The Narco News Bulletin |
August 16, 2018 | Issue #63 |
narconews.com - Reporting on the Drug War and Democracy from Latin America |
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Ya no puedo ver más reportajes televisivos sobre Haití. Simplemente quiero hacer algo para ayudar. Creo que he encontrado la mejor forma para hacerlo.
En 2003, conocí a Reed Lindsay en México en la Escuela de Periodismo Auténtico de Narco News. En ese momento, él era un periodista independiente trabajando en Argentina, un estudiante de la escuela de periodismo. Yo era profesor, pero sentí que Reed sabía mucho más que yo sobre periodismo.
A partir de entonces, he visto desde la distancia como Reed se ha movido alrededor del planeta. Lo he visto mirar, escuchar y escribir. Pero sobre todo he observado su deseo de estar con las personas cuyas historias puede ser capaz de contar a los lectores anglófonos.
Reed había pensado en mudarse a Venezuela y me dijo que quería vivir en un barrio y no en un departamento como la mayoría de los periodistas, alejados de la realidad de la gente ordinaria. El me pidió un consejo.
Le dije a Reed que debería considerar mudarse a Brasil. El hablaba el español; y aprender el portugués le abriría las puertas de todo el continente para su reportaje futuro. Lo pensó durante un viaje a los Estados Unidos.
Cuando Reed volvió a Venezuela, compartió su decisión conmigo; se iría a Haití. Eso fue en 2004. Había estado ahí poco tiempo antes de que el presidente, Jean-Bertrande Aristide, fuera forzado a salir del país por los Estados Unidos. Haití era una confusión. El dijo que pensaba que la verdad no estaba saliendo de Haití. Al día siguiente fue a una agencia de viajes local y compró un boleto de avión.
Reed me trajo un libro como regalo. Le pedí que lo firmara, y mientras no le decía nada me preguntaba si lo volvería a ver con vida.
Pero Reed sobrevivió y la siguiente vez que lo vi en Venezuela le pregunte si había aprendido francés. Me dijo que la gente hablaba creole en Haití. Que eso estaba aprendiendo. ¡Creole! En el mundo hay cerca de 178, 000, 000 que hablan portugués. Reed estaba aprendiendo el creole haitiano hablado por cerca de 8 millones de personas, un punto en la población mundial.
Pero ese punto parecía llenar el corazón de Reed. Pronto no solo estaba reportando desde Haití, sino que el y sus amigos haitianos habían iniciado una escuela para niños que no pueden entrar a otras escuelas. Luego pudo conseguir que familiares y amigos comenzaran a juntar dinero para que pudiera llevar comida a los niños. Sus madres se convirtieron en las cocineras de la escuela.
Con la ayuda de amigos en los EEUU, fundó una organización no lucrativa conocida como la Fundación Honor y Respeto. (El nombre estaba inspirado en la tradición haitiana de que cuando alguien visita la casa de otra persona el visitante dice "Honor", recibiendo la respuesta "Respeto".)
Reed ahora está trabajando en Washington D.C., como jefe de la oficina de TeleSur en ese lugar. Pero esta semana regresó a Haití y a su viejo barrio, no solo para reportar lo que veía, sino para trabajar con las personas en los esfuerzos de sobrevivencia.
El día de ayer recibí un correo de la Fundación Honor y Respeto, e inmediatamente envié una donación. Ellos no tienen gastos indirectos; se que el dinero irá directamente a ayduar a las personas en Haití. Con eso me siento un poco menos frustrado el día de hoy. Siento que estoy haciendo algo para ayudar. Los haitianos son mis hermanos y hermanas. No, mejor aún, ellos son yo. Como Carl Sandburg escribió en el prólogo de "The Family of Man":
"Solo hay un hombre en el mundo y su nombre son Todos los Hombres. Solo hay una mujer en el mundo y su nombre es Todas las Mujeres. Solo hay un niño en el mundo y su nombre es Todos los Niños."
Si usted siente algo como lo que yo siento el día de hoy, por favor vaya directamente al sitio de internet de la Fundación Honor y Respeto http://www.hrfhaiti.org para más información.