The Narco News Bulletin

August 16, 2018 | Issue #34  
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La "Encuesta de Salida" de Penn & Schoen, Inexacta y Deshonesta en el caso de Chávez

Una maniobra del grupo estadounidense de consultores políticos violó la ley y los códigos de ética profesional de Venezuela

Por Al Giordano
Especial para The Narco News Bulletin

19 de agosto 2004
Este artículo aparece en el Internet en http://www.narconews.com/Issue/articulo1046.html

CARACAS, VENEZUELA Y ALGUN LUGAR EN AMÉRICA: La firma británica de consultores políticos con base en Estados Unidos que lleva los nombres de los encuestadores Mark Penn, Doug Schoen y Michael Berland, cometió un crimen condenado por las leyes electorales venezolanas el pasado domingo: Violó la ley que prohíbe que se emita información de "encuestas de salida" antes del cierre de las casillas de votación.

En el propio comunicado de prensa de la empresa, Penn, Schoen & Berland admitieron que sabían que la supuesta información de la "encuesta de salida" se daba a conocer mientras aún estaba abierta la votación:

Nueva York, 15 de agosto de 2004, 7:30pm EST - Según funcionarios venezolanos, la votación finalizará a las 8:00 pm EST, y los resultados de las encuestas de salida realizadas por Penn, Schoen & Berland Associates, una firma de encuestas independiente con base en Nueva York, la victoria mayoritaria la pertenece al movimiento del 'Sì', con lo que Chávez saldría vencido del referéndum presidencial.

El enfoque descuidado y malicioso que Penn, Schoen & Berland mostraron con respecto al referendo venezolano que decidiría la permanencia del Presidente Hugo Chávez en el poder fue evidente en el momento en que la empresa emitió su comunicado de prensa: El horario de votación se había extendido otras dos horas y media, hasta las 10 de la noche. (después se extendería hasta pasada la media noche) para que los millones de venezolanos que aún estaban haciendo fila frente a las casillas pudieran emitir su voto.

Así, la encuestadora gringo-británica jugó constantemente con los datos, y con la ley, de formas que nunca se hubiera permitido en Estados Unidos en un día de elecciones. La justicia demanda que no se salga con la suya tras esta muestra de comportamiento tan falto de ética. Resumiendo: si los encuestadores y Penn, Schoen & Berland sabían que se había extendido el plazo para presentarse a votar en las casillas para el momento en que sacaron su encuesta, entonces su intención claramente era engañar a la gente. En cambio, si no sabían que los medios de comunicación de Venezuela ya habían anunciado la extensión, esto indicaría un alto nivel de desprecio por la verdad, además de incompetencia como encuestadores, así como desidia al momento de seguir las cifras de la votación, y por lo tanto, esto dañaría seriamente la credibilidad de dicha firma para trabajar en las elecciones en Latinoamérica, o en cualquier otro lugar, para siempre.

Pero, querido lector, las cosas se ponen peor: Ahora resulta que la "encuesta de salida" de Penn, Schoen & Berland estaba equivocada... no sólo un poco equivocada, sino de forma radical. Y además de ser muy, muy inexacta, la empresa engañó a la gente con respecto a la forma en que llevó a cabo esta encuesta, donde ignoró la metodología básica de cualquier encuesta seria: ¡la "encuesta de salida" resultó tener un 36% de error! La cifra de votos que Penn, Schoen & Berland dieron al "Sí", al voto antiChávez, estaba equivocada por 18%, y la cifra dada al voto por el "No", también tuvo un error de 18%... y esta empresa ahora tendrá que enfrentar las consecuencias de su propio engaño: un "margen de error de 36%" simplemente no entra dentro del mundo de las encuestas profesionales.

Ahora, según información de la agencia de noticias Associated Press, la encuesta no la llevaron a cabo empleados de la empresa, como declara falsamente el comunicado de prensa, sino, más bien, un grupo con intereses partidistas que recibe dinero del gobierno estadounidense, y que realiza activismo en contra de Chávez, Súmate, y que, aparentemente, le pagó a Penn, Schoen & Berland, para utilizar su nombre con la finalidad de otorgar credibilidad a sus resultados, que pecan de incompetentes y/o deshonestos. El hecho de haber dado a conocer estos resultados a destiempo evidentemente era una maniobra para desacreditar intencionalmente los resultados reales y poner en duda el resultado final del referéndum democrático, que ha sido el más limpio, justo y concurrido en la historia de Latinoamérica.

Aún así, el comunicado de prensa que anunció los "resultados" falsos, no surgió de la sede del Súmate en Caracas... sino de las oficinas en Washington de Penn, Schoen & Berland. Casi cinco horas antes del cierre de la votación, Penn, Schoen & Berland declaró "Chávez ha sido derrotado en el referéndum".

A continuación, el resto del comunicado de prensa:

La encuesta de salida de Penn, Schoen & Berland Associates muestra 59% en favor de retirar a Chávez del poder (el voto anti-Chávez, "Sí") y 41% contra retirar al Chávez (el voto a favor de Chávez, "No").

Los resultados de las encuestas que se muestran en este comunicado se basan en una encuesta que acaba de concluir en Venezuela.

Esta es una encuesta de salida nacional que se realizó en 267 centros de votación en todo el país. Los centros fueron seleccionados de forma que representaran de forma amplia al electorado nacional en términos regionales y demográficos.

En estos centros se entrevistó a 20 mil l382 votantes. Se seleccionó a los votantes al azar, pero de acuerdo a un estricto patrón demográfico, tomando en cuenta edades y sexos, para asegurar una mezcla que resultara representativa y que reflejara al electorado nacional. A los votantes que fueron seleccionado de forma aleatoria para participar en esta encuesta de salida se les pidió que indicaran únicamente cuál había sido su voto (SI o NO) en una pequeña boleta que podían introducir personalmente en un sobre grande para mantener su voto e identidad en secreto. Los encuestadores enviaron la información a las instalaciones centrales en Caracas, Venezuela, para procesarla y verificarla.

El margen de error de las encuestas finales de salida a que se hace referencia este comunicado es menor a +/-1%.

Básicamente, Penn, Schoen & Berland le dio a un grupo activista, ebrio por su lealtad partidista, las llaves del auto familiar, y luego dijo que podría haber un margen de error de 1% en una encuesta que se apartó 36% de todo indicio de honestidad y exactitud.

Esta no es la primera vez que se descubre a Penn, Schoen & Berland violando las normas de la ética y de las encuestas profesionales políticas en Latinoamérica.

México 2000: Penn & Schoen, Delincuentes electorales


Rob Allyn y Marcela Berland en una rueda de prensa en la ciudad de México, el junio de 2000
Foto: El Universal
En junio de 2000, al acercarse las elecciones presidenciales de México, el 2 de Julio, The Political Hotline en Washington DC, reportó:

"En México, los encuestadores Penn & Schoen (D) y Rob Allyn® han lanzado un proyecto llamado "Democracy Watch" con el objetivo de llevar a cabo "la encuesta de salida más grande que se ha realizado" en un día de elecciones para asegurar " que el proceso se encuentre libre de fraudes y la transición exitosa de México hacia una democracia real". Después de llevar a cabo al menos 10 mil entrevistas, planean anunciar sus resultados al momento del cierre de las casillas, a las 8:00 p.m., del domingo, tres horas antes de las encuestas de salida oficiales que realiza el Instituto Federal Electoral (IFE). Ninguna de estas acciones parece importuna, especialmente en un país que cuenta con una larga historia de fraudes electorales. Sin embargo, Penn, Schoen y Allyn han levantado serios cuestionamientos acerca de sus verdaderas intenciones al rehusarse a declarar quién está proporcionando los fondos para el proyecto. Y al hacerlo, se han negado a responder la petición directa del IFE de que revelen dicha información y que se registren como encuestadores acreditados.

"El diario independiente El Universal dijo que los mexicanos tienen derecho a saber si "Democracy Watch" es una forma de manipulación extranjera que trata de intervenir en la ya de por sí delicada política del país, en el día más delicado, o si dichos encuestadores están recibiendo dinero por parte de alguno de los patrocinadores de las campañas. NarcoNews.com ha expresado la misma preocupación en inglés. La Asociación Estadounidense de Investigación de la Opinión Pública, una asociación de encuestadores profesionales, establece en sus "Normas de Información Mínimas" que un encuestador debe informar "quién proporcionó los fondos para la encuesta y quién la llevó a cabo". Ahora, los críticos han comenzado a preguntarse, si Penn & Schoen y Allyn no trabajarían de esta manera en Estados Unidos, ¿porqué sería aceptable hacerlo en México?"

En México, en el 2000, Penn & Schoen violaron las leyes mexicanas, rehusándose a informar quién les pagó para hacer la "encuesta de salida" el día de las elecciones: Más tarde, Rob Allyn, partidario Republicano y el socio consultor de la empresa (que supuestamente tiene orientación Demócrata), admitió ante el Dallas Morning News que el cliente secreto tras este proyecto era el equipo de campaña del entonces candidato -y ahora presidente de México-Vicente Fox.

En Venezuela en el 2004, la empresa ahora conocida como Penn, Schoen & Berland violó la ley venezolana al hacer pública una supuesta "encuesta de salida" incluso antes de que se hubieran cerrado las votaciones. Y en ambos casos - tanto en México en 2000, como en Venezuela en 2004-los encuestadores violaron el código de ética de toda la industria de las encuestas... En 2000, se rehusaron a informar quién les había pagado... en 2004 no informaron que dejaron que un grupo activista, a quien le alquilaron el nombre de la empresa, llevara a cabo la encuesta.

Puede leer más acerca de las violaciones que cometieron Penn & Schoen a la ley mexicana y a los estándares de ética en este editorial del 20 de junio del 2000 que se publicó en el periódico más grande de México, y en este intercambio de correos electrónicos de junio de 2000 entre Narco News y el socio de Penn & Schoen en el caso de México, Rob Allyn. Finalmente, puede comprobar cómo Penn & Schoen violaron el código de ética de la Asociación estadounidense de Investigación de Opinión Pública (AAPOR) en su trabajo engañoso en México.

El código de ética de la AAPOR revela que, una vez más, Penn, Schoen & Berland violaron ese código en un país latinoamericano. En el 2000, en violación a dicho código profesional, la empresa se rehusó a revelar quién había patrocinado su labor. En 2004, las violaciones son aún más serias.

Por ejemplo, dicho código establece que:

La Buena práctica profesional impone la obligación a todos los investigadores de la opinión pública de que incluyahn, en todos sus reportes de investigación, o que pongan al alcance del público, cierta información esencial acerca de la forma en que se llevó a cabo dicha investigación. Como mínimo se deberá informar de los siguientes puntos:

1. Quién patrocinó la encuesta, y quién la llevó a cabo.

Aún así, en el comunicado de prensa de Penn, Schoen & Berland del domingo anterior, no hubo ninguna información que indicara el hecho de que la "investigación" la llevaron a cabo miembros de un grupo activista contrario a Chávez: en vez de ello, los encuestadores aseguraron que "los resultados de las encuestas de salida realizadas por Penn, Schoen & Berland Associates, una firma de encuestas independiente con base en Nueva York, la victoria mayoritaria le pertenece al movimiento del 'Sì', con lo que Chávez saldría vencido del referéndum presidencial.

Una vez más, Penn, Schoen & Berland jugaron a su antojo con la verdad -y con el propio código de ética de su industria-al actuar dentro de un sistema democrático en Latinoamérica. Esto va más allá de la falta de profesionalismo y de la incompetencia: moralmente es un acto reprensible. Y quienquiera que aún declare creer que la "encuesta de salida" de Penn, Schoen & Berland y sus clientes activistas revela algo más que el hecho de que Penn, Schoen & Berland están más que dispuestos a prestar su nombre para usos deshonestos y turbios, demuestra igualmente su falta de ética, o una franca estupidez.



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