6 de
agosto, 2002
Narco News '02
Aparece
la Nueva
Cara
de Bolivia
El Congreso Nunca
Será Como
Antes
por Luis Gómez
Capítulo
cuarto final de la serie...
Hace
poco más de veinte años, un joven campesino indígena
de nombre Evo Morales, amante del futbol
y de su trompeta, decidió comenzar a trabajar en un pequeño
sindicato de cocaleros del Chapare para defender su tierra y
su derecho a la vida. Con los años, su astucia natural
y su honestidad lo convirtieron en el líder de sus compañeros,
lo llevaron a ser diputado y lo volvieron una figura popular
reconocida por todo el mundo. El 30 de junio pasado, el pueblo
boliviano votó por él y casi lo lleva hasta la
Presidencia de la República. Esto, claramente, ha cambiado
el rostro de un país donde el 80 por ciento de la gente
es de origen indígena, pobre, donde apenas 200 familias
dominan el poder y la riqueza.
Tres meses de campaña junto a la
gente, de trabajos duros, realizados con pocos recursos, han
dado su fruto. Hoy los pobres de Bolivia tienen 41 representantes
en el Parlamento y, aunque no consiguieron tomar el poder, esto
representa una victoria histórica que abre un nuevo frente
de lucha para ellos. Con la democracia de verdad como su principal
arma, han conseguido que su voz tenga ahora más fuerza...
han derrotado a los partidos del sistema, a los ricos y hasta
al soberbio embajador de Estados Unidos, el Virrey Manuel Rocha.
"Podemos
ser presidente"
La
madrugada del pasado 1° de julio, mucha gente comenzó
a sonreir: conforme los conteos de
los votos avanzaban, el Movimiento Al Socialismo (MAS), el partido
de Evo crecía frente a los partidos del sistema. Las predicciones
de las encuestas y la confianza de los líderes políticos
tradicionales terminaron en la basura. Las aspiraciones del pueblo,
harto de hambre y de represión, comenzaron a brillar como
diamantes recién pulidos. Una semana después se
confirmó el suceso: el MAS quedó en segundo lugar
en las elecciones y esa sorpresa inmensa, según la Constitución,
le daba la opción de que su candidato fuera elegido Presidente.
"Podemos ser presidente", dijo un cocalero en una asamblea...
sintetizando así el sentimiento de estar verdaderamente
representado por Evo, que era realmente posible tomar el poder
y refundar este país.
En Bolivia, queridos lectores, el Presidente
se elige en el Parlamento, con los votos de ambas cámaras
(senadores y diputados) reunidas en un Congreso Nacional. Pueden
elegir entre los candidatos de los partidos que terminen en primero
y segundo lugar en las elecciones. Esta vez se trataba del poderoso
Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), que terminó
con 22,46 por ciento, y del MAS, que llegó al 20,94 por
ciento, ¡menos de dos puntos de diferencia!
Y mientras el pánico aumentaba
entre los empresarios y los otros partidos, en el MAS lo tomaron
con alegría pero con mucha calma. Esperaron sin prisas
que todo fuera oficial y entonces decidieron dar la pelea. "Bueno,
si hemos hecho la campaña diciendo 'Evo Presidente', tendremos
que dar la pelea porque sea así", dijo Evo Morales
en una reunión de parlamentarios de su partido. Por su
parte, los partidos del sistema iniciaron a su vez las negociaciones
para aliarse y tener el gobierno para ellos... y todo se inició
el 4 de julio, durante la fiesta de celebración por la
independencia de Estados Unidos, con el embajador Manuel Rocha
como actor principal.
Ese día el Virrey reunió
en su oficina a Gonzalo Sánchez de Lozada (candidato presidencial
del MNR y ex presidente), a Jaime Paz Zamora (líder del
MIR y cuarto lugar en las elecciones) y a los candidatos de Acción
Democrática Nacionalista (ADN, el partido del difunto
ex dictador Hugo Banzer) y de Unión Cívica Solidaridad
(UCS), esto dos con apenas cinco diputados electos cada uno.
Rocha les dijo a los cuatro que tenían que unirse... por
ningún motivo había que permitir a Evo llegar a
la presidencia.
A esa cita faltó Manfred Reyes
Villa de Nueva Fuerza Republicana (NFR), que había quedado
tercero. El ex militar y ex alcalde de Cochabamba era el mayor
derrotado: durante toda la campaña estuvo seguro de que
iba a ganar o, cuando menos, quedar en segundo y pelear en el
Parlamento por ser elegido... varios días después
haría públicos sus motivos: no quería apoyar
a Sánchez de Lozada (y no lo hizo)... pero además
el Virrey Rocha le había exigido que, de no votar por
el candidato del MNR, "no debía votar por Evo"...
El subsecretario de Estado para Asuntos
Hemisféricos de EU, el cubano Otto Reich, confirmaría
esto el 11 de julio. Reich afirmó que al gobierno de George
Bush "le resultaría imposible" ayudar a Bolivia
(y eso que no ayudan mucho) si Evo fuera elegido Presidente.
Ante esto, el candidato presidencial del MAS fue claro. En una
entrevista con CNN, consultado sobre las relaciones con Estados
Unidos si él fuera elegido presidente, Evo dijo que no
pensaba en romper con ningún gobierno u organismo internacional,
que en todo caso con ellos (con los gringos) había que
replantearse todo: "Si quieren respeto, que nos respeten",
afirmó.
De todas maneras, el MAS lanzó
una convocatoria general a los partidos. Mientras el MNR, que
pese a haber "ganado" las elecciones sigue siendo el
partido más repudiado por la gente, no podía encontrar
aliados, Evo trataba de hallar el camino a la silla presidencial
boliviana. Cada día, además de atender a las decenas
de periodistas venidos de todo el mundo, los líderes del
MAS repartieron su tiempo en trabajar juntos para preparase,
tanto si gobernaban como si tenían que pelear desde el
Parlamento, y en reunirse con las demás fuerzas políticas.
Al final, el 25 de julio, luego de varios
días de dudas y negociaciones secretas, el Movimiento
de Izquierda Revolucionaria (MIR) de Jaime Paz (un ex presidente
que ha estado vinculado al narcotráfico y un traidor a
las causas del pueblo) decidió entrar en alianza con el
MNR. Eso decidió todo. El partido más poderoso
tenía con eso suficientes votos congresales para tomar
el poder y gobernar cinco años este país... pero
no fue fácil de todas maneras, porque las formas de hacer
política que acostumbraron durante muchos años
ya no les sirven para decidir el destino de Bolivia sin consultar
a nadie... y eso quedó demostrado en la larga sesión
parlamentaria en la que fue electo el nuevo presidente.
"Perdimos
en el voto, pero
no perderemos
en la batalla"
El
sábado 3 de agosto comenzaron los trabajos del nuevo parlamento
boliviano, los 157 congresales (27
senadores y 130 diputados) tenían que comenzar sus debates
para elegir al Presidente de Bolivia de entre el neoliberal Gonzalo
Sánchez de Lozada y el líder popular Evo Morales.
Y aunque todo parecía caminar hacia una elección
fácil, gracias a la alianza entre el MIR y el MNR, lo
que querían hacer en 10 horas les llevó 26: durante
poco más de un día de sesión continua, los
políticos tradicionales fueron criticados duramente por
los 35 parlamentarios del MAS y los seis del Movimiento Indígena
Pachacuti del Mallku Felipe Quispe. Vestidos con sus trajes tradicionales
y hablando quechua, aymara, español y chiquitano, los
representantes del pueblo mostraron a su gente que no le temen
a los ricos trajes Armani o a las maneras aristocráticas
de sus contrincantes.
Esta sesión inaugural fue transmitida
en directo por el canal de televisión estatal a todo el
país. Aprovechando que sus turnos para exponer coincidían
con los horarios de mayor audiencia, los parlamentarios populares
utilizaron cerca de ocho horas, entre la 4 y las 11:30 pm, para
argumentar su decisión de hacer a Evo Morales y al veterano
periodista Antonio Peredo Presidente y Vicepresidente, respectivamente.
Y aunque sabían que no tenían ya oportunidad de
lograr esto, dejaron muy claro ante todo el pueblo que iban a
pelear hasta el último instante, porque ésa misión
les habían encomendado sus votantes.
Felipe Quispe, antes de comenzar su participación,
regaló un poco de coca a los presidentes de los senadores
y de los diputados, "para que comiencen nuestros trabajos
con buenos augurios", les dijo. Hizo bien, porque masticar
coca ayuda a no dormirse: a las tres de la mañana tanto
Mirtha Quevedo del MNR, presidenta del Senado, como Guido Añez
del MIR, presidente de la Cámara de los Diputados, se
pusieron a pijchar como hace cualquier campesino. Pero eso no
fue todo lo que hizo el Mallku, también les dijo que él
y sus cinco compañeros del MIP estaban ahí representando
al pueblo aymara y que iban a pelear por defender sus intereses...
"y si no nos hacen caso, sacaré una piedra de debajo
del poncho y saldré a pelear con mi gente a las calles".
Por esa misma línea, Rosendo Copa,
indígena qaqachaca (una tribu aymara del sur de Bolivia)
y diputado del MAS. "Si no nos respetan", dijo Copa,
"bloquearemos el Parlamento". Este diputado, además
de ser dirigente en su comunidad, tiene una peculiar historia
detrás: su pueblo tiene un conflicto ancestral con otro,
el laime, por cuestiones de tierras y territorio. Cada cierto
tiempo, ambas naciones se enfrentan en duras peleas que dejan
decenas de muertos. Este año, en su zona, laimes y qaqachacas
se unieron y lo eligieron a él como su candidato... y
esa unión le dio el triunfo. Copa, de 32 años,
viste la ropa tradicional qaqachaca, habla español, quechua
y aymara, y esa noche su participación, que duró
poco más de veinte minutos, la hizo traduciéndose
a sí mismo, ¡hablando tres idiomas! "Tendrán
que hacer traducir nuestras palabras para que todos entiendan",
les dijo. Y luego Rosendo, sereno, terminó así
su genial discurso: "Venimos a este lugar a trabajar, queremos
que lo que el pueblo pide se cumpla, sin pelear... que si quieren,
también eso vamos pelear".
Y hablaron con la misma fuerza José
Bailaba, chiquitano (una etnia del oriente del país),
y Filemón Escobar, el viejo dirigente minero, quien además
les recordó que estaban ahí para recuperar "la
tierra y el territorio, la coca, la riqueza de los recursos naturales,
que los poderosos han arrebatado a los pueblos orginarios".
O el intelectual aymara Esteban Silvestre, que en su idioma les
recordó a todos quiénes sostienen de verdad a este
país desde los campos, desde los talleres artesanales
y los pequeños comercios. O Dionicio Núñez,
el líder campesino de Yungas, que, aparte de explicarles
a los miembros de los partidos tradicionales lo que el campo
necesita, les advirtió que no podrán pasar sobre
ellos, que esta vez el pueblo cuenta con sus voces y sus votos
para, por lo menos, no seguir cayendo en el pozo de la miseria.
Incluso Alejo Véliz, líder
campesino quechua que fue electo por las siglas de la NFR, les
advirtió que el modelo neoliberal no tenía ya más
camino que andar. Este rival de Evo Morales, con quien ha tenido
serias disputas, dijo claramente que tenía honra y que
votaría por él... y así fue.
A las 12 del día domingo 4 de agosto
comenzó finalmente la votación. Cada uno de los
parlamentarios del MAS usó su derecho a tres minutos para
justificar el voto emitido. Más de uno les dijo a los
otros que ellos no votaría nunca por los verdaderos narcotraficantes,
por las cuatro toneladas de coca en un avión (en referencia
a un conocido y oscuro caso de narcotráfico que involucró
a varios líderes del MNR en 1995). Ellos, dijeron, votarían
por el fin del racismo y con la conciencia tranquila.
Al final, hubo 155 votos. El MNR obtuvo
84, se nulificaron 26 y dos fueron en blanco. El MAS tuvo 43:
35 de sus miembros, seis del MIP, uno del único diputado
socialista electo y el mencionado voto de Alejo Véliz
(de NFR). Casi a las 5 de la tarde, casi 26 horas después
de haberse iniciado la sesión, fue oficial: el nuevo presidente
es Gonzalo Sánchez de Lozada. Luego de consumado todo,
el diputado del MAS Félix Santos, campesino de Potosí
y segundo vicepresidente de la cámara baja, afirmó:
"Hoy perdimos en el voto, pero no perderemos en la batalla.
Antes apenas éramos cuatro, hoy somos 41 parlamentarios
con capacidad ideológica, cultura e identidad. Mientras
Goni tendrá que pedirnos permiso hasta para ir al baño,
nosotros no traemos sólo protesta al Congreso, tenemos
propuestas y sabremos jugar en este Parlamento... Tienen que
entender que nuestras expresiones muestran que siempre hemos
sido rebeldes porque siempre fuimos sometidos, ahora ellos tienen
que respetar como nos exigen respeto...".
Y con eso deberá cerrarse este
capítulo, pero no termina la historia... a los representantes
del pueblo les quedan cinco años para seguir luchando
en el Parlamento, en el horizonte ya se miran los primeros escenarios
(como la venta de las mayores reservas de gas del continente
o la erradicación de hoja de coca). Estén pendientes
queridos lectores, este nuevo poder, este nuevo rostro, comienza
apenas a mostrar su fuerza...
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una piedra abajo del poncho