The Narco News Bulletin |
August 16, 2018 | Issue #31 |
narconews.com - Reporting on the Drug War and Democracy from Latin America |
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SEPTIEMBRE 7, 2003; CANCÚN, QUINTANA ROO, MÉXICO: Dos días antes de que comiencen oficialmente las protestas, fui bienvenido a Cancún por una especie de represión turísitica. De hecho el aeropuerto estaba libre de cualquier hippie o anarquista negro peligroso, y la presencia de la policía era mínima. La regular cadena de turistas a la expectiva, asiosos por alcanzar sus habitaciones con aire acondicionado, corría como siempre.
En el vehículo del hotel en el aeropuerto, el inicio de la historieta del hotel parecía bastante normal: cuerpos bronceados escasamente cubiertos preguntando acerca de sus hoteles, cada uno más grande y chillón que los demás. El paraíso de playa conocido en el mundo entero estaba casi intacto... aguas turquesa, sol brillante, un agradable brisa. Era casi imposible notar las naves de guerra de la marina apostadas no muy lejos de la costa. Y si no supieras de la zona sin vuelos, podrías pensar que se trataba simplemente de un cielo relajado de la tarde. Pero mientras nos acercábamos a la ciudad, era imposible ignorar la fila de camiones militares. Entre ellos podías notar pedazos de algunos anuncios agradeciendo a Telmex por ser el proveedor de comunicaciones para la conferencia de la OMC y dando la bienvenida a la hermosa Cancún.
El conductor-guía de turismo señaló a los muy entusiastas hombres de blanco, pretendiendo limpiar las calles, explicando que era polícias trabajando clandestinos. Cuadra tras cuadra, explicó a los turistas camino de sus vacaciones de playa que en el alumbrado público se encuentras cámaras de video ocultas. Explicó que los globalifóbicos están "duermiendo en toda la ciudad, en campamentos, pero que la mayoría todavía no llega, sigue en Italia". Pero dijo que toda la policía había llegado, virtualmente, de cada estado de México. Mientras dejábamos la primera parada, en un edificio manchado por la humedad señaló los cuarteles de la policía por esta semana.
Pero la verdadera seguridad comenzó cuando nos acercamos al Camino Real y al Hilton, donde la Organización Mundial de Comercio (OMC) tomará sus decisiones. Las patrullas militares y policiales fueron remplazadas por patrullas de hombres de traje y corbata. Las vallas metálicas temporales, algunas ya levantadas, estaban la mayoría apiladas en el suelo. El chofer dijo simplemente: "Muchísima policía". Y en el punto de Cancún en que el sector hotelero se encuentra con la calle que va al centro de la ciudad, no había nada que pudiera él decir. Los turistas bebían y holgazaneaban afuera de Planet Hollywood, protegidos por un circuito de tres anillos de sobrevivencia y seguridad.
Pero de regreso a las oficinas en la capital, y en todo el camino hacia Washington DC, los funcionarios del gobierno mexicano estaban tomando precauciones inclusive más rígidas. La Secretaría de Relaciones Exteriores, dirigida por Luis Ernesto Derbez, quien visitó ayer Washington, negó visas para entrar a México a los líderes campesinos de Bolivia, Bangladesh, Nicaragua, Cuba, Tailandia, India y Haití. Queriendo que sus voces sean escuchadas en políticas de comercio agrícola que la OMC inciará, grupos campesinos de toda América Latina han tenido grandes dificultades para llenar los requerimientos de visa para llegar a Cancún y elevar sus preocupaciones. Pero a 38 líderes, incluyendo a Evo Morales, el candidato indígena que terminó segundo en la pasada elección presidencial en Bolivia, les fue negada la entrada a México.
Parece que México está preocupado por los terroristas causando problemas en Cancún. Sería interesante ver a los supuestos "terroristas" yendo a juicio en frente de un juez de veras independiente. En una esquina, tenemos a Evo Morales, el finalista en la elección presidencial en Bolivia del año pasado, cuya mayor falta alegada ha sido ser "autor intelecutal de la violencia". Evo ha llamado frecuentemente a bloqueos de caminos en su nativa Bolivia. Enfrentados con gas lacrimógeno, helicópteros y armas, sus seguidores armados con piedras se han visto envueltos en sangrientas confrontaciones con la policía. Hombres de negocios lo han demandado por pérdidas debidas a los bloqueos. En la otra esquina, tenemos a una organización de hombres muy bien pagados que por años han argumentado que los derechos de propiedad intelectual de las compañías farmacéuticas son más importantes que proveer de drogas genéricas baratas a millones de brasileños y africanos que se mueren de SIDA. Los negocios perdidos -a causa de sus políticas desiguales de comercio- tienen cientos de millones de campesinos peleando para alimentarse. Es verdad que durante la próxima semana veremos imágenes de manifestantes envueltos en confrontaciones físicas con las autoridades legales. Pero en el Camino Real, mientras los economistas firman "mejorados" tratados de comercio, lo que no veremos será imágenes de millones de personas muriendo de hambre y enfermedades curables mientras esperan por un comercio equilibrado y humano. Tal vez un día Evo Morales pueda rehusar visa a los funcionarios de la OMC para que entren a su país.