The Narco News Bulletin |
August 16, 2018 | Issue #60 |
narconews.com - Reporting on the Drug War and Democracy from Latin America |
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TEGUCIGALPA, HONDURAS, 2 DE OCTUBRE DE 2009: Luego de más de 3 meses de nomadismo convocando a líderes de todo el continente americano, el Presidente de Honduras, Mel Zelaya, reapareció en Honduras la semana pasada, con el objetivo declarado de entablar diálogo con el gobierno golpista, a fin de resolver la crisis política nacional. El presidente golpista, Roberto Micheletti, ha demostrado una falta de interés en un diálogo que se lleve a cabo fuera de los tribunales, pero continúa lamentando lo que observa como un rechazo internacional a escuchar su lado de la historia. Algunos obstáculos adicionales tuvieron lugar en la edición del noticiero matutino *Frente a Frente *del Canal 5, el 30 de septiembre, cuyo título del programa fue desvirtuado por el hecho de que el arzobispo auxiliar de Tegucigalpa, Juan José Pineda, era el único que hablaba.
Monseñor Pineda, actual pionero para el diálogo en Honduras y sostén de las relaciones verbales con los gobiernos tanto legítimos como ilegítimos, expresó su satisfacción en torno a las perspectivas de crecimiento para el diálogo nacional, el cual explicó mediante la imágen de círculos concéntricos que emanan de la caída de una piedra al agua. Según Pineda, quién más tarde dio a entender que el era el que había soltado la piedra, la expansión de los círculos concéntricos resultaban en la apertura de cada vez más puertas para el diálogo; la evidencia del éxito de la cantidad de metáforas que el Monseñor utilizó, fue que ahora recibía mensajes de texto, correos electrónicos, cartas y llamadas telefónicas de hondureños ansiosos de contribuir con sus ideas para el proceso de diálogo, que hasta ahora parece centrarse en torno a las comunicaciones de Pineda con individuos hondureños.
Pineda destacó que un requisito previo clave para la apertura de las puertas, fue el dejar de utilizar etiquetas como la de "golpista"-asignada a el por la resistencia al golpe-y "malos hondureños", asignada a los miembros de la resitencia por los golpistas. Reconociendo que los que portan la segunda etiqueta no pueden ser excluidos del diálogo. El Monseñor ofreció un análisis optimista de que "todos somos hermanos" y "tenemos tanto en común." El presentador de Frente a Frente, Renato Álvarez, destacó que el general golpista Romeo Vásquez Velásquez, también había expresado optimismo ante la inminente solución de la crisis política, aunque Vásquez parece estar menos opuesto a su exclusiva naturaleza.
El entusiasmo del general se había dado a notar en el títular de La Tribuna del 30 de septiembre, que correspondía a un artículo de la página 64, en la que Vásquez declara que en la actualidad Honduras requiere de ciertos "cambios que resultarán en que algunas personas ganen y otras pierdan." La dicotomía militar del ganador-perdedor es luego perfeccionada para que se componga de un ganador, un perdedor y un "neutral", éste último ocupado evidentemente por las Fuerzas Armadas, las que Vásquez jura no tener enemigos. Esta afirmación es apoyada por una fotografía de las tropas hondureñas fuera de la embajada brasileña, cuyo pie de foto consiste en una afirmación de Vásquez de que la presencia de las tropas se basa en la necesidad de brindar seguridad a los ocupantes del edificio.
La insistencia de Vásquez en la victoria es desafiada por el protagonista del artículo de la siguiente página de La Tribuna, el Embajador de los Estados Unidos en Hondruas, Hugo Llorens, quién anuncia que el Acuerdo de San José mediado por el Presidente de Costa Rica, Oscar Arias, asegurará que en Honduras no habrá perdedores. Afirmando que la cuestión de la cuarta urna-que sería instalada en las elecciones generales de noviembre para registrar los deseos de los ciudadanos de una Asamblea Constituyente y que está prohibida por los Acuerdos de San José-es cosa del pasado, Llorens se regocija sobre la posibilidad de resolver el problema hondureño de una vez por todas, asegurando un futuro mejor para la población. Sin embargo, el embajador no explica como es que los sectores de la población que aspiraban a instalar una cuarta urna, no son los perdedores, o el como un acuerdo al que los Estados Unidos designaron a escribir al presidente de Costa Rica, le permite argumentar a favor de una solución hondureña a un problema hondureño.
Cambiando la página de La Tribuna, se encuentra un análisis adicional por parte de un funcionario estadounidenste, Phillip J. Crowley, Secretario de Estado Adjunto para Asuntos Públicos, quién anuncia que es tiempo de que el régimen de facto dialogue con Zelaya. El artículo incluye una cita de Crowley en la que categoriza como consecuente la sugerencia del Embajador alterno de los Estados Unidos ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), Lewis Amselem-que calificó como tonta e irresponsable la vuelta de Zelaya a Honduras-con la postura de los Estados Unidos. La cita sobre lo consecuente es tomada de la conferencia de prensa de Crowley del 28 de septiembre en Washington, que incluye el siguiente intercambio:
PREGUNTA: El representante de los Estados Unidos ante la OEA dijo hoy que el regreso de Zelaya a Honduras había sido irresponsable. ¿Puede hablar sobre esto?SR. CROWLEY: Recuerdo que la semana pasada, el Presidente Arias dijo, bueno, ustedes saben, ha vuelto. Quiero decir-y esa es nuestra posición. Está ahí.
Sobre las personas que *no *están ahí, Crowley opina, con respecto a la delegación de la OEA que fue rechazada en el aeropuerto de Tegucigalpa: "es hora de que el régimen de facto ponga la pala en el suelo. Con cada acción, siguen haciendo un agujero más profundo." La insistencia perenne de Llorens en la claridad y en la inmutabilidad de la posición de los Estados Unidos en Honduras es, puesta en entredicho en el desenvolvimiento de la rueda de prensa del 29 de septiembre:
PREGUNTA: Quisiera regresar a las declaraciones del embajador ante la OEA sobre Honduras ayer. El dijo que el regreso de Zelaya había sido irresponsable y tonto. Pareciera qu esta declaración ha generado algunas dudas, especialmente porque Zelaya se encuentra aún bajo sitio dentro de la embajada.SR. CROWLEY: ¿Quien dijo eso? Perdón
PREGUNTA: ¿Perdón?
SR. CROWLEY: ¿Quien hizo esa declaración ayer?
PREGUNTA: Su - digo, su embajador ante la OEA.
SR. CROWLEY: Claro. Lew Amselem.
PREGUNTA: Lewis Amselem.
SR. CROWLEY: Mm-hmm.
PREGUNTA: ¿Asi que hay algún comentario? ¿Hay algún cambio en la política de los Estados Unidos con respecto a este tema?
SR. CROWLEY: No, en absoluto. No, en absoluto. Hemos dicho durante todo este proceso que todas las partes deben actuar constructivamente, evitar las declaraciones provocativas o acciones que precipiten la violencia e inhiban la solución a esta situación. Y creo que nuestro representante se limitó a decir, con respecto a las declaraciones que hicieron el Presidente Zelaya y sus simpatizantes, en que deben actuar de forma más constructiva y positiva.
Crowley continua reiterando el apoyo de los Estados Unidos hacia el diálogo, y sobre la esperanza de que la próxima delegación de la OEA pueda lograr entrar a Honduras, mientras su audiencia continua recordandole que Zelaya no es el que tiene la pala y que el Monseñor Pineda no amplia su lista de interlocutores al animar al secretario adjunto a que entable un diálogo consigo mismo. En cuanto a otros temas tratados por la rueda de prensa, Crowley plantea con respecto a las ambiciones nucleares de Irán, que "si tiene un programa pacífico, no hay nada que ocultar", un lema que podría aplicarse también a la política de Micheletti de declarar intenciones pacíficas pero cerrando medios de comunicación.
La recurrente centralidad de la OEA para el diálogo hondureño, fue confirmado en la reunión del 15 de agosto en la Embajada de los Estados Unidos en Tegucigalpa, entre el Embajador Llorens y una delegación de derechos humanos de los E.E.U.U., cuando Llorens había anunciado el arribo de un grupo distinto de la OEA para resolver el problema hondureño. Sin embargo, un comentario fugaz de Llorens, concerniente al fracaso de la clase política hondureña para gobernar satisfactoriamente y el despertar del deseo popular para la justicia social que ocurrió como resultado del golpe, sugirió que quizá no estaba tan comprometido, como decía, con la capacidad de las instituciones internacionales y los acuerdos para atenuar los conflictos internos. Monseñor Pineda verificó, en la edición del 30 de septiembre de Frente a Frente, que el problema real en Honduras era la "injusticia social" y se comprometió a continuar publicitando esta realidad, independientemente de si dicha publicidad se encontraba con llamadas de indignación de que los sacerdotes regresaran a las sacristías donde pertenecían.
Resultó que, incluso la injusticia social se puede tratar mediante el diálogo, y Pineda subrayó una y otra vez, la importancia de la creación de mesas de diálogo por todo el país; en cuanto a la mesa existente en Costa Rica, abogó por inyectarle al Acuerdo de San José, una visión del futuro, cambiándole el nombre a San José II. El presentador de Frente a Frente, agregó a Panamá I como una opción, durante los breves intervalos en los que Pineda no listaba a las entidades con las que los hondureños podrían entablar diálogo, tales como: maestros antigolpistas y Dios. El presentador posiblemente se encogió cuando Pineda sugirió que había material suficiente para mas encuentros en la televisión.
Guillermo, un miembro de la resistencia que llegó a Tegucigalpa del departamento de Olancho, expresó su apreciación por la admisión de Pineda de que los miembros de la resistencia también califican como hondureños, pero objetó su anunció de que la Iglesia Católica no estaba más que del lado de los "hondureños", a pesar de que el Cardenal Oscar Andrés Rodríguez dijo que se identificaba con el golpe. En cuanto a la convocatoria de Pineda para la proliferación nacional de mesas de diálogo, Guillermo afirmó que había experimentado su propia mesa improvisada en un bloqueo carretero de la entrada de la capital, donde un militar había solicitado un diálogo debido a la estampa que traía en la defensa del auto que decía: "No al Golpe". Al final, el intercambio había consisitido en la insistencia unilateral de que el golpe había sido de hecho una sucesión presidencial, siendo el diálogo unilateral una consecuencia de la suspensión a la libertad de expresión.