3 de Mayo, 2002
Narco News '02
Estar
Con Ellos:
La Sociedad Civil
Boliviana
vs. la Guerra
de las Drogas
Parte
I de una serie
Por Luis A. Gómez
Jefe de la
oficina andina de Narco News
Padre Gregorio
Iriarte: "Hay que luchar
por la legalizar las drogas"
El periodista
y experto peruano Ricardo Rumrrill: "Estados
Unidos perdió definitivamente la Guerra contra las Drogas"
Entre el 18 y el 20
de abril pasados, Narco News tuvo la oportunidad de asistir a
un seminario sobre la lucha contra el narcotráfico en
la ciudad de Cochabamba. Este evento fue parte de una serie de
cuatro seminarios con los que la sociedad civil en Bolivia quiere
organizarse de nuevo y así conseguir la paz y la justicia
en el Chapare para los cocaleros... para todos
En
estos valles, queridos lectores, ha
crecido durante siglos un arbusto cuyas suaves hojas *la coca*
fueron entregadas por los dioses para alivio de los hombres.
Pero esos dioses vagan ahora en el inframundo descuartizados
y tristes, a la espera de que sus hijos se rebelen definitivamente
contra el poder extranjero que los somete... los siglos pasan,
los hombres resisten y la hoja no se aleja de ellos, aunque el
poder extranjero *desde su gran Casa Blanca* ha dictado su sentencia
de muerte.
Y en esta historia de agravios, los últimos
cinco años por lo menos 200 campesinos cocaleros han perdido
la vida en enfrentamientos con los distintos cuerpos represivos
del Estado. Recién en enero pasado, militares armados
por Washington fueron a cerrar los mercados de la coca. Y los
campesinos, apoyados fieramente por la demás gente, resistieron
en la Guerra de Sacaba. Fueron baleados y gaseados, los encarcelaron,
pero no pudieron derrotarlos. En esos difíciles días
un grupo de gente honesta y valiente decidió replantearse
el problema, para hallar mejores soluciones que la represión
y no permitir nunca más que la muerte y el hambre, la
miseria, vuelvan a cabalgar impunes por los cocales.
Miembros de las ongs, de los sindicatos,
de la iglesia católica, de las organizaciones juveniles
y del pueblo entero se han dado cita en el Centro Palestra de
Cochabamba para discutir nuevos enfoques, nuevas estrategias
para enfrentar el conflicto. Durante las pasadas cuatro semanas
han organizado seminarios abiertos para no dejar un tema fuera
de la mesa: la cultura de la hoja de coca, los derechos humanos,
el papel de las Fuerzas Armadas, el narcotráfico y sus
efectos en este país, los medios de comunicación
y las cuestiones legales que involucra el conflicto.
Narco News asistió al tercer evento,
en el que se analizaron los diversos perfiles que presenta la
lucha contra el narcotráfico en Bolivia. Este corresponsal
se encontró ahí con militares honrados trabajando
al lado de su pueblo, con jóvenes inquietos tratando de
crear canales alternativos de información, con representantes
de los vecinos, con investigadores sociales y defensores de los
derechos humanos, todos decididos a llevar adelante una iniciativa
conjunta.
Las propuestas a que llegaron todos ellos
luego de tres días de trabajo pueden verse, en español,
en esta dirección:
A continuación les presentamos
un resumen de lo ocurrido en el seminario "Lucha contra
el Narcotráfico: objetivos, modelos, resultados y desafíos"
y dos entrevistas con el padre Gregorio Iriarte y el escritor
y periodista peruano Róger Rumrrill, expositores en el
evento y expertos en el tema.
18.04.02:
Represión
y legalización
Es
una mañana fresca en Cochabamba.
Las personas esperan tranquilas que comiencen las exposiciones.
Frente a ellas están el moderador de la mesa, el contralmirante
retirado Gildo Angulo y el sacerdote católico Gregorio
Iriarte. Y se abre el abanico de voces: Angulo explica que no
es posible que el gobierno de Bolivia, acatando las órdenes
de Estados Unidos, siga reprimiendo campesinos, que no es posible
que los soldados, pobres e indígenas como los cocaleros,
sigan disparando a matar a sus hermanos. De hecho, recuerda que
no existe evidencia alguna de que los cocaleros sean narcotraficantes,
"se trata de una mentira mil veces repetida. Un gobierno
que ha entregado nuestras riquezas a las transnacionales, corrupto,
no podrá jamás solucionar la problemática
del Chapare con balas", afirma el contralmirante. En sus
conclusiones, Angulo plantea la necesidad de revisar la utilización
de la ayuda militar que dan los Estados Unidos y, más
adelante, cuestionado sobre el posible rol de los militares en
el futuro, dirá tajantemente que nunca más las
Fuerzas Armadas de Bolivia deberán enfrentarse al pueblo...
¿qué tal? Un militar honesto, ni más ni
menos...
En seguida, la lúcida intervención
del padre Gregorio Iriarte, que los últimos 18 años
ha elaborado extensos diagnósticos de la realidad boliviana.
Y por mandato de su obispo, ha pasado cerca de varios años
estudiando la problemática del narcotráfico. He
aquí parte de lo que dijo:
"Creo que es muy importante distinguir
los cuatro momentos que hay en el circuito de coca-cocaína.
El primero es el de la producción de la hoja... viene
después un segundo momento, cuando algunas personas, valiéndose
de precursores químicos, elaboran una pasta, un sulfato
de cocaína, que conocemos como pasta base. El tercer momento
es justamente cuando se procesa la elaboración de clorhidrato
de cocaína, el polvo blanco y suave, por medio de verdaderos
laboratorios químicos; esto no lo van a encontrar en el
Chapare. Esto es muy importante, porque cuando hablamos de droga
[en Bolivia] se trata de sulfato, no de cocaína. Ahora,
hay cocaína en Bolivia, pero es poca, y ningún
campesino en el Chapare podría procesar eso.
"El cuarto momento es el de la comercialización,
colocar cocaína en los grandes mercados de Europa y Estados
Unidos. Los dos últimos momentos los han controlado tradicionalmente
los cárteles colombianos. Bolivia nunca ha controlado
el delicado y costoso proceso de producción de cocaína;
su aporte se ha limitado casi siempre al cultivo de hoja de coca
y también al área de producción de pasta,
o sea de sulfato. Hubiera podido producir clorhidrato, tal vez,
si no hubiera ocurrido la tragedia de Huanchaca, un laboratorio
enclavado en la selva amazónica que, todo lo hace suponer,
tenía el objetivo de generar grandes cantidades de dinero
para los servicios de inteligencia de Estados Unidos, para financiar
el famoso caso llamado Irán-Contras... Toda la droga incautada,
a la que los medios se refieren muchas veces erróneamente
como cocaína, es en realidad sulfato de cocaína,
pasta base.
"Es decir, estamos hablando de un
proceso que en este país queda a la mitad, incluso en
sus efectos", asegura Iriarte, con mucha razón...
los efectos del sulfato de cocaína como droga son bastante
menores que los de la cocaína 98 o 99 por ciento pura.
Cayó el primer mito: en Bolivia
no se produce cocaína, por más que lo diga el gobierno,
ayudado por los medios comerciales y respaldado por la embajada
de Estados Unidos. "Ahora, el impacto del narcotráfico
en la economía boliviana ha sido muy importante",
continúa Iriarte, "en el año 1988, todo lo
que significaba en Bolivia coca-cocaína representaba un
8,5 del Producto Interno Bruto". Con esto, el padre deja
muy claro que cerca de 500 millones de dólares se lavaban
en este país, siempre según las cifras oficiales
del gobierno, pero hay expertos que calcularon en hasta 800 millones
o más las cantidades blanqueadas.
Al paso de los años, esta cantidad
ha ido disminuyendo, fundamentalmente por las políticas
del gobierno de lucha contra el narcotráfico, y ha tenido
un efecto muy duro en la economía, no sólo porque
ese dinero ha dejado de circular, sino por los varios miles de
trabajadores que antes se empleaban en la producción de
pasta base y ahora no tienen medios para subsistir. En pocas
palabras, explica el padre Iriarte, parte de la actual crisis
económica que vive Bolivia se debe a la caída del
negocio de la droga.
Gregorio Iriarte habla también
desarrollo alternativo en el Chapare, mencionando de paso unos
25 productos elaborados a base de coca: desde jarabes medicinales
y licores hasta extractos oftálmicos y pasta de dientes,
lo que significa que sí, que hay alternativas reales para
seguir comercializando la hoja de coca cultivada en este país.
Y sus conclusiones, sus propuestas, son muy concisas: tiene que
haber una compensación económica equitativa a la
pérdida que sufre Bolivia con la disminución del
dinero del narco... sí, de parte de los países
consumidores, de Europa y Estados Unidos... "segundo: toda
la ayuda alternativa que llega tiene que ser abierta; tiene que
tenerse un mecanismo de control para eso, porque hay muchísima
corrupción y el dinero no llega a la gente. Tercero: no
hay que confundir lo ilegal con lo inmoral... muchas veces las
leyes no son legítimas ni morales. Lo moral está
en los valores, no el cumplimiento o no de una ley. Y por último
habría que estudiar a fondo cuáles son los efectos
del sulfato, que son nulos o mínimos".
Luego de su exposición, el padre
Iriarte responde a las preguntas del auditorio. Un participante
levanta la mano y dice: "¿Cuál es su posición
respecto a la legalización de las drogas?". "Bueno",
contesta el padre Iriarte, "a la legalización se
va a oponer siempre Estados Unidos, porque va a decir que siempre
lo ilegal va a dar más rentabilidad que un uso legal...
yo creo que hay que luchar por la legalizarlas... y después
apoyar algunas iniciativas que hay en el mundo para que las drogas
que han sido satanizadas, como la marihuana, lleguen a la gente
legalmente...". Leyeron bien, amables lectores: un sacerdote
católico dice que hay que legalizar las drogas... más
adelante hablaremos con este interesante hombre de Dios...
La verdad
y la ley
Llegaron
por la tarde a la mesa de debate las
exposiciones sobre el papel que juegan los medios en la lucha
contra el narcotráfico: sumisos casi todos frente al gobierno
y a la embajada estadounidense. En el sala se percibe una percepción
compartida sobre la pobre y distorsionada información
que ofrecen los periódicos y las televisoras locales,
no han pasado muchos días del fallido Golpe de Estado
en Venezuela... están frescas en la memoria las palabras
y los hechos de los grandes medios (La Razón, un diario
de circulación nacional tituló su edición
del 12 de abril: "Venezuela se cansó de Chávez
y lo echó", colaborando así con el cerco informativo
impuesto en esos días). En general este tema es abordado
desde la crítica y el estupor, es evidente para la gente
que asiste al seminario la urgencia de una nueva relación
con los medios y la creación de canales alternativos de
información para impedir que el pensamiento dominante
(que etiqueta todos los días a los campesinos del Chapare
como criminales) no siga siendo pan de todos los días.
También se discute el efecto social de la famosa carta
enviada por cinco congresistas estadounidenses al cubano-estadounidense
Otto Reich, un documento que ha sacudido mucho a la opinión
pública y, por supuesto, a los funcionarios del gobierno
de Jorge Quiroga.
Participa igualmente del seminario la
doctora Rose Marie de Achá, una joven abogada con mucha
experiencia en la defensa de los derechos humanos, particularmente
en el caso del Chapare. Miembro de Acción Andina, la doctora
Achá nos expone un serio problema: la criminalización
que genera la lucha contra el narcotráfico. "La delincuencia
se crea", dice Achá, "a partir incluso de la
legislación; las personas son tratadas ya desde el contenido
de la ley como delincuentes, lo que nos indica una necesidad
de represión y control de aquellos elementos que puedan
ser peligrosos para el sistema". Se trata no de impartir
justicia sino de desigualdad en el trato a los detenidos, y esto
no ocurre solamente con los campesinos del Chapare, ocurre con
todos aquellos individuos que por cualquier causa quedan atrapados
en la maquinaria legal boliviana. Y a este proceso de criminalización
contribuyen (¿cuándo no?) los medios, que utilizan
un lenguaje que ya tipifica de criminales a personas sin sentencia
y así los presenta a la sociedad. Es decir, hay un lenguaje
criminalizador de uso extendido entre la gente.
Dr. Rosemarie
de Achá
Foto:
Al Giordano, D.R. 2001
Para Rose Marie de Achá, este tema
es grave, porque no sólo dificulta el trabajo legal directo,
en juzgados y oficinas de la policía, sino que además
va generando componentes jurídicos nuevos que obstaculizan
a la justicia, afectando los derechos humanos de los procesados.
Un buen ejemplo, dice Achá, "es la impunidad militar,
que por ejemplo en el caso de Sacaba o en el de Casimiro Huanca
ha dejado libres a los asesinos, ya que el fuero militar no permite
la intromisión de causas civiles". Esto es muy grave:
un cocalero detenido, acusado de narcotráfico, puede perder
su elemental garantía de inocencia, será retratado
en los medios como delincuente y, aún si logra salir de
esta trampa, difícilmente podrá pelear porque se
le haga justicia en ninguna parte de Bolivia. La verdad y la
ley aún están ausentes en esta guerra...
Hasta aquí, el seminario ha planteado
ya varios conflictos que genera la lucha contra el narcotráfico,
ha comenzado a destruir mitos. Los participantes conversan en
los descansos, poco a poco se va construyendo el consenso sobre
lo que se debe decir, sobre las propuestas a lanzar, los caminos
a seguir...
19.04.02:
Estados
Unidos
ha sido
derrotado
Este
día, el seminario escucha a
un invitado especial, el escritor y periodista peruano Róger
Rumrrill, quien como experto en la lucha contra las drogas en
su país, y activo miembro de Acción Andina y otros
organismos ha desarrollado una intensa labor para criticar y
denunciar los atropellos de Washington en su país. Y Rumrrill
abre fuego criticando la postura del pequeño Asa Hutchinson,
el hombre de la DEA, porque no puede concebirse el conflicto
de hoy en nuestra América como un simple "choque
de civilizaciones luego del 11 de septiembre de 2001. Las guerras
de hoy son económicas, por el petróleo y otros
recursos... y Estados Unidos perdió definitivamente la
Guerra contra las Drogas". El peruano, un hombre sencillo,
sonriente y regordete, entiende perfectamente que la Casa Blanca
ha desatado una Tercera Guerra Mundial, "contra el narcotráfico
y el terrorismo, una guerra que busca la unipolaridad en este
mundo... Así, el discurso iguala a los cocaleros de todo
el continente con terroristas, con narcotraficantes".
En Perú esta situación es
más evidente. Para empezar, Rumrrill afirma que su país
es una sociedad muy alienada de su realidad cotidiana y que,
durante los gobiernos de Fujimori y Montesinos, la lucha contra
las drogas ha tenido un éxito virtual y de acuerdo a los
intereses de la administración Clinton, en particular
en la erradicación de la hoja de coca. "En Perú
no existen cifras oficiales, se trabaja siempre con las cifras
de los Estados Unidos. Durante la década Fujimori-Montesinos
la arroba de hoja de coca pasó de costar 50 dólares
en 1995 a 5 entre 1996 y 97. No olviden que la peruana es una
democracia por fortalecer y que en los últimos años
se ha conducido no sólo la erradicación, sino la
penalización de la hoja de coca... Y el resultado más
directo del llamado Plan Colombia en Perú, siempre alineado
con la política exterior estadounidense, ha sido que el
precio de la arroba de hoja de coca ha subido en este año
a 40 dólares".
Pero hay dos denuncias que confirman por
sí mismas las afirmaciones de Róger Rumrrill. La
primera, hecha por él en los medios de su país,
es el intento de los Estados Unidos de construir una base militar
en la selva amazónica de Perú, en la comunidad
de Uchiza. Y la otra, ligada estrechamente con el argumento de
"coca cero", es que se ha planteado en Lima, durante
la reunión de los algunos presidentes andinos con George
Bush, la conformación de una fuerza multinacional de lucha
contra las drogas. "Estas políticas, aunadas a las
políticas internas del gobierno, han tenido como consecuencia
que la lucha contra las drogas en Perú sea una lucha por
la vida", explica Rumrrill, "Siete meses después
del nombramiento del zar antidrogas no hay un reglamento que
delimite las cosas; se trata de un puesto de ornamento".
Entre los mitos peruanos a derribar, se encuentra la deforestación
de las selvas amazónicas. Rumrrill, como asesor de una
comisión del Congreso peruano, ha podido pelear contra
ello, porque, ténganlo muy presente, la coca no crece
a baja altitud, necesita un suelo a 1.000 o 1.500 metros de altura...
y ninguna selva crece a ese nivel. "Lo que tenemos que hacer
es crear un verdadero desarrollo agrario, políticas macroeconómicas
efectivas y desnarcotizar la agenda del Estado", concluye
Rumrrill, "La biodiversidad amazónica es el futuro
del mundo andino y su control es el objetivo real de la política
militar de Estados Unidos". Y es que, aclara, el próximo
recurso natural porque el que habrán de desatarse las
guerras es el agua, y en la cuenca amazónica se encuentra
la reserva acuífera más importante del planeta.
Ahora, ¿legalización de las drogas?, "Es un
tema tabú en Perú... en algún momento se
comenzó a discutir el asunto desde la perspectiva de la
reducción del daño, pero luego del 11 de septiembre
estos discursos se han cerrado". Habrá que seguir
escuchando a Rumrrill, pero por ahora lo dejamos respondiendo
preguntas... luego le haremos una entrevista...
Lo que resta del segundo día del
seminario será para que, en grupos de trabajo y discusión,
los asistentes vayan estructurando análisis sobre los
temas tocados, para que elaboren propuestas y conclusiones. Jóvenes
y sacerdotes, defensores de los derechos humanos y sindicalistas,
todos tendrán unas horas para revisar y debatir... dejemos
también a esta gente comprometida por un rato hacer su
labor, que durante del debate general del día siguiente
habremos de conocer sus posturas...
20.04.02:
La ruta
crítica
Este último día de seminario
tiene como eje la presentación de conclusiones y su aprobación.
De la misma manera que en los dos seminarios anteriores, lo expuesto
aquí será discutido, en los próximos días,
en el cuarto seminario. La sociedad civil se organiza, discute
y pelea. ¿Les parece si revisamos un poco las conclusiones
a que llegaron estas buenas gentes?
La sociedad civil, representada ampliamente
en el seminario "Lucha contra el Narcotráfico: objetivos,
modelos, resultados y desafíos", concluye en primer
término que "Una lucha verdadera contra el narcotráfico
recibiría el apoyo de todos los estratos de la sociedad
boliviana, comenzando por el sector campesino del Trópico
de Cochabamba". Lo que significa que "la Lucha Contra
el Narcotráfico es utilizada por los Estados Unidos para
imponer condiciones de cumplimiento y modelos de solución
que son ajenos a nuestra realidad. El enfoque represivo de esta
lucha es el mejor pretexto que posee Estados Unidos para garantizar
su presencia militar permanente en zonas estratégicas
del país y de la región...", y que "es
necesario que nuestros gobernantes unan fuerzas con sus colegas
andinos y utilicen el mecanismo creado en el marco de la OEA
para certificar anualmente los avances del gobierno de los Estados
Unidos en la reducción del consumo de clorhidrato de cocaína
y derivados en su país". También se exige
la revisión de las leyes nacionales y los convenios que
fomentan la corrupción y la imposición de los intereses
extranjeros en Bolivia. Y que "La ayuda económica,
que justamente reclama Bolivia, en compensación por la
pérdida de divisas a raíz de la erradicación
de cultivos de coca, ha de ser equitativa en cantidad y calidad".
Una segunda conclusión dice que
"Las responsabilidades y estructuración internas
de la Policía y las Fuerzas Armadas necesitan ser establecidas
a partir de un plan de interés nacional que se corresponda
con la Constitución Política del Estado".
En pocas palabras, el seminario pide que los militares abandonen
las tareas policiales, represivas e ilegales, pero también
se considera inaceptable "la existencia de tropas armadas
pagadas por un país extranjero actuando en nuestro territorio,
por lo que exigimos la disolución inmediata de la Fuerza
de Tarea Expedicionaria. Además, la presencia de asesores
extranjeros, incorporados en planes militares sin que exista
una debida fiscalización nacional, es un grave peligro
para la soberanía del país... el abusivo recurso
al Fuero Militar especial debe ser corregido para que la Justicia
Ordinaria conozca y juzgue las acciones delictivas cometidas
por miembros de las fuerzas del orden en perjuicio de la vigencia
de los Derechos Humanos de la población".
Y continúan las demandas: "Urge
la conformación de una Comisión de la Verdad para
fiscalizar y reorientar la investigación de violaciones
a los Derechos Humanos que han quedado impunes a pesar de haber
sido denunciadas". Hay que acabar con la impunidad y hacer
investigaciones imparciales "sobre las violaciones de los
Derechos Humanos desde que ingresaron a la zona las Fuerzas Armadas
para realizar tareas de erradicación de cultivos de coca",
así como con "la irresponsabilidad con la que el
Ministerio Público cumple sus deberes con respecto a los
crímenes denunciados desde la zona tropical".
Finalmente, dicen las conclusiones del
evento, "Instamos a los medios de comunicación a
coadyuvar en la creación de mecanismos orientados a la
detección y corrección de mensajes que distorsionan
la realidad de la Lucha Contra el Narcotráfico".
En esto la situación es muy clara: "Reclamamos nuestros
derechos de oyentes, lectores y televidentes, para recibir una
información preparada y presentada de manera responsable
y autocrítica... Las informaciones comprobadas como erróneas
o equivocadas necesitan ser rectificadas", y proponen para
ello la creación de mecanismos de verificación
de los medios, para que no sigan sucediendo atentados contra
la verdad y la ley...
Después de esto, este corresponsal
no le queda sino preguntarles, queridos lectores: ¿no
son valientes estas personas? Son, y además comienzan
a pelear de manera organizada junto a los campesinos cocaleros
del Chapare. No todo ha terminado con la muerte y la destrucción
en esta guerra impuesta por Washington, ahora las voces buscan
y crean su espacio para criticar y denunciar, para proponer...
Y mientras la sociedad civil da esta importante
batalla, Narco News les invita a conocer más de cerca
un peculiar sacerdote católico ...
Proximamente,
Part II:
La Entrevista Narco
News
con Padre Gregorio Iriarte
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