11 de
julio, 2002
Narco News '02
Bolivia:
el poder
del
pueblo
Parte
I
La abundante cosecha
de la democracia
por
Luis Gómez
Oficina
Andina de Narco News
Evo Morales:
"Esta ha sido una lucha de la plata contra la conciencia...
y hemos ganado... pero todavía nos falta mucho por hacer...
nuestra lucha no terminó el 30 de junio"
La
mañana del 30 de junio, de este
invierno austral, la cordillera andina amaneció cubierta
por la nieve. Este fenómeno, normal en otras partes del
mundo, determina para los aymaras y los quechuas el volumen de
la cosecha: si hay mucha nieve, las papas y los frutos serán
abundantes. Y la nevada, que habría de prolongarse durante
casi ocho días, era inmensa. A partir de las ocho de la
mañana, casi tres millones de bolivianos fueron a las
urnas... unos pensando en mantener su nivel de vida, otros en
la victoria de su partido... muchos otros depositando una esperanza
en cada voto.
Durante casi cuatro meses, de otoño a invierno en esta
parte del mundo, mucho cambió el panorama político.
¿Recuerdan ustedes aquella
nota del 5 de marzo pasado sobre la proclamación de
Evo Morales como candidato a la Presidencia? Bueno, por esos
días las encuestas (esos numeritos engañosos) daban
apenas un cuatro por ciento al Movimiento Al Socialismo (MAS)...
hoy, luego de contarse los últimos votos, el MAS obtuvo
un 20,94 por ciento del total... crecieron en más de ¡500
por ciento¡ Y no sólo gracias al pueblo y al trabajo
duro de los militantes, también alguna parte le deben
al Virrey Manuel Rocha (el casi ex embajador de EstadosUnidos).
"Fue nuestro primer jefe de campaña... no sólo
por las presiones para mi expulsión del Parlamento...
cada declaración suya en nuestra contra fue una ayudita
para seguir creciendo y hacer despertar la conciencia de la gente",
dice sonriente Evo mientras tomamos una taza de café en
su cuartel general de campaña en La Paz.
Y además, escuchen seudo demócratas
de los medios y las oscuras oficinas, Evo Morales ha vuelto a
romper el récord. Además de candidato presidencial,
Evo ha postulado nuevamente a diputado por su zona (la Constitución
permite ser candidato a dos cargos al mismo tiempo): las cifras
finales le dan 86,37 por ciento de esa votación. Es otra
vez el representante del pueblo más votado en la historia
de esta democracia.
Por otra parte, el Movimiento Indígena
Pachakuti, que ha trabajado fundamentalmente en la región
andina de Bolivia, ha logrado lo suyo. Felipe
Quispe, el Mallku, ha llegado al Parlamento con cinco de
sus compañeros. Los aymaras unidos a la línea del
Mallku también está representados. Ahora, todo
lo indica, estas dos bancadas habrán de juntar otra vez
sus caminos para pelear frente a los partidos neoliberales por
el derecho a la vida, por la tierra, por su sagrada hoja de coca
y por un futuro al que tienen derecho.
Hoy, el 30 por ciento del Parlamento (130
diputados, 27 senadores) está en manos de indígenas,
de dirigentes sociales y sindicales, de gente honesta que trabaja
y seguirá trabajando al lado de su pueblo. Se trata una
dura bofetada para la clase política, que durante decenios
"ha hecho del servicio al pueblo un servirse del pueblo",
recalca Evo, todavía pensando que el próximo 6
de agosto, cuando entre el nuevo gobierno, puede ser él
el elegido por los parlamentarios.
Sí queridos lectores, leyeron bien, el máximo dirigente
cocalero de Bolivia podría llegar a ocupar la silla presidencial
en poco menos de un mes. La Constitución local establece
que de no obtener algún candidato al menos el 50 por ciento
más uno de los votos, como ha ocurrido, serán los
parlamentarios, en votaciones, quienes desigen al final a nuevo
gobernante. Para ello, el líder del MAS deberá
contar en la primera votación del Congreso con al menos
la mitad más uno de esos votos... y esto todavía
puede suceder.
"Aunque eso no significa, y lo hemos
dicho en todos lados, que vayamos a negociar con el voto del
pueblo. Si algunos partidos tradicionales quieren votar por nosotros,
bienvenidos, se acepta. Pero no vamos a darles ningún
espacio, ninguna cuota de poder dentro de nuestro gobierno...
sería un absurdo entrar en alianzas con partidos que defienden
el modelo neoliberal. Estamos preparados para gobernar, queremos
refundar este país", aclara el veterano periodista,
ex guerrillero y candidato a Vicepresidente por el MAS, Antonio
Peredo Leigue.
Ahora, por un lado están los viejos
partidos. El Movimiento Nacionalista Revolucionarion (MNR), con
un expresidente llamado Gonzalo Sánchez de Lozada; también
la Nueva Fuerza Republicana (NFR), con un ex militar golpista
y amigo de Otto Reich de nombre Manfred Reyes Villa... y el Movimiento
de Izquierda Revolucionaria (MIR) con otro expresidente y un
banda de traidores a los movimientos populares y narcotraficantes
en su cúpula. Y otros partidos, como el del Presidente
Jorge Quiroga, que apenas obtuvo poco más del tres por
ciento. Al frente, ya listos a pelear por todo lo que por derecho
les pertenece, los elegidos por el pueblo.
Pero mientras todo se define, y les aseguro
que falta ya muy poco, vamos a repasar la ruta que ha seguido
desde lo más profundo esta abundante cosecha de la democracia.
"Sin
plata"
El
20 de marzo pasado, mientras los partidos del sistema comenzaban a gastar varios millones de dólares
en sus campañas, el MAS tomó los 96 mil dólares
que le daba la Corte Nacional Electoral como aporte a un partido
pequeño. Decidió trabajar con poco, cerca de la
gente y limitar su propaganda a tres líneas básicas:
por la recuperación de los recursos naturales (hoy en
manos de transnacionales), por la defensa de la hoja de coca
(amenazada por la erradicación exigida desde Washington)
y declarando la lucha frontal contra el modelo neoliberal.
"Estamos sin plata [sin dinero];
por favor, no nos pidan plata porque no tenemos. Trabajo tenemos,
hay muchas cosas por hacer en nuestra lucha y los invitamos a
todos a sumarse al trabajo. No olviden que el MAS es el Instrumento
Político de los pobres, de los marginados de este país.
Háganlo suyo, trabajen por él, no por Evo Morales...
recuerden que esto no es cuestión de personas, se trata
de pelear por resolver nuestros problemas, nuestra miseria y
nuestra hambre", dijo Evo en un discurso en El Alto, una
ciudad de pobres que limita con La Paz.
Y, mientras el líder de NFR se
iba a Miami a ver al exilio cubano anticastrista para pedir dinero
y a Otto Reich para pedir respaldo, Evo realizó entonces
el único acto "fuera de campaña". Dos
días después de iniciado el trabajo, el 22 de marzo,
el líder campesino más famoso de Bolivia viajó
a Francia. Allá se encontró con una manifestación
de cuatro mil personas en la que los únicos oradores fueron
él y el campesino más importante de Europa, el
francés Jose Bové. Ese día, más allá
de refrendar su comprmiso en la lucha antiglobalización,
Evo Morales volvió a trabajar con un nuevo y revitalizador
mensaje: "No estamos solos. En el resto del mundo hay también
quienes pelean contra el modelo neoliberal, contra el hambre.
Están nuestros hermanos zapatistas en México, nuestros
hermanos en Perú, en Ecuador y Colombia, nuestros hermanos
Sin Tierra en Brasil... hasta en Europa, con nuestro hermano
Bové y otros líderes populares... por todas partes
crece la resistencia".
Poco a poco, viajando muchas veces por
varios días para visitar todas las comunidades que los
esperaban ansiosos, los candidatos del MAS, todos, fueron diseminando
el mensaje: "Somos pueblo, somos MAS... ahora es cuando".
Y muchos siglos de rabia contenida prestaron oídos, levantaron
los ojos y extendieron las manos: había llegado la hora
de pelear. "Si trabajamos bien estos meses", dijo Evo
a su comité de apoyo una tarde a principios de abril,
"yo creo que podemos duplicar nuestra representación
en el Parlamento... de cuatro diputados podemos pasar a ocho"...
y es que no se había ido a recorrer los rincones donde,
sin saberlo, su lucha y la de los cocaleros había calado
hondo en el corazón de la gente.
Un mes,
11 por ciento
A
finales de abril, sin mucha preocupación, los medios tradicionales bolivianos publicaron que el MAS ya tenía
poco más de 11 por ciento en las preferencias del voto
en Cochabamba, el departamento donde se ubica la región
del Chapare, así como un 6,4 por ciento en todo el país.
Eso eran ya casi los ocho diputados... y un senador, el viejo
luchador minero y mentor político de muchos luchadores
sociales, Filemón Escobar, podía ser elegido en
Cochabamba. Un senador, wow, era como un juguete nuevo pasando
por muchas manos. "Vamos bien, por todas partes donde viajo
veo mucho entusiasmo. Creo que podemos seguir creciendo. El pueblo
está despertando... y no creo en las encuestas, siempre
nos dicen una cosa y luego resulta que tenemos más votos
de lo esperado", dijo por entonces un profético Evo
a un par de periodistas de televisión en un aereopuerto.
Como de la nada, los mítines fueron
creciendo en asistencia. Ya no iban unos pocos cientos, pasaron
a ser miles. Las demandas básicas fueron creciendo, articulándose
con otras: salud, educación, no más discriminación,
territorio y autonomía para los pueblos originarios, fomento
al campo y a los pequeños productores. De Potosí,
una región hoy muy empobrecida, llegó una tonada
popular con letra nueva: "Evo, tienes que ser Presidente
de Bolivia". En los foros y en los debates los aplausos
se multiplicaron: los candidatos del MAS se reunieron con las
trabajadoras del hogar, con los jubilados, con los obreros, con
los jóvenes, con todos los olvidados por la historia.
Comenzaron a aparecer animados los viejos
militantes de izquierda, los intelectuales honestos y comprometidos,
los compañeros de otras luchas. El Instrumento Político
por la Soberanía de los Pueblos (nombre original del MAS)
se fue transformando de eso que los políticos del gobierno
llamaban "partido cocalero" en una inmensa ola de entusiasmos,
de esperanzas corriendo de boca en boca. Y de esa alquimia surgió
el esbozo de un "programa de gobierno". En este documento
se sintetizaban las demandas y aspiraciones recogidas en todos
los rincones: "Porque la vida nos llama para su cuidado,
para su protección... por eso estamos presentes en estas
elecciones, para dar una dura batalla al sistema y conquistar
el poder".
Ya declarada la guerra, apareció
de nueva cuenta el Virrey Manuel Rocha... bailando solo un tango,
escupiendo más que hablando, exigiendo más que
analizando la situación del país. En medio de amenazas,
el embajador gringo comenzó a "alertar" contra
los riesgos de votar por el "terrorismo"... y fue como
echar gasolina al fuego. Pero de esto hablaremos mañana,
cuando conozcamos bien "El tango del embajador y otras historias"...
esperen más, queridos lectores, que esta historia, les
jura el corresponsal, seguirá siendo apasionante.
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