Oaxaca inicia un gobierno alternativo

La asamblea popular reclama el palacio de gobierno para la gente

Por Nancy Davies
Comentario desde Oaxaca

9 de julio 2006

La Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO) se declaró a sí misma como el cuerpo de gobierno de Oaxaca en la mañana del 5 de julio.

Durante la marcha de estudiantes en que participaron miles de personas, la Asamblea Popular convocó a representantes de las regiones estatales y municipales de Oaxaca, sindicatos, organizaciones no gubernamentales, cooperativas, y padres de familia. Se reunieron durante varias horas en el edificio de los maestros para decidir los próximos pasos de este movimiento social. Mientras, unos 2000 ciudadanos pulularon fuera, en el zócalo.

Foto: D.R. 2006 Nancy Davies

El gobernador Ulises Ruiz Ortíz convirtió, el año pasado, al ancla del colonial zócalo de Oaxaca, el bloque del Palacio de Gobierno, en en museo. Además, movió las oficinas gubernamentales a las afueras de la ciudad para desanimar las protestas que se quisieran hacer frente a ellas. Hoy, la APPO lo reabrió simbólicamente para dar inicio al gobierno del pueblo, ostentando algunas nuevas obras de arte para celebrarlo. (ver foto).

En frente del Palacio de Gobierno, la ratonera conformada por personas non gratas – prensa y trabajadores gubernamentales del PRI- fueron directa y rudamente expulsadas del edificio con agudos silbidos y gritos que decían “¡Fuera! ¡Fuera!”.

Las decisiones tomadas por la asamblea incluyen: el regreso a clases el lunes 10 de julio, con el fin de que los alumnos no pierdan su año escolar; dejar la organización de la acampada del zócalo en manos del gobierno alternativo; reforzar la lucha para expulsar a Ulises Ruiz Ortiz (URO) como gobernador; y boicotear la celebración de la Guelaguetza turística a favor de una celebración libre llevada acabo por la gente.

El kiosco central del zócalo, desde el cual fueron anunciadas las decisiones, fue adornado con banderas y banderines. Los maestros tienen una serie de toldos de plástico y tiendas, para protegerse del sol y la lluvia. Con el calor, el público atestó cualquier protección que pudo encontrar. Cuando el orador anunció desde el kiosco los nombres de los grupos de la marcha y representantes de la asamblea, la gente respondió a cada nombre gritando “¡Viva!”.

Aunque algunos refunfuñaron ante el hecho de que las clases se van a reanudar, Enrique Rueda Pacheco, secretario general de la sección 22 del Sindicado Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) afirmó en conferencia de prensa, que no hay fractura en la solidaridad de la lucha. Rueda habló de “recobrar el poder del pueblo para el pueblo”. La intención de la APPO es instalar una Asamblea General de Ciudadanos como principal autoridad de Oaxaca, preparando un plan de desarrollo municipal, estatal y nacional, “con honestidad y una ética de servicio”.

Rueda Pacheco indicó que los esfuerzos locales alrededor del estado serán esenciales para mantener ingobernable a Oaxaca, como medida de presión sobre URO. Hay un acuerdo general en que el ataque de URO a los maestros mientras dormían, el 14 de junio, ocasionó que la gente votara en contra del PRI tanto en las elecciones locales como presidenciales del 2 de julio. Su destitución continúa siendo el foco de unión de la lucha. Los últimos tres gobernadores (Carrasco, Murat, Ruiz) han violado repetidamente los derechos civiles de la población mediante acciones inconstitucionales, dejando un ardiente enojo entre el público en general. Ese enojo apareció tanto en millones de activistas participantes, como en el voto contra el PRI.

En estos momentos, con la rebelión en manos de la APPO, les corresponde a los abogados imaginar qué recursos legales son factibles para destituir a URO, como parte de las nuevas resposabilidades que implica la lucha de las organizaciones sociales y no gubernamentales .

El establecimiento del Gobierno Popular del Estado de Oaxaca es un intento de revitalizar y ampliar la histórica forma de gobierno familiar, propia de la gente deeste estado. Esta forma de gobierno forma parte de lo que se denomina como usos y costumbres y está reconocida como forma legítima de normativa propia en la constitución estatal de Oaxaca. Los usos y costumbres no reconocen partidos políticos: el sistema funciona por consenso, a diferencia de lo que sucede en este momento, cuando una persona elegida para la asamblea legislativa del estado debe pertenecer a un partido u otro.

El esfuerzo para mantener fuera a los partidos políticos del gobierno local ha conllevado décadas de conflicto, en las que el PRI ha tratado de establecer el poder local a través de caciques. Esto fomentó la dependencia de las dádivas gubernamentales y los conflictos por la tierra. Los usos y costumbres se deterioraron por el poder del dinero y por el hecho de que la población se hizo más móvil.

Mientras la gente se establecía en áreas más urbanas, el sistema de partidos políticos aplastó el sistema de usos y costumbres – los nuevos residentes no llevaron a cabo formas cívicas de gobierno locales. Por el contrario, en las grandes ciudades, los usos y costumbres desaparecieron. Esta politización rompió importantes nudos que unían a los miembros de una comunidad, como el servicio comunitario sin pago (tequio). Sin embargo, en todo el estado, una gran parte del trabajo público, en alrededor de 400 pequeñas comunidades, es realizado en tequio por la ciudadanía, llevando a cabo toda una variedad de tareas como construir carreteras, reparar de iglesias y apoyar las cosechas, así comoi compartir gastos de bodas, bautizos y funerales. El sistema de usos y costumbres ha sido la base del pensamiento político de izquierda.

De manera más significativa, la autoridad de una asamblea general compuesta por residentes de la ciudad es reconocida en los sectores donde los usos y costumbres se conservan: , campesinos autoridades municipales, el Consejo de Ancianos y todos los ciudadanos toman decisiones que afectan a la vida comunitaria; la asamblea es la ley, los jueces, el ejecutivo y legisladores, todo en uno.

Los partidos políticos no convocan a una asamblea general de la población para tomar decisiones en relación al desarrollo municipal. No hay un control del gasto del dinero público. Los partidos políticos, un grupo de poderes privados, actúan bajo su propia discreción, y toman decisiones que muchas veces suponen quitar recursos naturales a la ciudad para beneficiar a empresas privadas. El robo es común. La población ha permanecido largo tiempo en la ignorancia sobre lo que se ha hecho y dónde ha ido a parar el dinero, mientras que ciertas personas se han vuelto inexplicablemente ricas. Ese es el caso de la capital de Oaxaca.

(Como beneficio añadido de la actual lucha, los residentes de la ciudad se están uniendo para enfrentar al alcalde Jesús Ángel Ortega Arias, hasta ahora marioneta de Ulises que ha pasado desapercibido por el daño y la negligenciaque afecta a la ciudad. Fue elegido como candidato del PRI).

La nueva Asamblea Popular de Oaxaca aspira nada menos que a expandir la tradicional idea de asambleas generales de ciudadanos para formar un nuevo gobierno de estado. Estas asambleas, bajo los usos y costumbres, supervisan la ejecución de sus resoluciones por parte de las autoridades municipales. Esto quiere decir que “la rama ejecutiva” (las autoridades) está encargada de cumplir las tareas que la asamblea le confiere. El presidente municipal, la principal de las autoridades, manda (como expresa la consigna zapatista) obedeciendo.

Para la población de Oaxaca, la idea de gobernar por consenso permanece como parte de la herencia cultural común. Por tanto, una vez convocada la APPO, la gente modesta, que constituye el 80% de la población, la reconoció inmediatamente. Y la apoyan, a pesar de las obvias dificultades de reunir a las autoridades de todo el estado. Teniendo en cuenta que estas autoridades no reciben paga, el viaje a la capital no resulta fácil. Pero se estállevando a cabo.

La APPO también incluye a representantes de otros grupos, además de las autoridades municipales – delegados regionales, organizaciones sin ánimo de lucro, sindicatos, grupos sociales, etc.- y la estructura es aún fluida. Con todo, ya se ha tomado la difícil decisión de dejar que los maestros ltrabajen por dos semanas, con el fin de terminar el año escolar. La segunda decisión difícil fue la de mantener indefinidamente el campamento en el zócalo, y para ello, los ciudadanos deben seguir adelante sin los maestros, hasta que éstos regresen el 22 de julio.

Esta es una gran prueba para un incipiente movimiento – ahora mayor que un sindicato de maestros, con demandas que van más allá de las cocernientes a la educación -, una prueba que está teniendo lugar en un contexto de incertidumbre nacional.

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