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 English | Español August 15, 2018 | Issue #40


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Narco News Issue #39
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Voluntario de la Otra Campaña encarcelado por distribuir volantes en Santiago Xanica

El caso de nuestros compañeros Sergio Ramírez, César Ruiz y Leoncio Cruz en Oaxaca muestra al mundo que en México se vive todavía en dictadura


Por James Daria and Dul Santamaria
La Brigada “Ricardo Flores Magón” para Narco News

8 de febrero 2006

En conferencia de prensa llevada a cabo el 7 de febrero en el edificio de la sección 22 del sindicato de Maestros, miembros de la Comisión Coordinadora de Organizaciones Adherentes a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona denunciaron públicamente la violenta represión de dos activistas de Santiago Xanica, quienes estaban difundiendo información acerca de “la Otra”. Dicha represión forma parte de la vida cotidiana en Xanica debido a los conflictos políticos. A continuación los detalles de la represión a activistas involucrados con la Otra Campaña en Oaxaca.


César Luis Diaz frente a la cárcel de Ixcotel el miércoles 8 de febrero. “Nos golpearon y nos encarcelaron por el solo crimen de promover la Otra Campaña”.
Photo: D.R. 2006 John Gibler
Los pormenores del incidente fueron dados por Alejandro Cruz, miembro de Organizaciones Indias por los Derechos Humanos en Oaxaca (OIDHO) y de la Coordinadora Oaxaqueña Magonista Popular Antineoliberal (COMPA). De acuerdo con su testimonio, el pasado domingo 5 de febrero, frente al mercado municipal en el centro de Xanica, Sergio Ramírez Vázquez estaba distribuyendo información de la Otra Campaña cuando dos patrullas de la Policía Preventiva del Estado (PPE) arribaron al lugar, lo golpearon con las culatas de sus rifles y ya en el piso lo despojaron de documentos, revistas, videos y del equipo electrónico que utilizaba para informar acerca de la iniciativa zapatista.

Dos compañeros de Sergio, César Ruiz Diaz y Leoncio Cruz, intercedieron y fueron atacados también. La policía llevo a Ramírez Vázquez a la cárcel de Santa María Huatulco, donde fue retenido hasta el lunes 6 por la noche. Ruiz Diaz y Cruz fueron transladados a Pochutla, donde estan siendo tratados por las lesiones provocadas. Todas estas personas son miembros de el Comité de Defensa de los Derechos Indígenas de Santiago Xanica (Codedi-Xanica).

En la conferencia de prensa, Alejandro Cruz declaró que esta violencia no es precisamente un ataque a una organización en particular sino a todas, porque la otra Campaña es un movimiento nacional: “La Otra Campaña no es solamente del EZLN, la Otra Campaña incluye todas las organizaciones adherentes a la Sexta, es decir, ya no es sólo en contra de las organizaciones, ahora estan atacando un movimiento nacional en su conjunto… Decimos, pues, que lo que pasa con algunas de nuestros compañeros de cualquiera de estas organizaciones es un ataque a todos no solamente a una organización o a una persona… estamos luchando por otra forma de hacer politica, y dejamos claro que esto es obra de este gobierno represor que tenemos en el estado de Oaxaca”.

Otra forma de hacer política

En Oaxaca muchas comunidades indígenas y mestizas están organizadas políticamente bajo una forma democrática y tradicional que prohibe la entrada de los partidos politicos. Así los puestos politicos son vistos como llevar a cabo servicios públicos, sin remuneración financiera, debido al valor moral y la obligación civica a la comunidad.

Esta forma de politica no electoral, sin embargo, no sólo afecta al partido gobernante (que en Oaxaca siempre ha sido el Partido Revolucionario Institucional, PRI), sino a todos los partidos políticos que buscan votos. Aunque es una forma reconocida legalmente, la elección de representantes a través de la asamblea comunitaria ha sido atacada y violentada en todo el estado por los partidos políticos, así como por los grandes y ricos propietarios de la tierra, intentando asegurar la dominacion política.

Este es el caso de Xanica, y este es uno de esos lugares en donde la palabra zapatista encontró tierra fértil.

“Bajo la montaña cercana”

Santiago Xanica, que en zapoteco significa “bajo la montaña cercana”, está localizado en el distrito de Miahuatlán en la sierra sur de Oaxaca. La mayoría de sus habitantes son zapotecos dedicados a trabajos de granja y al cultivo del café. Como muchos pequeños pueblos en Oaxaca, Xanica tiene una larga experiencia en la forma de elección de sus representantes a través de la asamblea general, en un proceso legal llamado “usos y costumbres”. Sin embargo esta paz social fue quebrantada en 1999 cuando el presidente municipal fue impuesto a la comunidad. Lo que siguió fue la lucha continua de una comunidad, que quiere recobrar sus derechos individuales y colectivos, peleando por su autonomía contra la violencia del estado.

El termino de “usos y costumbres” se refiere a una compleja política de organización tradicional en la que la asamblea elige de forma libre y directa al presidente municipal y otros cargos de gobierno sin la intervención de los partidos políticos. Mientras el sistema de “usos y costumbres” ha existido durante siglos y normalmente ha existido fuera de los conceptos del PRI, que pretende reconocer la absuluta autonomía de las comunidades indígenas para elegir a sus representantes por medio de la asamblea comunitaria, pero cada persona electa es registrada como candidato del PRI y las boletas electorales se deben llenar en su favor, por lo que así la comunidad es oficialmente priísta. Este arreglo “asegura” a la comunidad la llegada de los fondos del gobierno y suficiente autonomía para elegir a sus propios representantes locales.

En 1995 el estado de Oaxaca modificó su constitución para reconocer legalmente el sistema de “usos y costumbres” en comunidades indígenas; esto les dio el derecho a elegir sus representantes de manera tradicional sin tener que registrarse como candidatos del PRI. Este cambio se debe a un largo processo de resistencia indígena, sobre todo en la sierra norte por parte de zapotecos y mixes. Aunque legal y reconocida la lucha por la autonomía y la libre determinacion, la violencia electoral todavía sigue siendo un fenómeno común con los partidos políticos (ahora no solamente el PRI sino también el Partido Acción Nacional, PAN, y el Partido de la Revolución Democrática, PRD) que luchan por poder político, usurpando el derecho de los “usos y costumbres”. Muchos problemas internos existen dentro de las comunidades también: el caciquismo, las disputas por la tierra y la estratificación social crean conflictos, sobre todo en tiempos electorales.

Violencia electoral

En febrero de 1999, un cafetalero con conexiones con la Unión Campesino Indígena, Francisco Zavaleta, prometió ayuda del gobierno, supuestamente destinada a obras comunitarias en Santiago Xanica. Usando sus promesas de dinero del gobierno, aseguró lealtad y votos para Juan Cruz López de parte de un pequeño sector de la comunidad. Este grupo forzó y dominó la asamblea comunitaria, e impuso a Juan Cruz López como presidente municipal.

La gente de Xanica reconoció el fraude electoral pero no perdió su sentido de obligación cívica, como organizarse ellos mismos para defender sus derechos colectivos e individuales. Así, la gente del pueblo ocupó el edificio municipal y eligió a su propia autoridad.

Durante dos años este pueblo ha resistido la ilegítima autoridad de Cruz López y finalmente ganó cuando renunció al cargo por vivir bajo constante presión de la gente. Un presidente interino fue electo en 2001 y cumplió el último año del periodo presidencial. Otra vez en el 2001 la gente de Xanica pacíficamente eligió a sus nuevos representantes a través de la asamblea comunitaria sin la intervención de los caciques. Parecía que por fin llegaba la paz a Santiago Xanica.

La desgracia regresó en 2004, cuando Sergio García Cruz violó las normas de “usos y costumbres” y se autonombró presidente municipal con el apoyo de la alianza entre el PRD, el PAN y Convergencia, así como de la iglesia católica y de ricos terratenientes. Con estas alianzas y apoyos, García Cruz fue impuesto el 29 de agosto de ese año.

El sistema de “usos y costumbres” de Xanica dice que el presidente municipal debe ser electo directamente en asamblea y debe cumplir con una serie de cuatro cargos cada vez más demandantes, y fue violado por García Cruz, que no los cumplió.

La asamblea fue suspendida y la mayoría del pueblo votó por echar al nuevo gobierno municipal. Existen varias acusaciones también, como que expropió parte de la tierra del mercado municipal para su propio beneficio. Además se le acusa de la desaparición de Tomas Sánchez. Estas acusaciones nunca han sido formalmente investigadas por el gobierno.

Estado de represión

Organizaciones Indias por los Derechos Humanos en Oaxaca (OIDHO) trabaja con el pueblo de Santiago Xanica, ayudando a organizar a los miembros de la comunidad para que se les reconozcan sus derechos individuales y colectivos. De esta lucha comunitaria surgió el Comité de Defensa de los Derechos Indígenas de Santiago Xanica (Codedi-Xanica). El Codedi fue formado como una organización local en defensa de los derechos e intereses de toda la comunidad.

El 15 de Enero de 2005 más de 80 miembros de la comunidad y activistas de Codedi estaban haciendo tequio (una forma comunitaria de trabajo), cuando el presidente municipal García Cruz e integrantes de la policía preventiva llegaron en dos patrullas abriendo fuego en contra de la gente. En la emboscada fue gravemente herido Abraham Ramirez Vazquez, líder de Codedi, al igual que Juventino y Noel García Cruz, dos hermanos de la comunidad.

Las heridas y el bloqueo a la comunidad con armas de alto poder les impidieron huir para buscar atención medica. Fueron arrestados y llevados al hospital acusados de asesinar a un miembro de la policía estatal en una supuesta emboscada ocurrida el mismo día del tequio. La represión en la comunidad y la militarización se han acrecentado evidentemente.

Hubo movilizaciones populares de la COMPA, un frente de organizaciones sociales unidas por el pensamiento de solidaridad para combatir la represión estatal. Codedi y OIDHO forman parte de la COMPA.

El 2 de febrero el gobierno de Oaxaca y el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) invitaron a miembros de Codedi y OIDHO dialogar para resolver los problemas en Santiago Xanica. A este reunión llegaron Alejandro Cruz López y Carlos Mozo, miembros de OIDHO y Codedi, que fueron interceptados y arrestados por la policía sin causa alguna, así como otros miembros de estas organizaciones. La mayoría fueron encarcelados y después liberados por la falta de pruebas. Miembros de estas organizaciones afirman que se trata de un atentado para destruir a la COMPA, ya que buscan desarticular las organizaciones en forma particularizada.

Las movilizaciones a escala estatal y nacional se solidarizaron con la lucha de Xanica alrededor de la primera mitad de 2005. Cientos de personas marcharon hacia la capital de Oaxaca y la ciudad de México demandando liberar a los presos políticos y respetar la autonomía de Santiago Xanica. Actualmente hay tres presos de esta región recluidos en la cárcel de Ixcotel. El gobernador de Oaxaca Ulises Ruiz visitó Xanica en dos ocasiones para repartir despensas como parte de la promoción de su partido político. La negligencia oficial para rectificar la situación en esta comunidad habla del desinterés para apreciar los genuinos movimientos democráticos en Oaxaca.

La Sexta y los “usos y costumbres”

En entrevista con miembros de Codedi y OIDHO, quienes no pueden ser citados por su propia seguridad, hacen clara la importancia del sistema de “usos y costumbres” para sus comunidades, el ejercicio de poder a través de la asamblea general y la elecciones de sus representantes para cargos como una forma de poder comunal. Esta es la ley del pueblo, hecha por y para ellos mismos. Mientras la ley estatal y federal nunca ha sido aplicada en las comunidades indígenas, que sufren desde hace siglos la negligencia y descuido del estado, la ley del pueblo es un ejercicio de derecho aplicable para todos. Entonces esta forma de poder comunal es la llave a la autonomía y a la autodeterminación de los indígenas.

En Oaxaca cada vez más se adquieren nociones de comunalidad o comunalismo. La idea de comunalidad viene del corazón de organizaciones sociales oaxaqueñas. Es la matriz social en la que la comunidad trabaja conjuntamente creando vínculos de intercambio y reciprocidad. El ejercicio de la comunalidad es expresado por cuatro aspectos integrales de la vida colectiva –territorio comunal, trabajo comunal, celebración y poder comunal–, llevados a cabo milenariamente por la gente indígena. La práctica del comunalismo en Oaxaca no está relegada sólo a las comunidades indígenas, es la base de las sociedades rurales, indígenas o mestizas.

En las comunidades que se rigen por usos y costumbres la entrada de los partidos políticos se ve con desdeño, ya que generan conflictos y dividen a la gente. Aunque no se trata de un sistema perfecto y puede ser violado por fuerzas antidemocráticas, la esperanza de la comunidad radica en su habilidad para seguir auto organizándose y elegir a sus propios líderes o representantes.

Esto es similar al “mandar obedeciendo” de los zapatistas. Las comunidades y las organizaciones que participan en la Otra Campaña ven en esto el camino a la resistencia y el trabajo para la construcción de una nueva sociedad sin ceder su autonomía a los partidos políticos.

Otro grupo integrante de la COMPA es la Coalición de Derechos Humanos de Comunidades Indígenas (Codeci), que distribuyó información anunciando el arribo de la Comisión Sexta a Tuxtepec el pasado 5 de febrero e impulsó la participación en “la Otra” con el lema “¡Zapatismo y comunalidad, sí!, partidos politicos, ¡no!”. Entonces una contribución de la sociedad oaxaqueña a la Otra Campaña no es solamente el rechazo a los partidos políticos, es también experiencia en “otra forma de hacer política”.

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