ha resurgido el poder del pueblo...
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