The Narco News Bulletin |
August 16, 2018 | Issue #43 |
narconews.com - Reporting on the Drug War and Democracy from Latin America |
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Un silencio cargado de tensión lo envuelve todo; la ciudad ha enmudecido como si la hubieran hechizado. Ni una sola voz, ningún sonido llega de ninguna parte.
Ya deben estar aquí. Alguien acaba de avisar en el Centro Histórico que vienen en un avión Hércules y en catorce camiones. Hay dudas que acaban cuando la radio rebelde lanza la voz de alerta: "¡Compañeroooos!, esta es la hora. Hay que reforzar las barricadas. Hay que defender nuestra calle, nuestra colonia, a nuestra familia, a nuestros niños... Hay que impedir otra vez que el gobierno fascista de Vicente Fox y el de URO (Ulises Ruíz Ortiz) nos repriman".
Un montón de bombas molotov aparecen, al instante, en el cajero del HSBC instalado frente la sede de la sección 22 del SNTE. Cerca de 100 maestros se cuadran en las esquinas de la calle vecina aguardando lo peor. Por la radio, el cada vez más exaltado locutor sigue dando "informaciones". Dice: "Compañeros, tenemos el reporte de que los policías ya vienen por Miahuatlán...".
Unas normalistas encargadas de brindar atención médica a los heridos en combate ya sienten cerca algo largamente anunciado y a leguas se ve que lo esperan con mucho miedo. Los de la comisión de seguridad del edificio magisterial hablan y hablan por unos transmisores de radio y un teléfono celular.
La quietud de la madrugada se ha ido y no volverá ni siquiera cuando, media hora después, los maestros rebeldes reciban la contundente confirmación de que la presencia de los agentes de la Policía Federal Preventiva en la ciudad era tan sólo una falsa alarma. El simulacro de autodefensa ya estaba hecho.
Nadie sabe a ciencia cierta cuál fue la primera barricada que se instaló en la ciudad, ni quién ordenó directamente que fuera instalada, o si la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca lo había planeado con antelación.
Lo que casi todos sí recuerdan es que un grupo de pistoleros, quienes después fueron identificados como policías ministeriales, recorrió una noche las calles de la ciudad en un convoy de 30 vehículos y que durante su paseo mataron a Lorenzo San Pablo Cervantes, uno de los opositores que resguardaban las instalaciones de la tomada estación de radio "La Ley".
La noche siguiente, la gente comenzó a levantar barricadas en las calles de sus colonias. Se preparaban así para una inminente orden de sitiar la ciudad enviada desde la Ciudad de México, o por lo menos, como se dice acá: para una nueva "Caravana de la Muerte".
Esa primera noche de barricadas en la ciudad fue la del 25 de agosto pasado. En aquellas horas algunas mujeres -en su mayoría maestras o esposas de maestros- hacían acopio de alimentos en los parapetos de autodefensa, mientras que brigadas de estudiantes de la Universidad Autónoma Benito Juárez tapizaban las paredes con un graffiti que decía: "Oaxaca no es Atenco".
Los líderes del magisterio y de la APPO sesionaban a puertas cerradas y corría el rumor de que la PFP estaba por entrar, pero no pasó nada, aunque los días y las noches siguientes, el rumor continuó. Mejor dicho, continúa.
Me aseguraba entre broma y en serio que no tenía nada; nada, en el sentido literal de la palabra. Hablábamos de la pobreza, de los pobres de Oaxaca en especial y me contestó con una pregunta a la que yo le había hecho sobre qué por qué venía noche tras noche a la barricada de la calle Independencia: "¿Sabe usted, cuánto significa el dinero en un estado pobre? El dinero en un estado pobre como Oaxaca y en un estado rico como Nuevo León son cosas muy distintas"
"En el rico el dinero es un valor con el que puede usted comprar determinados productos en el mercado. Usted es simplemente un comprador, incluso es un millonario. Podrá adquirir más cosas pero no por eso deja de ser un comprador y nada más. En cambio en un estado pobre el dinero es algo maravilloso con lo cual puede usted ser parte de cualquier cosa".
Era un maestro jubilado del Istmo de Tehuantepec al que no volví a ver en la barricada donde habíamos charlado. Según me dijeron, una noche de éstas abandonó su guardia para regresar a Salina Cruz porque había recibido la noticia de que el que supongo era su único patrimonio en la vida - su hija y su nieta - habían muerto en un accidente vial.
Dicen los dirigentes del movimiento opositor que hay 2 mil barricadas en la ciudad. Pero ¿qué es una barricada? El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española lo define así: " Especie de parapeto que se hace, ya con barricas, ya con carruajes volcados, tablas, palos, piedras del pavimento, etc., usado para estorbar el paso al enemigo, más frecuentemente en las revueltas populares que en el arte militar".
Aquí en Oaxaca la definición de las barricadas se altera un poco dependiendo la zona visitada. Si por ejemplo se quiere hablar de una barricada del Centro Histórico hay que decir que éstas están hechas con bancas de plazas públicas, o con rocas enormes que quién sabe cómo llegaron acá, o con pedazos de un destartalado auto oficial incendiado.
En cambio, si se quiere hablar de las barricadas del Cerro de la Fortín como la que pone la señora Minerva G. frente a su tienda de abarrotes, se tendría que decir que las barricadas están hechas con escombro de algunas edificaciones a medio terminar pero sobre todo con una infinidad de clavos que pequeños y todo, son letales para frenar el avance de cualquier "Caravana de la muerte" que se anime a recorrer estas sinuosas calles.
Así, cada colonia o calle de la ciudad que decide sumarse a la APPO forma su barricada según sus propios modos y por eso ya hay algunas que de plano son muros infranqueables, mientras que otras apenas son apenas un débil reparo frente a cualquier convoy agresor.